Las declaraciones explosivas de una jefa de gabinete

Por Agencias con edición dat0s
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La jefa de gabinete de la Casa Blanca tildó a Elon Musk de consumidor “declarado” de drogas en entrevista a Vanity Fair.

Ninguna declaración de la persona que trabaja al lado del despacho Oval en Washington DC, se aventuraría a realizar declaraciones sin la correspondiente venía del jefe. Es así que, en este contexto jerárquico, la jefa de gabinete de la Casa Blanca Susie Wiles, no tuvo reparos de calificar al vicepresidente JD Vance de “teórico de la conspiración”, al jefe de presupuesto, Russ Vought, de “fanático absoluto de derecha” y criticó la gestión de la fiscal general, Pam Bondi de los expedientes relacionados con el difunto delincuente sexual y desacreditado financiero Jeffrey Epstein.

Elon Musk, director ejecutivo de Tesla Inc, era un consumidor “declarado” de ketamina, según señaló la Wiles, a Vanity Fair, entre una serie de comentarios francos y, en ocasiones críticos, que hizo sobre el círculo íntimo del presidente Donald Trump en entrevistas con la revista.

La Casa Blanca salió rápidamente a minimizar los comentarios de la entrevista del martes, y Wiles señaló en una publicación en redes sociales que “se había ignorado un contexto significativo” en lo que calificó como “un artículo difamatorio con un enfoque engañoso”.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, expresó su apoyo a Wiles, diciendo que Trump “no tiene una asesora mejor o más leal que Susie”.

“Toda la administración está agradecida por su liderazgo firme y está totalmente unida detrás de ella”, dijo Leavitt en X.

Pero la explosiva entrevista amenazó con reavivar dudas sobre el presidente y sus políticas, y reabrir divisiones, incluido el conflicto con Musk.

“Es un actor completamente solista”, dijo Wiles sobre Musk en una de las entrevistas realizadas a lo largo del año. “El reto con Elon es seguirle el ritmo”.

Cuando se le preguntó qué pensaba sobre Musk por compartir una publicación en X que afirmaba que los trabajadores del sector público eran responsables de los millones de muertos bajo Adolf Hitler, Joseph Stalin y Mao Zedong, Wiles dijo: “Creo que es cuando tomó microdosis”. No obstante, Wiles reconoció que no tenía conocimiento directo de ningún consumo de drogas.

Musk y portavoces de Tesla no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios. Musk negó usar ketamina tras un informe del New York Times a comienzos de este año que afirmaba un consumo extensivo de esa sustancia y otras drogas. En esa ocasión, dijo que había probado la ketamina bajo receta médica años atrás, pero que no la había tomado desde entonces.

Musk lideró la iniciativa del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Trump para recortar el tamaño y el alcance del gobierno federal y su fuerza laboral, comenzando por el cierre de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés). Dichas medidas sorprendieron a Washington y condujeron al cierre de programas humanitarios.

Wiles dijo que “al principio estaba horrorizada” y confrontó a Musk cuando cerró programas que Trump quería preservar.

“La actitud de Elon es que hay que hacerlo rápido”, dijo Wiles a Vanity Fair. “Y con esa actitud, vas a romper algo de porcelana. Pero ninguna persona racional podría pensar que el proceso de USAID era bueno. Nadie”.

Musk tuvo un enfrentamiento público con el presidente cuando dejó la administración y amenazó con iniciar su propio tercer partido. La relación parecía estar mejorando, y Musk asistió el mes pasado a una cena para el príncipe heredero saudí en la Casa Blanca. Axios informó el martes que Musk ha comenzado a financiar campañas republicanas para las elecciones legislativas de 2026 e indicó que aportaría más, citando a personas familiarizadas con la situación.

 Archivos de Epstein

En la entrevista, Wiles también criticó a la fiscal general por el manejo de los archivos de Epstein. En febrero, Bondi entregó carpetas tituladas “Los Archivos de Epstein: Fase 1” a un grupo de influyentes conservadores, generando entusiasmo entre los seguidores del presidente que esperaban que cumpliera su promesa de campaña de divulgar documentos relacionados con el delincuente sexual convicto.

