Las protestas ciudadanas sacuden a Nicaragua

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Foto: Oswaldo Rivas/Reuters

Por tercer día consecutivo, protestas multitudinarias contra el gobierno de Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, se han extendido por todo el país. Miles de manifestantes mostraron su inconformidad en las calles de Managua y otras ciudades, se enfrentaron con las fuerzas de seguridad y colocaron barricadas en vecindarios en reclamo contra las recién anunciadas reformas en el programa de seguridad social.

Según las autoridades, decenas de personas han resultado heridas y otras tres, incluido un policía, han fallecido hasta el momento a causa de las protestas que comenzaron el 18 de abril.

Las manifestaciones han sido parcialmente impulsadas por estudiantes de la red nicaragüense de universidades públicas; sin embargo, otros ciudadanos, entre ellos jubilados, se han unido a las protestas. Se trata de una de las movilizaciones ciudadanas más numerosas y violentas en la historia reciente de Nicaragua.

Las reformas al sistema de seguridad social aprobadas esta semana por el gobierno de Ortega fueron el detonante. Debido a las modificaciones, tanto empleados como empleadores deben contribuir más al sistema de seguridad social y los jubilados enfrentarían una reducción a sus pensiones debido a que les quitarían más dinero para cubrir los gastos médicos.

Las protestas inicialmente surgieron en Managua y León, pero rápidamente se extendieron a por lo menos otras diez ciudades, incluidas Granada, Masaya y Matagalpa.

Algunos videos que circulan en las redes sociales muestran a manifestantes que usan cascos de motocicletas para protegerse de las rocas y bombas incendiarias caseras que lanzan contra los policías antimotines, quienes han respondido con gas lacrimógeno y balas de goma.

Grupos de manifestantes que apoyan al gobierno también han salido a las calles. En Masaya, un bastión para el movimiento sandinista de Ortega, los simpatizantes del gobierno atacaron a los manifestantes con palos, según reportó Reuters.

Un joven de 29 años falleció la noche del 19 de abril cerca de la Universidad Politécnica de Nicaragua, en Managua, donde se registraron enfrentamientos entre manifestantes y la policía, según el sindicato de empleados de la universidad. Familiares dijeron a los representantes del sindicato que el hombre murió después de ser golpeado en el cuello por una bala de goma.

El mismo jueves, los enfrentamientos con grupos que la policía califica de vándalos en la Universidad Politécnica, en Managua, causaron la muerte de un policía. Un manifestante a favor del gobierno recibió un disparo y murió en Tipitapa, un municipio cerca de la capital, debido a una agresión cometida por “grupos de vándalos” que intentaban irrumpir en el despacho del alcalde, afirma la policía. Los manifestantes señalan que la víctima era integrante del movimiento opositor.

El gobierno ordenó a los proveedores de televisión por cable cortar la señal de diversas estaciones que no están bajo el control del Estado.

“¡Nos amenazan!”, declaró a través de Facebook Miguel Mora, director de una de las estaciones, 100 % Noticias, el 20 de abril. “¡Y no tenemos miedo!”.

La estación ha continuado sus transmisiones a través de las redes sociales.

Liz Throssell, portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, hizo un llamamiento al gobierno de Ortega para “evitar nuevos ataques contra los manifestantes y los medios de comunicación” y “para garantizar que las personas puedan ejercer libremente sus derechos a la libertad de expresión y a la libertad de reunión pacífica y asociación”.

“También instamos a los que se manifiestan a hacerlo de forma pacífica”, agregó Throssell.

A pesar de la represión, todo parece indicar que las protestas aumentarán. El 20 de abril, el líder de un movimiento campesino prometió movilizar a sus miembros -miles, potencialmente- y marchar hacia Managua.

El presidente Ortega no se ha pronunciado al respecto. No obstante, la vicepresidenta Rosario Murillo, quien también es la primera dama, emitió una declaración que fue transmitida el 19 de abril a través de los medios controlados por el Estado en la que afirma que los manifestantes eran manipulados por razones políticas.

Murillo dijo que las protestas eran organizadas por “esos minúsculos grupos que azuzan y desestabilizan para destruir Nicaragua”.