Lula envía ayuda para combatir los incendios en Bolivia

Será suficiente la solidaridad del mandatario brasileño que en su propio país está enfrentando alrededor de 3.600 focos de incendios.

Las noticias sobre Bolivia y Brasil no son buenas. La gente en Brasil ha dejado en manos de Dios (como casi en todo) la voracidad del fuego que ha llevado a la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva (una conocida activista ambientalista que integra el equipo de ministros de Lula) a indicar que “hasta finales del presente siglo toda la floresta (selva amazónica) estará destruida”. La premonición suena fuerte. Y verdaderamente lo es. Los incendios en Brasil, Bolivia y Paraguay avanzan dejando una cortina de humo negra sobre el cielo sudamericano (las nubes de humo han llegado a la Argentina y Uruguay).

Estos incendios forestales son consecuencia de las sequías y condiciones climáticas extremas que facilitan la propagación descontrolada del fuego. Pero en esto también hay algo de la mano negra del hombre. Brasil está intentando controlar unos 3.600 focos de incendios (mitad de ellos en la Amazonia) y en Bolivia casi cuatro millones de hectáreas han sido devoradas por el fuego en los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando.

Agencia Brasil

El cuadro es verdaderamente aterrador sin que el Gobierno decrete el desastre nacional, quizá copiando a la anterior administración que decía que declarar desastre nacional significaba dejar las puertas abiertas a la penetración extranjera. En 2019 cuando se conoció públicamente esa retórica, al menos se contrató un avión Supertanker que sobrevoló semanas enteras sobre los incendios en el Bosque Chiquitano (Santa Cruz) para aplacar la intensidad de las llamas. Hoy se combate los incendios hasta con baldes y ha llegado tan cerca de las poblaciones en las que no se distingue la luz del día.

Brasil envía equipos contra incendios

El presidente Lula autorizó el envío de una misión humanitaria compuesta por 62 bomberos brasileños a Bolivia. El grupo combatirá los incendios forestales en la zona fronteriza.  Se trata de 37 agentes militares de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública, del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública y 25 agentes del Cuerpo Militar de Bomberos del Distrito Federal.

La operación es coordinada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de la Agencia Brasileña de Cooperación. El trabajo está liderado por un especialista en desastres del Ministerio de Integración y Desarrollo Regional.