La libertad no es tan fácil como parece

Por Redacción dat0s con Agencias
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nicaragua, liberan presos politicos
Foto: Getty Images

Luego de la libertad muchos presos políticos nicaragüenses que el jueves llegaron a Washington no saben a dónde ir. El drama de la familia en la era Ortega.

222 detenidos políticos salieron el pasado jueves de las cárceles a un avión comercial alquilado por la embajada de los Estados Unidos en Managua. Su destino más que un lugar físico, la libertad. Abstracta o real los pasajeros se encontraron con dos noticias desconcertantes. La primera se les comunicó en pleno vuelo de que el Gobierno de Ortega se había encargado de volverlos apátridas. Les quitó la nacionalidad. La segunda, vino para una buena parte del grupo a tono como con anestesia, no sabían a donde ir.

Después de la acogida, los primeros tres días en un hotel de cinco estrellas, al menos 104 del grupo no tiene familia en EEUU. El programa humanitario que los está cobijando no establece como requisito una familia de apoyo, pero sí exige registrar una dirección.

La ONG que se ha encargado de acomodar a los presos políticos ha dicho que han encontrado viviendas para medio centenar. Entre sábado y domingo también se ha visto en los pasillos del hotel al cónsul de España cumpliendo el encargo de su Gobierno a empezar el papeleo legal para iniciar el trámite de ciudadanía con quienes la aceptaron. Pero en declaraciones a la prensa los repatriados han dicho que será difícil porque la verdadera familia es la que quedó atrás.

En declaraciones recogidas por el diario El País uno de los presos dice: “Nos trajeron a la libertad, nos bajaron del avión, nos dieron hotel por tres días, nos metieron en el programa migratorio, pero ahora todos los presos políticos pensamos dónde ir…que si no nos apoyan vamos a andar en las calles pidiendo, como indigentes”. Nadie quiere eso, pero es una idea que cala y no deja de hacer peso como una carga que no encuentra acomodo. Muchos metidos en ropa donada que apareció en bolsas negras regaladas por residentes nicaragüenses en Washington. Han traído ropa y calzados. Esa es la ayuda que quizá duele recibir. En su país ya no tienen ni siquiera nacionalidad. Ya no existen allá.

“El que quiere a su familia no desea esto. Todos dejamos atrás padres, hijos, esposas, tíos, hermanos que nos aman y amamos. Este régimen (refiriéndose al de Ortega) ha desbaratado las raíces de la familia nicaragüense”.