La denuncia de la fiscal Ortega sobre los vínculos entre Maduro y Odebrecht
Los últimos meses de su vida han sido de película y de película fue también la huida de Venezuela de la fiscal rebelde Luisa Ortega, declarada enemigo público número uno del régimen de Nicolás Maduro.
La mañana del viernes, a la misma hora que en la ciudad mexicana de Puebla comenzaba una reunión con fiscales de todo el continente en la que estaba prevista la participación de Ortega, ella atravesaba a gran velocidad el mar Caribe para recorrer la distancia existente entre la península venezolana de Paraguaná y la isla de Aruba, a casi 30 kilómetros y tres horas de distancia con buen mar.
Cuando llegó el momento de su intervención, la fiscalía mexicana difundió un audio grabado desde un lugar desconocido en el que Ortega denunciaba los vínculos de corrupción entre el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y su entorno, con la constructora brasileña Odebrecht.
Cuando se difundió el audio, Ortega, fiscal general venezolana hasta hace unas semanas, estaba ya a salvo en Aruba donde se preparaba para tomar un vuelo privado que finalmente la dejó a las 15:30 hora local en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, confirmaron autoridades migratorias.
La fiscal que desafió al régimen al oponerse a la Asamblea Constituyente de Maduro aterrizó en Colombia acompañada de su esposo, el diputado oficialista Germán Ferrer y otras dos personas que trabajaban con ella: Gioconda del Carmen González y el fiscal anticorrupción Arturo Vilar.
La situación de Ortega y su marido en Venezuela se había vuelto insostenible desde que fue destituida de su cargo por oponerse a la Constituyente. Además de asaltar sus oficinas y su vivienda, la nueva Asamblea también levantó la inmunidad parlamentaria a su esposo y puso en marcha la maquinaria represiva al pedir que fuera procesado por, supuestamente, formar parte de una red de extorsión que se exigía dinero a delincuentes para evitar que prosperaran las acusaciones.
Con la llegada a Colombia de ambos quedan dos preguntas en el aire ¿huyó o el régimen les abrió la puerta a ella y su marido? ¿Quién organizó el vuelo privado pilotado por dos hombres de nacionalidad colombiana para que llegara a Bogota? Teóricamente, Ortega estaba bajo vigilancia después de que el Gobierno de Nicolás Maduro le prohibiera salir de Venezuela.
A la hora en la que se emite su programa de televisión de la tarde, ya se conocía la huida de Ortega. Pero Maduro, que atacó incluso al director Gustavo Dudamel por criticarlo, no hizo alusión alguna.
Sin embargo, al margen de la cinematográfica escapada, el audio de cinco minutos enviado por Ortega a sus colegas de todo el continente incluía una grave denuncia de quien fuera la mujer más poderosa en el Ministerio Público.
Según reveló Ortega en la grabación, la razón de fondo para la “persecución sistemática” del Gobierno de Maduro hacia ella y su personal de confianza estaría los sobornos de Odebrecht a funcionarios del Gobierno venezolano, dijo a sus colegas.
“Y eso los tiene muy preocupados y angustiados porque saben que tenemos la información y el detalle de todas las operaciones y montos”, afirmó en la grabación difundida durante la Cumbre de Fiscales de América Latina.
“Tenemos el detalle de toda la cooperación, montos y personajes que se enriquecieron y esa investigación involucra al señor Nicolás Maduro y a su entorno”, señaló la mujer más perseguida por el chavismo.
La presencia de Odebrecht en Venezuela no es un tema menor. Durante la etapa de Hugo Chávez Odebrecht se convirtió en la constructora favorita del régimen y en los últimos 20 años ha recibido importantes contratos, coincidiendo con el idilio político entre el entonces presidente de Brasil, Lula da Silva, y el comandante bolivariano.
Según las investigaciones en marcha en Brasil, Venezuela es el segundo país donde la empresa repartió más dinero en sobornos, unos 98 millones de dólares, entre 2006 y 2015, a “funcionarios e intermediarios del Gobierno” para “obtener y retener contratos de obras públicas”.
Actualmente la empresa de Marcelo Odebrecht tiene en marcha 11 importantes proyectos en suelo venezolano entre los cuales se incluyen la línea 5 del Metro de Caracas, la modernización del Aeropuerto de Maiquetía de Caracas, la construcción de una Central Hidroeléctrica, el Metrocable La Dolorita o un puente sobre el Lago de Maracaibo, todos ellos a medio construir.
Sin embargo, las investigaciones emprendidas en Brasil y que han tenido consecuencias en países como Brasil o Peru, donde fue encarcelado los expresidentes Ollanta Humala y Alejandro Toledo o en México- donde el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, tuvo que comparecer ante la Procuraduría, han encontrado un muro de silencio y obstrucción del chavismo que lejos de colaborar persigue a los fiscales que investigación la participación en sobornos.
Según el audio difundido por Ortega 64 fiscales venezolanos especializados en corrupción tienen prohibido salir del país debido al caso Odebrecht. En consecuencia, la exfiscal advirtió a sus colegas que “cualquier información que envíen al Ministerio Público (de Venezuela) servirá para todo lo contrario (…) atentar contra la fuente”, señaló en la grabación.
La exfiscal fue destituida el 5 de agosto de su cargo por la nueva Asamblea Nacional Constituyente, después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) aprobara el antejuicio de mérito. El parlamentario Pedro Carreño pidió que se investigara a Ortega Díaz por “atentar, lesionar o amenazar la ética pública y la moral administrativa”, según dijo.
El actual fiscal general de Venezuela y uno de los hombres más cercanos a Maduro, Tarek William Saab, puso a Ortega en la diana al acusarla de ser la “autora intelectual” de las muertes y heridos de las últimas semanas. “Me podrán inventar delitos pero defenderé hasta el último aliento la democracia”, se defendió no obstante ante sus colegas latinoamericanos al explicar las razones de fondo de la persecución.
La llegada de Ortega a Colombia coincide con un papel cada vez más activo de los países de América Latina en contra del viraje totalitario de Maduro. En los últimos meses el gobierno colombiano de Juan Manuel Santos pasó de ser uno de los principales valedores de Maduro por su contribución al proceso de paz con la guerrilla de las FARC, a exigir el regreso de la democracia. “Maduro tal vez pensaba que, por ayudarnos en el proceso de paz, nos taparíamos los ojos” escribió recientemente en un artículo publicado en EL PAÍS titulado Lloramos por ti, Venezuela.
Paralelamente, México, el país que encabeza la oposición diplomática a los planes de Maduro de disolver la Asamblea opositora, movió ficha en Cuba, principal aliado de Maduro.
El canciller mexicano Luis Videgaray viajó el viernes a La Habana donde se reunió con su homólogo Bruno Rodríguez para presionar al régimen de la isla con un cambio de actitud hacia su socio bolivariano.