Casi 13 años después de dejar la presidencia del Parlamento Europeo, Josep Borrell (La Pobla de Segur, Lleida, 72 años) regresa a las instituciones comunitarias. Y ocupará una posición clave en una Comisión que quiere marcar su perfil “geoestratégico”. El desde este domingo vicepresidente del Ejecutivo de Ursula von der Leyen y alto representante para la Política Exterior y Seguridad Común explica en su primera entrevista a medios internacionales, concedida a EL PAÍS y otros tres periódicos europeos, que la UE, creada para “mirar hacia dentro” y solventar sus disputas históricas, debe ahora “mirar hacia fuera” y “proyectarse hacia el mundo” para afrontar grandes desafíos como el cambio climático o las migraciones.
Pregunta. ¿Cómo va a concretarse ese salto?
Respuesta. Abordando asuntos que deben ser resueltos más allá de nuestras fronteras. Por ejemplo, el cambio climático. No solo se trata de lo que hacemos nosotros, sino también de lo que tratamos que hagan los otros. La migración es otro de los grandes retos geopolíticos que viene de fuera de nuestras fronteras.
P. ¿Y cómo piensa abordarlo?
R. La migración puede ser considerada como un problema interior, de control de fronteras e inmigrantes irregulares. Pero no vamos a tener éxito con una política basada en decir que aquellos que no tienen derecho a quedarse deben volver a casa de inmediato. Es más fácil decirlo que hacerlo, porque deben ser aceptados por sus países. Si no tenemos acuerdos con los países de origen y tránsito, no podremos devolverlos.
P. La semana que viene habrá un encuentro entre Francia, Alemania y el Reino Unido con Turquía en los márgenes de la cumbre de la OTAN. ¿Quién hace la política exterior europea, el alto representante o las capitales?
R. Se trata de hacer una política exterior común. Y común no significa única, sino que coexiste con las políticas nacionales. Puede ser el mínimo común denominador o algo mayor. Y la idea es tratar de que el término común abarque más y más aspectos de la política exterior. Y que un día sea tan ampliamente común que sea única, aunque eso aún está lejos.
P. ¿Va a presionar para que las decisiones se aprueben por mayoría y no unanimidad?
R. Mi trabajo sería mucho más fácil si no tuviese que encontrar unanimidad entre los Estados miembros. Nadie cuestiona que el marco financiero requiera unanimidad. Y es un tema mucho menos controvertido que la política exterior y de defensa, que está en el centro de nuestra soberanía. Hemos de ir paso a paso.
P. ¿Qué posición común de la UE quiere para Rusia?
R. Es una cuestión muy divisiva. Algunos países son muy reacios a embarcarse en una normalización de las relaciones con Rusia y a otros les gustaría hacerlo. Las sanciones están ahí, pero por si solas no constituyen una política. Y puedo decir lo mismo del caso de Venezuela, al que me gustaría darle un impulso. Pero se necesita un acuerdo. Hablemos.
P. Von der Leyen ha afirmado que la defensa colectiva es tarea de la OTAN y no de la UE. ¿Está de acuerdo?
R. Para muchos de los miembros de la UE, la OTAN es la base de la defensa territorial y no hay alternativa a corto plazo por razones financieras y operativas. Eso no es contradictorio con el hecho de que hay muchos problemas relacionados con defensa y seguridad que los europeos deberían poder afrontar solos. Ahora estamos lidiando con fenómenos, como los ciberataques, que no se corresponden con un ataque militar en el sentido clásico de la palabra. Me gustaría acabar el mandato habiendo marcado un cambio en eso: cómo afrontamos problemas que no están bajo el paraguas del artículo 5 del tratado de la OTAN.
P. ¿Cómo puede Trump ayudar u obstaculizar la creación de esa política exterior europea?
R. A la fuerza ahorcan. Tal vez, gracias al presidente Trump, a Putin, a Erdogan y a otros líderes, los europeos se verán obligados a reaccionar. Si los Estados Unidos tienen una posición diferente respecto a su compromiso con Europa, los europeos tendrán que asumir las consecuencias. Merkel ya dijo que tenemos que tomar el destino en nuestras manos.
P. Merkel ha pedido una posición común de Europa sobre China. ¿La entrada de Italia en la nueva ruta de la seda crea una fractura en ese planteamiento?
R. Muchos otros países han firmado un memorando con China. No es un asunto solo de Italia.
P. ¿Y eso no crea división?
R. Es divisivo. Algunos países tienen una fuerte voluntad de hacer tratos con China y otros son algo más reticentes. Pero respecto a China hay un fantástico trabajo hecho. Tenemos una posición común, una comunicación hecha conjuntamente por el Servicio de Acción Exterior y la Comisión.