Sin embargo, los archivos que Bondi publicó solo contenían información previamente divulgada. Para aumentar la controversia, luego Bondi diría a Fox News que la lista de clientes de Epstein estaba “sobre mi escritorio” para ser revisada. Pero el Departamento de Justicia y el FBI dirían posteriormente que Epstein no mantenía una lista de clientes y que no se divulgarían más documentos, lo que generó una reacción adversa en partes de la base de Trump.

“Primero les dio carpetas llenas de nada. Y luego dijo que la lista de testigos, o la lista de clientes, estaba en su escritorio. No existe una lista de clientes, y desde luego no estaba en su escritorio”, dijo Wiles.

La jefa de gabinete de la Casa Blanca declaró a la revista que había leído “el archivo Epstein”, añadiendo que Trump figuraba en él. “Y sabemos que está en el archivo. Y no está en el archivo haciendo nada terrible”, añadió.

En noviembre, Trump firmó una ley que ordena al Departamento de Justicia a divulgar archivos relacionados con Epstein.

Wiles también habló con franqueza sobre Vance —un crítico de Trump en el pasado que adoptó la agenda populista MAGA del presidente para impulsarse hasta el puesto número dos en la Casa Blanca. A Wiles se le preguntó sobre la transición de críticos a aliados que habían vivido Vance y el secretario de Estado, Marco Rubio.

“Marco no era el tipo de persona que violaría sus principios. Simplemente no lo hará. Y así que tuvo que llegar ahí”, dijo sobre Rubio.

Sobre Vance, señaló: “Su conversión se dio cuando competía por el Senado. Y creo que su conversión fue un poco más, digamos, política”.

Vance explicó a Vanity Fair su giro para respaldar a Trump, diciendo: “Me di cuenta de que en realidad me caía bien, pensé que estaba haciendo muchas cosas buenas. Y pensé que era fundamentalmente la persona correcta para salvar al país”.

“Ajuste de cuentas”

Wiles también reconoció en la entrevista que los casos presentados por el Departamento de Justicia contra dos prominentes críticos de Trump, la fiscal general de Nueva York Letitia James y el exdirector del FBI James Comey, fueron represalias políticas, describiéndolos como “ajuste de cuentas” y diciendo que había pedido al presidente limitar su represalia planificada a los primeros tres meses de su mandato.

“Tenemos un acuerdo informal de que el ajuste de cuentas terminará antes de que finalicen los primeros 90 días”, dijo en una entrevista de marzo.

Sin embargo, en agosto, Wiles diría a la revista: “No creo que esté en una gira de represalia”.

“Un principio rector para él es: ‘No quiero que lo que me hicieron a mí le pase a otra persona’. Y por eso las personas que han hecho cosas malas necesitan salir del gobierno. En algunos casos, puede parecer represalia. Y puede haber un elemento de eso de vez en cuando. ¿Quién lo culparía? Yo no”, dijo.

Wiles también habló con franqueza sobre el caótico lanzamiento de los aranceles recíprocos de Trump a socios comerciales en abril, una política económica emblemática que provocó una violenta reacción del mercado y llevó al presidente a pausar los gravámenes días después para permitir más negociaciones.

“Yo lo llamaría mucho pensar en voz alta”, afirmó, reconociendo que había un “enorme desacuerdo” entre los asesores de Trump sobre si los impuestos eran una buena idea.

Wiles señaló que había recurrido a Vance —sin éxito— para retrasar el anuncio de Trump. Calificó el proceso de “más doloroso de lo que esperaba”, pero predijo en abril que el enfoque de Trump finalmente tendría éxito.

Encuestas recientes muestran que la aprobación de Trump cae y que los votantes expresan nuevas preocupaciones sobre las políticas económicas del presidente.


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
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