La justicia chilena ratifica que Salvador Allende se suicidó

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La Corte Suprema ratifica que el expresidente se suicidó durante el golpe de 1973 y da por cerrada la investigación

Los tribunales chilenos han determinado la verdad judicial respecto de la muerte de Salvador Allende, ocurrida hace 40 años. De acuerdo con un fallo de la Corte Suprema, conocido este martes en Santiago de Chile, el expresidente socialista se suicidó el 11 de septiembre de 1973 en el Salón Independencia de La Moneda, mientras los militares golpistas atacaban el Palacio de Gobierno. “No hay ningún testigo que pueda avalar la tesis del enfrentamiento”, señala la sentencia que echa por tierra la posibilidad de que el mandatario haya sido asesinado por los uniformados.

El pronunciamiento de la máxima instancia judicial de Chile ratifica la investigación que el magistrado Mario Carroza realizó entre enero de 2011 y septiembre de 2012 y el pronunciamiento de la Corte de Apelaciones en junio pasado. Las dos instancias habían concluido que Allende se autoeliminó, por lo que el fallo de la Suprema representa la finalización definitiva de esta causa que buscaba, por primera vez en cuatro décadas, determinar judicialmente el destino del primer Presidente socialista del mundo en conseguir el poder democráticamente.

Según el texto del fallo, el 11 de septiembre de 1973 La Moneda ardía después de ser atacada por la Fuerza Aérea. El médico de 65 años se dirigió al Salón Independencia, en el segundo piso del Palacio, y cerró la puerta. A esas alturas se encontraba solo, sin la compañía de su hija Beatriz y sus principales colaboradores que lo acompañaron durante toda esa jornada. La Corte Suprema señala que dentro de la habitación, Allende se sentó en un sofá, instaló el fusil entre sus piernas y, apoyándolo en su mentón, lo accionó. El Presidente falleció en forma instantánea.

“A consecuencia de esta acción, su cuerpo quedó en una posición tal que su cabeza se cargó hacia la derecha e inclinó sobre el tórax. La bóveda craneana tuvo una pérdida importante de masa encefálica, que queda disgregada en el suelo y en el muro ubicado a sus espaldas”, relata el texto de los tribunales chilenos.

Poco después del golpe de Estado, la tesis del asesinato de Allende se expandió entre los principales líderes mundiales. Incluso Fidel Castro, en un discurso en La Habana, señaló pocos días después que el líder de la Unidad Popular había muerto en medio del combate con el Ejército, y recién en 2002 aceptó públicamente su equivocación. Durante gran parte de la dictadura (1973-1990), para una porción importante de la izquierda chilena fue complejo aceptar que el Presidente se había quitado la vida, pero con la verdad histórica se instaló paulatinamente en la población. Los tribunales, sin embargo, recién en 2011 decidieron realizar una investigación para determinar la verdad judicial de la muerte de Allende y llegaron a exhumar sus restos desde el Cementerio General de Santiago.

En base a los resultados de esa pericia, se descartó el uso de dos armas de fuego, ya que no se encontraron nuevos rastros. La muerte de Allende fue causada, de acuerdo a la justicia, se produjo por una “lesión perforante de la cabeza por proyectil de arma de fuego de alta velocidad a contacto”.