P. Una investigación periodística ha desvelado cables que muestran la represión de Pekín sobre la minoría uigur. ¿Cuál es el planteamiento para que China respete los derechos humanos?
R. Esto forma parte de las conversaciones con las autoridades chinas. La UE ya ha alzado su voz para expresar su preocupación sobre esa situación que menciona. Y seguiremos haciéndolo, como lo hacemos con otros países cuando creemos que hay problemas con los derechos humanos.
P. ¿Teme que América Latina vuelva a ser un foco de inestabilidad tras las crisis que se han sucedido en las últimas semanas?
R. América Latina ha entrado en un periodo de agitación, desde Chile a Venezuela. De forma inesperada. Tras diez años de relativa salud económica y estabilidad política, en la sociedad hay una especie de fatiga, tal vez debido a desigualdades que no han sido solventadas. Y una chispa puede crear un gran problema. Sí, Europa debe centrarse más en lo que ocurre en América Latina. Y bien, Venezuela puede ser un foco de inestabilidad geopolítica.
P. En febrero se creó el grupo de contacto internacional para Venezuela con un plazo de 90 días para favorecer una transición en el país. Ya han pasado 280 días y la transición no ha llegado. ¿La UE debe repensar su estrategia?
R. Tenemos que ser más firmes y estar mucho más al frente. Porque las sanciones de Estados Unidos están golpeando a la gente de Venezuela. Es una crisis humanitaria y tenemos que abordarla con más firmeza. Hablando con todos, incluyendo a EE UU.
Borrell defiende “adaptar” los métodos de las ampliaciones
El desde hoy alto representante de la UE considera que todos los países de los Balcanes occidentales deberían tener una “perspectiva europea”. “No sé cuánto nos va a llevar”, admite. Después de que el Consejo Europeo cerrara el paso a Albania y Macedonia del Norte, Borrell considera que la UE debe “adaptar” sus métodos para que sean “más efectivos, menos retóricos” y no se deje pasar el tiempo. “Pero cambiar el método no significa cambiar el objetivo final, que sigue siendo el mismo”, añade.
“Tenemos que tomar en consideración el hecho de que este método ha demostrado que no es suficientemente efectivo y entiendo que algunos quieran revisarlo. Personalmente, voy a trabajar codo a codo con el comisario de Ampliación para dar una respuesta a ello. Luego los Estados miembros deben tomar una decisión sobre esto. Pero no me parece éticamente posible decir a los países de la antigua Yugoslavia ‘habéis perdido la perspectiva de Europa”, sostiene Borrell.
El alto representante afirma que acudirá a Kosovo cuando haya nuevo Gobierno. Y también acudirá a Serbia. Borrell insiste en que el hecho de que España no haya reconocido a Kosovo no va a influir en su actuación. “Ya no soy el ministro de Exteriores de España”, concluye.
“Pedimos a Irán que no deje que el acuerdo nuclear muera”
P. Una de las cuestiones más inminentes que deberá abordar es cómo seguir con Irán. ¿Hay que marcarle ya una línea roja?
R. Tenemos el mayor interés en que el acuerdo nuclear sobreviva. Llamamos a las autoridades iraníes a hacer lo que puedan para mantener el pacto vivo. Y será un gran error si hacen algo que pueda matar ese acuerdo. Nos estamos agarrando a él como a un clavo ardiendo. Y les decimos a nuestros amigos iraníes que lo mejor para ellos es que no dejen que el acuerdo muera.
P. ¿Cree que la respuesta de la UE a los ataques de Turquía a Siria fue débil?
R. La respuesta a los ataques de Turquía no fue ni débil ni dura. Es que no hubo respuesta.
P. ¿Y fue un error?
R. Bueno, no podría ser calificado de éxito.
P. ¿Seguirán dándole dinero para los migrantes?
R. No estamos dando dinero a las autoridades turcas. Estamos dando dinero a los migrantes. Todo el mundo tiene su tarjeta de crédito, con la que compran para comer y dormir o van a la escuela. Y vamos a seguir haciéndolo, claro. ¿Cómo vamos a lavarnos las manos?
P. ¿Cómo afrontar la situación de Libia?
R. Los alemanes convocarán una conferencia sobre Libia. Si lo logran, tal vez es hora de crear una mayor unidad entre los europeos, porque hay una gran división entre nosotros.