La guerra comercial entre China y Estados Unidos explicada a través de unos zapatos

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Foto: Getty Images

Si compras tu calzado en Estados Unidos, puede que pronto te salga más caro.

Si el presidente estadounidense, Donald Trump, continúa imponiendo más aranceles a los productos fabricados en China, la asociación de Distribuidores y Minoristas de Calzado de EE.UU. (FDRA, por sus siglas en inglés) prevé un aumento del 37,3% en los precios del calzado proveniente del gigante asiático, de US$150 a US$206 en promedio.

Estos aranceles, si finalmente se anuncian, podrían a afectar a bienes por un valor total de US$325.000 millones, incluyendo zapatos y zapatillas deportivas.

Entonces, ¿cómo te afectaría si tuvieras que comprar calzado para toda la familia?

Aumento del gasto familiar

Pongamos, por ejemplo, que le quieres comprar zapatos al más pequeño de la familia, en constante crecimiento. Sus zapatos pasarían a costar de US$10 a US$15, según la FDRA.

Si tu hija adolescente acaba de empezar a jugar al baloncesto y necesita unas zapatillas deportivas nuevas, estas pasarán a costar US$179, en lugar de US$139, según la misma organización.

Ahora, imaginemos que a tu pareja le apetecen unas botas de caza nuevas como regalo de cumpleaños. Pues en lugar de costarte US$190, podrían llegar a los US$249.

En total, solo en zapatos, esta familia se vería obligada a gastar US$169 más que ahora.

¿Por qué aumentan los precios?

Desde julio de 2018 se ha desatado una guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Washington aprobó una subida de aranceles del 10 al 25% a productos chinos por valor de US$200.000 millones. El impuesto estará en vigor, en principio, hasta el 1 de junio de este año.

Pekín respondió con aranceles del 25% a bienes estadounidenses por un valor de US$60.000 millones, cerca de la mitad del total de las importaciones que China realiza de Estados Unidos. También está previsto que se suspendan el primero del próximo mes.

Pero en lugar de desaparecer, todo indica que podrían aprobarse nuevos impuestos.

Trump ya ha amenazado con imponer un arancel del 25% al resto de mercancías que Estados Unidos trae de China y que representa US$325.000 millones.

Esto significa que productos como el calzado, importado en grandes cantidades desde China, podría sufrir un alto incremento. Y traer zapatos y zapatillas de otros países, no es una tarea sencilla, según algunos expertos.

Rick Helfenbein, el director ejecutivo de la Asociación Americana de Ropa y Calzado (AAFA, por sus siglas en inglés), dice que, aunque la importación de calzado desde Vietnam o Indonesia ha aumentado, el proceso de producción implica conocimientos técnicos y tecnología que no es fácilmente transferible de país a país.

Helfenbein sostiene también que el 72% del calzado, el 84% de los accesorios y el 41% de toda la ropa vendida en Estados Unidos proviene del gigante asiático.

Estamos muy expuestos. No tenemos un lugar al que acudir para adquirir todos estos productos, así que estamos atrapados. Estos aranceles nos perjudicarán y será especialmente malo para el comercio minorista”.

Andy Polk, un portavoz de la FDRA, le dijo a la BBC que Estados Unidos no fabrica algunos de los tipos de manufacturas de zapatos que se realizan en China. Y de hacerlo, asegura, el precio inicial sería más alto.

Un par de botas de trekking puede hacer que los consumidores tengan que gastar US$300 más que ahora. Y las zapatillas para correr pueden costar al menos US$150 más, afirma Polk.

Además, el portavoz de la FDRA cree que ese dinero podría ser mejor invertido en innovar productos, beneficiando así a consumidores en todo el mundo.

“Las empresas toman decisiones presupuestarias con meses de anticipación. En China están empezando a fabricar zapatos para el invierno, así que ahora ya estamos presupuestando para la primavera de 2020”, dijo.

“Si las compañías han agregado costos a la venta de su productos en el mayor de sus mercados, entonces han reducido el capital destinado a la innovación de productos, el diseño y la tecnología”.

El objetivo de Trump en la guerra comercial

Los aranceles impuestos a los productos chinos, en teoría, hacen que los productos fabricados en Estados Unidos sean más baratos que los importados, animando a los consumidores a optar por el producto nacional.

Pero estos aranceles pueden ser también una táctica en el marco de la guerra comercial desatada entre Washington y Pekín.

Trump insiste que aunque esto pueda, en un principio, dañar a la economía estadounidense, está seguro de que a largo plazo la economía china también saldrá perjudicada.

El pasado 13 de mayo, el presidente Trump tuiteó “muchas empresas abandonarán China por Vietnam y otros países similares en Asia”.

“No quedará nadie en China con el que hacer negocios. ¡Muy mal para China, muy bueno para Estados Unidos!”

Los expertos dicen que la estrategia del Trump es obligar a China a volver a la mesa de negociaciones para discutir asuntos comerciales más amplios de los que se ha mostrado dispuesto hasta ahora.

Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, ha dicho que ambos países deben ser más flexibles en aras de resolver la disputa comercial, pero Pekín también ha respondido con un incremento de aranceles para algunos de los productos que China importa de Estados Unidos.