La cooperación entre dos potencias imperiales

Por Redacción dat0s con Agencias
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Putin e Ix Jimping. Rusia y China cooperación potencias
Foto: Getty Images

La cooperación entre China y Rusia se manifiesta en diferentes campos.

Desde 1993, Moscú y Pekín han intensificado su cooperación en materia de energía gracias al hecho de que Rusia es exportador neto de petróleo y gas y China un país con una enorme necesidad de hidrocarburos. En 2014 Gazprom y National Petroleum Corporation firmaron un acuerdo de 30 años para utilizar el gasoducto Power of Siberia para exportar gas ruso a China. Rusia siempre ha estado entre los cinco principales proveedores de petróleo a China y en 2016 destronó a Arabia Saudí como proveedor principal.

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La clave de la cooperación en materia de energía es que resulta beneficiosa para ambos países. El Kremlin, tras la imposición de las sanciones económicas por Occidente a raíz de la crisis de Ucrania de 2014, tuvo que ceder ante Beijing la rebaja del precio de sus hidrocarburos y abrir a las inversiones chinas los yacimientos rusos de petróleo y gas.

Cooperación militar

Rusia es uno de los proveedores más importantes de China en tecnología militar avanzada y armas convencionales. La cooperación militar incluye, además, educación militar profesional, entrenamiento y maniobras militares conjuntas, entre las que destacan las realizadas en el Mediterráneo en 2015 y, sobre todo, Vostok 2018 (en la que intervinieron 3 200 efectivos chinos junto con 300 000 rusos en Siberia oriental). Vostok 2018 representa un aumento cualitativo de la cooperación sino-rusa en materia de seguridad y defensa.

Vínculos comerciales

Los lazos comerciales y de inversión entre China y Rusia han crecido gradualmente desde finales de los 90, y mucho más después de la imposición de las sanciones económicas a Rusia. No obstante, la importancia de Rusia como socio comercial de China es limitada y asimétrica, especialmente si se compara con la relación económica mucho más amplia y consecuente que Pekín tiene con Washington.

Para China, las sanciones occidentales a Rusia fueron una oportunidad para bajar los precios de sus importaciones porque Moscú necesita una salida para sus recursos y generar actividad económica compensatoria. Rusia tuvo que eliminar barreras a los inversores chinos, ya no solo en materia energética sino en otros sectores como el ferroviario y el de las telecomunicaciones.

Además de la tradicional cooperación militar, comercial y energética, ambos países ven una gran oportunidad de expandir su cooperación en las áreas de desarrollo tecnológico y exploración del espacio.