La Riviera en Gaza

Por Redacción dat0s con agencias
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El ministro israelí de Finanzas asegura que Israel y EEUU negocian para dividirse la franja de Gaza.

Desde que empezó la guerra en Oriente Medio no se había llegado a una situación tan extrema. Los gobiernos de Estados Unidos e Israel han redituado su vieja alianza anunciando que la estocada final contra Palestina es la toma de Gaza. La invasión por tierra que se realiza en estos momentos (cuando escribo) describe la magnitud de esta fraternidad. Podría pensarse que se trata de un gran triunfo israelí, una demostración de fuerza suprema que tiene un correlato al otro lado de la realidad; una virtual derrota cediendo terreno para que el presidente de los Estados Unidos haga realidad el sueño de convertir la franja en un elegante centro turístico con instalaciones reconstruidas y aspirando el polvo aun fresco de los más de 60.000 cadáveres que han quedado sepultados en tierra santa.

El anunció es un presagio de los éxodos modernos en plena era tecnológica, desplazar miles de personas despojadas de todo, pertenecías y seres queridos, ser acomodadas en refugios creando así guetos donde los residentes son forzados a vivir en condiciones de aislamiento y segregación como en el siglo XVI en Europa donde irónicamente se confinó a la población judía y que más tarde los nazis usarían como parte de su maquinaria de exterminio.

El reconocimiento del ministro israelí de finanzas revela que los EEUU e Israel han estado planificando ante los ojos del mundo la división del territorio de la franja de Gaza después de la guerra con Hamás. El reconocimiento implícito tiene su propio sello: “Hemos invertido mucho dinero en esta guerra”, dice el titular de finanzas israelí desde Tel Aviv de acuerdo a declaraciones recogidas de medios del país. “Tenemos que ver cómo nos repartimos la tierra en porcentajes. La demolición es el primer paso de la renovación de la ciudad, algo que ya hemos hecho, ahora solo necesitamos construir”.

Es muy probable que el paisaje de esas construcciones sean campos de golf, el deporte preferido del presidente de los Estados Unidos, él mismo ha sido quien anteriormente ya había anunciado de la posibilidad de convertir el enclave palestino en una ciudad de vacaciones a orillas del Mediterráneo. Las declaraciones del ministro israelí coronan el sueño de esta desopilante iniciativa sin que nadie mencione un amen ante el exterminio del pueblo palestino.


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
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