La oposición venezolana lanza una ofensiva contra Maduro con el respaldo de EE UU y Brasil

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El líder opositor venezolano Juan Guaidó se ha proclamado este miércoles mandatario del país al considerar ilegítimo el segundo mandato de Nicolás Maduro. “Juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo nacional como el presidente encargado de Venezuela para lograr el cese de la usurpación”, ha declarado en Caracas el presidente de la Asamblea Nacional -el Parlamento de mayoría opositora declarado “en desacato” por el régimen- durante una jornada de movilizaciones masivas. El Gobierno de Estados Unidos lo reconoció oficialmente como “presidente interino”. Enseguida se sumaron Canadá, Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, Costa Rica, Chile y Argentina, además del secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Guaidó decidió dar el paso que parte importante de la sociedad venezolana le estaba pidiendo y juró públicamente como presidente encargado del país, apoyándose en la interpretación del artículo 233 de la Constitución Nacional, que faculta al Legislativo a ejercer funciones cuando el cargo de la presidencia está vacante. Su objetivo es lograr la formación de un “Gobierno de transición y elecciones libres”.

Su declaración trascendió el simbolismo del gesto y generó una reacción en cadena de la comunidad internacional frente a un Gobierno cada vez más aislado. Empezando por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que casi de inmediato brindó su apoyo y reconocimiento al dirigente opositor. La decisión se produce después de una serie de anuncios que han marcado un incremento de la implicación de su Administración en la situación en el país latinoamericano.

En un comunicado, Trump animó a otros Gobiernos occidentales a reconocer a Guaidó como presidente interino, y aseguró que utilizará “todo el peso del poder económico y diplomático de Estados Unidos para presionar por la restauración de la democracia venezolana”.

Enseguida se pronunciaron algunos de los principales Gobiernos de la región. Los mandatarios de Brasil, Colombia, Argentina, Perú, Ecuador y Costa Rica anunciaron desde el foro económico de Davos que también reconocen a Guaidó. A ellos se sumaron las felicitaciones de Luis Almagro, secretario general de la OEA.

Una excepción significativa entre los gigantes de América Latina la representa México. El portavoz del Gobierno de López Obrador aseguró a este periódico que “de momento no hay un cambio en la postura de México” hacia la crisis de Venezuela, por lo que se sigue reconociendo a Nicolás Maduro como el presidente del país caribeño, informa Javier Lafuente. México se escuda en la “no intervención” para mantener su criterio.

Maduro culminó el pasado 10 de enero la deriva del régimen con una investidura rechazada por las principales instancias de la comunidad internacional, de Washington a Bruselas, y la mayoría de los Gobiernos de la región. El sucesor de Hugo Chávez, que en mayo ganó unas elecciones celebradas sin la participación de la mayoría de las fuerzas opositoras, exhibió no obstante el apoyo de Rusia, China y Turquía. En América, Maduro conserva el respaldo expreso del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, del régimen autoritario del nicaragüense de Daniel Ortega y del Ejecutivo de Evo Morales, en Bolivia.

El nuevo jefe de la oposición venezolana había llamado al país a las calles este miércoles, 23 de enero, fecha en la cual echó a andar la democracia en el país, bajo la consigna de no reconocer al Gobierno chavista y pedir elecciones limpias.

“Hoy renace la esperanza en Venezuela”, ha dicho Guaidó. “No vamos a dejar sola a nuestra gente. Mientras Maduro no protege a nadie, nosotros vamos a rescatar esta Constitución, los derechos humanos, y sí, hoy damos un paso más. Que no quede duda, el pueblo va a salir el fin de semana a entregar esa Ley de Amnistía [prometida a los militares] y a recibir la primera semana la ayuda humanitaria. Ojalá la familia militar se ponga del lado del pueblo”.

Videomensaje de Pence

Su estrategia consiste en lograr apoyo interno, aunque principalmente el externo. El martes ya había conseguido el del vicepresidente estadounidense, Mike Pence. En un mensaje en vídeo ofrecía la víspera su “apoyo inquebrantable” a las masivas protestas en Venezuela contra el presidente Maduro celebradas durante la jornada, en una muestra de apoyo explícita por parte de la Administración de Trump a la oposición venezolana. “Mientras la buena gente de Venezuela hace que sus voces se oigan mañana [por ayer], en nombre del pueblo estadounidense decimos: estamos con ustedes. Nos levantamos con ustedes, y seguiremos con ustedes hasta que la democracia sea restaurada y ustedes reclamen su derecho natural a la libertad”, dijo Pence, en su mensaje, con algunas expresiones en español.

“Nicolás Maduro es un dictador sin derecho legítimo alguno al poder. Nunca ha ganado la presidencia en unas elecciones libres y justas, y se ha agarrado al poder encarcelando a cualquiera que ose oponerse a él”, proseguía el vicepresidente, en el vídeo difundido por Twitter. Pence rubricó su inequívoco apoyo a la oposición venezolana con una tribuna de opinión que firmó en The Wall Street Journal, en la que elogia reiteradamente a Guaidó, a quien se refiere como “valiente presidente” de la “legislatura legítima de Venezuela”. Ese mismo apoyo a la Asamblea Nacional como “único cuerpo democrático legítimo del país” se lo trasladó Pence directamente al líder opositor por teléfono, según The New York Times, el pasado 15 de enero.

“Animamos al presidente [Trump] a que siga adelante”, sostuvo el senador republicano Marco Rubio tras reunirse con el mandatario en la Casa Blanca. El presidente convocó este miércoles una reunión en el Despacho Oval, a la que asistieron el propio Rubio, Pence y el equipo de seguridad nacional. Nicolás Maduro no tardó en responder. Aseguró que ha ordenado “una revisión total, absoluta de la relación” de Venezuela con Estados Unidos y dio 72 horas al personal diplomático estadounidense para abandonar el país.