Lo que no contempla el nuevo acuerdo entre EE. UU. y China sobre fentanilo

China es uno de los principales proveedores de precursores químicos utilizados en la producción ilícita de fentanilo, pero en los últimos años ha adoptado varias medidas para combatir este comercio. Aun así, el comercio ilícito continúa y Trump intenta aprovechar el tema con fines económicos. Sin embargo, estos esfuerzos podrían no estar atacando el problema de fondo: que la mayoría de los precursores actuales son sustancias no fiscalizadas.
En medio de un acuerdo comercial, Estados Unidos y China anunciaron que reforzarán la lucha contra el fentanilo. Pero los detalles son escasos y no está claro si el pacto aborda un asunto clave: el papel que juegan los precursores químicos de diseño en el comercio ilícito.
El acuerdo se alcanzó tras una reunión el 30 de octubre entre el presidente chino, Xi Jinping, y el presidente estadounidense, Donald Trump, en Busan, Corea del Sur, centrada en temas económicos y comerciales. Según un comunicado de la Casa Blanca, el pacto incluye el compromiso de China de “detener el flujo de precursores usados para fabricar fentanilo hacia Estados Unidos”.
“Específicamente, China detendrá el envío de ciertos productos químicos designados hacia América del Norte y controlará estrictamente las exportaciones de otros productos químicos hacia todos los destinos del mundo”, añade el documento.
A cambio, Estados Unidos se comprometió a reducir del 20% al 10% los aranceles impuestos a productos chinos a comienzos de este año.
Trump afirmó en una publicación en redes sociales después del encuentro que esta reducción se debía a que China había accedido a “trabajar diligentemente con nosotros para detener el flujo de fentanilo hacia nuestro país”. Agregó que ayudarían a “poner fin a la crisis del fentanilo”, aunque no dio más detalles.
InSight Crime buscó más información, pero el Departamento de Estado remitió la solicitud de comentarios a la Casa Blanca, y la Casa Blanca se limitó a remitir a la declaración pública del presidente.
Por su parte, el gobierno chino no mencionó ningún acuerdo relacionado con el fentanilo en el comunicado oficial sobre la reunión entre los dos mandatarios. Además, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China no respondió a una solicitud de información antes del cierre de esta publicación.
La ausencia de precursores de diseño debilita la lucha contra el fentanilo
El tema clave que no se abordó en las declaraciones públicas es el de los precursores de diseño. Se trata de sustancias químicas creadas con fines específicos —como la producción de drogas sintéticas ilícitas— y que no están reguladas.
Los gobiernos tienen grandes dificultades para controlar este tipo de sustancias. Cuando se imponen controles, los productores químicos simplemente modifican ligeramente la fórmula para evadir las normas y los códigos legales.
InSight Crime ha podido comprobar de primera mano cómo funciona esto. En 2023, por ejemplo, productores independientes de fentanilo en Sinaloa —el epicentro de la producción ilícita en México— dijeron a InSight Crime que recibían versiones ligeramente modificadas de 1-BOC-4-piperidona y 4-piperidona. Posteriormente, la Junta Internacional para la Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) añadió estas sustancias a su lista internacional de químicos fiscalizados. Cerca de un año después, InSight Crime encontró el mismo patrón. Proveedores chinos de precursores aseguraron que enviaban variaciones de 1-BOC-4-hidroxipiperidina y (2-Bromoetil) benceno para evitar los controles internacionales.
No está claro si este tipo de situaciones serán abordadas, aunque el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, dijo en una entrevista con Fox News que ambos países crearán “grupos de trabajo que, en las próximas semanas, establecerán medidas objetivas para determinar si los compromisos de China tienen éxito o no”.
El gobierno estadounidense también ha expresado frustración por la falta de procesos judiciales o sanciones contra los productores chinos. Por su parte, los fiscales estadounidenses han intentado llenar ese vacío al acusar en los últimos años a varios intermediarios de precursores químicos. El caso más reciente ocurrió el 23 de octubre, cuando las autoridades mexicanas extraditaron a Estados Unidos a un intermediario químico chino acusado de tener vínculos tanto con el Cartel de Sinaloa como con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Mientras tanto, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha sancionado en repetidas ocasiones a empresas químicas chinas por su presunta participación en el suministro de precursores de fentanilo a redes criminales en América del Norte. En un caso reciente, los fiscales del Distrito Sur de Ohio acusaron a cuatro compañías químicas chinas y a más de 20 personas, algunas de las cuales ya habían sido investigadas por InSight Crime en un informe previo.
China es uno de los principales proveedores de precursores químicos utilizados en la producción ilícita de fentanilo, pero en los últimos años ha adoptado varias medidas para combatir este comercio. En julio de 2025, por ejemplo, el gobierno clasificó un potente grupo de opioides sintéticos llamados nitazenos y sus análogos como sustancias controladas, lo que hizo ilegal su producción, venta o tráfico. China también impuso controles sobre numerosos compuestos relacionados con el fentanilo en 2017 y nuevamente en 2019.
Aun así, el comercio ilícito ha continuado, y Trump ha intentado aprovechar el tema con fines económicos. Sin embargo, estos esfuerzos podrían no estar atacando el problema de fondo.
“El problema central no parece estar abordado en ninguna parte, concretamente que la mayoría de los precursores actuales son sustancias no fiscalizadas”, dijo Vanda Felbab-Brown, investigadora del Brookings Institution y una de las principales expertas en el comercio ilícito de fentanilo, en referencia a los precursores de diseño.
Esto representa un desafío por las “constantes innovaciones en torno a cómo producir fentanilo a partir de precursores no fiscalizados”, añadió.
Felbab-Brown también señaló que existen vacíos legales en el código penal chino que han permitido a los productores químicos evadir a las autoridades.
“La falta de cláusulas sobre apoyo material, la ausencia de figuras de asociación ilícita y conspiración, y las limitaciones para actuar contra los precursores no fiscalizados han sido las grandes brechas en la aplicación de la ley en China”, explicó Felbab-Brown a InSight Crime.
“Ese es el tema clave que debe abordarse en la relación bilateral, ya sea por medios confrontativos o cooperativos e innovadores”, concluyó.












