La OMS reconoce ahora que es posible la transmisión aérea del coronavirus en interiores

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Foto: REUTERS-Denis Balibouse

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acepta, finalmente, que la covid-19 puede contagiarse por el aire en algunas circunstancias. No es ni de lejos tan fácil ni tan común como en otras enfermedades, como el sarampión, pero es posible y se debe tener en cuenta. Por primera vez desde el 29 de marzo, la OMS ha actualizado el documento en el que detalla los modos de transmisión del virus que encerró a medio planeta en sus casas para incluir los llamados aerosoles, esas pequeñas partículas que pueden mantenerse en suspensión unos minutos con carga vírica e infectar a quien las inhale.

No obstante, la declaración de la OMS es muy cautelosa, ya que las pruebas son indirectas. Además, muchos especialistas advertían de que alertar del contagio por vía aérea podría malinterpretarse por la población. Según describe el nuevo documento, se han observado brotes en “algunos entornos cerrados, como restaurantes, clubes nocturnos, lugares de culto o lugares de trabajo donde la gente puede estar gritando, hablando o cantando”. “En estos brotes”, se apunta, “no se puede descartar la transmisión de aerosoles, particularmente en estos lugares interiores donde hay espacios abarrotados y con ventilación inadecuada donde las personas infectadas pasan largos períodos de tiempo con otros”. La OMS no descarta una posibilidad que cientos de científicos reclaman que contemple desde hace semanas, con quienes trabajaba intensamente para consolidar el conocimiento científico. Sobre todo, porque en la fase de nueva normalidad que afrontan muchos países, estos escenarios vulnerables se multiplicarán de nuevo.

Locales cerrados, con mala o nula ventilación y mucha gente hablando (cuanto más alto, peor) durante un buen rato. Esos cuatro factores sumados aparecían como la causa más probable de transmisión en varios brotes muy conocidos por los epidemiólogos desde febrero y marzo. Un recital de un coro en el que se mantuvo la higiene y la distancia de seguridad. Numerosos brotes en karaokes. Un restaurante en el que se contagiaron los comensales de las mesas vecinas. Un gimnasio en el que se practicaba zumba. Un viaje en autobús de largo recorrido sin mascarillas ni ventilación. Los expertos tenían claro que la vía de contagio más plausible eran esos aerosoles, partículas con virus que aguantan en suspensión y que pueden respirarse. Hasta ahora, las autoridades sanitarias solo aceptaban este contagio por aerosoles en los momentos en los que se intuba a los pacientes de covid, es decir, no se puede mantener la distancia de seguridad interpersonal, pero no para situaciones habituales entre la ciudadanía.

En el documento, la OMS reconoce que “una persona susceptible podría inhalar aerosoles y podría infectarse si los aerosoles contienen el virus en cantidad suficiente para causar infección en el receptor”. Sin embargo, admite, se desconoce la dosis del virus necesaria para provocar la infección. La vía más común de contagio son las gotas que se desprenden de boca y nariz al estornudar, toser o hablar, porque contienen más virus. Las partículas en suspensión que incluye ahora la OMS contienen muchísimos menos virus y por lo tanto es menos probable la infección. De ahí que en la mayoría de los casos reseñados el contagio se haya producido tras una exposición prolongada, en torno a una hora, al paciente cero. Varios estudios muestran que la cantidad de gotículas que se expulsan aumentan con la fuerza de la vocalización, siendo mucho mayores al cantar, gritar o al hablar en alto que al comunicarse en voz baja.

Por tanto, la OMS recomienda “evitar las reuniones abarrotadas en interiores tanto como sea posible, en particular cuando el distanciamiento físico no es factible, y garantizar una buena ventilación ambiental en cualquier entorno cerrado”. Pensando en el verano y en la vuelta a los lugares de trabajo, los fabricantes de aires acondicionados han preparado recomendaciones detalladas específicas para mejorar la ventilación, ya que es importante renovar el aire con el exterior y evitar la recirculación en lugares cerrados. Obviamente, las mascarillas siguen siendo un factor esencial para evitar que esas gotas, grandes o pequeñas, escapen de nariz o boca y expongan a otras personas al contagio. La semana pasada, cientos de especialistas en aerosoles hicieron pública una carta dirigida a la OMS en la que reclamaban que se tuviera en cuenta esta vía de contagio en sus recomendaciones.

“Creemos que debemos estar abiertos a estas pruebas y comprender sus implicaciones con respecto a los modos de transmisión y las precauciones que deben tomarse”, admitió el martes Benedetta Allegranzi, responsable de prevención y control de infecciones de la OMS. Allegranzi añadía que llevaban desde abril atendiendo a las aportaciones de estos científicos especializados en aerosoles y transmisión aérea. No obstante, esta científica añadió: “Hay algunas pruebas nuevas, pero no es definitivo. Por lo tanto, no se puede descartar la posibilidad de transmisión aérea en entornos públicos, especialmente en condiciones muy específicas: lugares abarrotados, cerrados, con poca ventilación”.