Monedas virtuales: El plan de Venezuela y Rusia para evitar sanciones de EEUU

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Foto: sputnik Mundo

 

Funcionarios venezolanos y rusos esperan que las monedas virtuales puedan ayudar a sus países a evitar las sanciones que Estados Unidos les ha impuesto.

Ambos gobiernos, con la ambición de crear criptomonedas patrocinadas por el Estado, buscan aprovechar la promesa que Bitcoin dio al sistema financiero mundial: nuevos tipos de dinero y de infraestructura financiera, fuera del control de cualquier autoridad central, particularmente de Estados Unidos.

Los planes de los rusos y los venezolanos podrían parecer estrafalarios, incluso en el salvaje oeste financiero de Bitcoin y sus competidores en línea, pero con ellos resaltan cómo el auge de las divisas virtuales está impulsando a los gobiernos alrededor del mundo a repensar los elementos más básicos de sus propias monedas y estructura financiera.

Lo que había parecido como un concepto al margen comienza a ganar cierto nivel de aceptación en el mundo financiero. Varios bancos centrales del mundo, incluidos el Banco de Inglaterra y el Banco Popular de China, han dicho que están pensando en usar la tecnología de Bitcoin para rastrear y emitir sus propias monedas virtuales.

En Venezuela, la idea ha llegado desde el nivel más alto. El presidente Nicolás Maduro presentó un plan el mes pasado para crear una moneda virtual propia conocida como el petro, que sería similar a Bitcoin pero respaldada por el petróleo y los recursos naturales del gobierno.

En Rusia, funcionarios del gobierno del presidente Vladimir Putin han pensado en un criptorrublo parecido a Bitcoin.

“Cuando se trata de tipos de actividades importantes para el Estado, este instrumento nos funciona muy bien”, dijo Sergei Glazyev, uno de los asesores de Putin, el mes pasado en una conversación sobre el criptorrublo, de acuerdo con varios medios rusos. “Podemos arreglar pagos con nuestros socios de negocios en todo el mundo sin importar las sanciones”.

Los economistas y expertos en monedas virtuales han dado al petro venezolano y al criptorrublo ruso bajas probabilidades de funcionar de la manera en la que anticipan ambos gobiernos. Eso se debe a que Bitcoin y otras monedas virtuales son sistemas descentralizados en los que nadie está al mando, mientras que los planes ruso y venezolano les daría a los líderes de ambos países una capacidad de control sobre las nuevas divisas.

Eso va en contra de algunos de los conceptos más básicos de las monedas virtuales.

Todas las transacciones de Bitcoin son registradas en un libro de contabilidad conocido como cadena de bloques, la cual es mantenida por muchas computadoras independientes. El sistema fue diseñado de esa manera explícitamente para evitar a los bancos centrales y a las enormes instituciones financieras. De la misma manera en que el correo electrónico permitió a los mensajes moverse por el mundo sin ir a través de una oficina central de correos, la red de computadoras que sostiene los registros de Bitcoin permite al dinero moverse sin pasar a través de ninguna autoridad central.

Eso proveería un buen medio para evitar las sanciones, que usualmente son aplicadas a través de regulaciones y reglas de revelación bancaria.

Pero algunos banqueros centrales han dicho que emitir sus propias monedas en algún tipo de cadena de bloques podría facilitar a los ciudadanos usar dinero sin pasar por intermediarios como las instituciones bancarias y las compañías de tarjetas de crédito. También podría hacer los registros más resistentes a alteraciones y ataques informáticos.

En un discurso el año pasado, un miembro del consejo de administración del banco central alemán, Carl Ludwig Thiele, dijo que “el estudio conceptual del banco muestra que la tecnología de cadena de bloques puede ser adaptada para cumplir con las necesidades actuales y los requerimientos del sistema financiero”.

“El prototipo funciona”, agregó.

Sin embargo, el paso de estos proyectos de prototipo a sistemas en funciones ha sido lento. Muchos funcionarios y programadores han señalado varios problemas técnicos que todavía necesitan ser resueltos.

Nada de eso ha impedido que Venezuela avance rápidamente con su intento de crear un activo digital que el gobierno pueda controlar.

Maduro presentó la idea el 3 de diciembre durante su programa de televisión dominical. El mandatario venezolano dijo que había monitoreado las llamadas criptomonedas e iba a implementar el petro, que sería respaldado en reservas de oro, petróleo, gas y diamantes del país.

“Para vencer el bloqueo financiero, esto nos va a permitir avanzar hacia nuevas formas de financiamiento internacional”, dijo.

Desde ese momento, el gobierno creó la Superintendencia de la Criptomoneda Petro y designó a funcionarios para gestionarla.

Los petros existirán en una cadena de bloques como la que usa Bitcoin, pero su valor derivará de los recursos naturales de Venezuela.

El vínculo entre los petros y los recursos naturales podría ser similar al respaldo que el oro dio a la mayoría de las monedas internacionales hace un siglo. El respaldo podría contrarrestar la hiperinflación que la moneda venezolana, el bolívar, ha experimentado en años recientes debido al aumento descontrolado del dinero por parte del gobierno.

La audacia del plan del petro va en proporción a la desesperada situación económica de Venezuela, la cual tiene a los funcionarios buscando cualquier herramienta que pueda ayudar.

“El país está en una crisis social”, dijo José Ángel Álvarez, presidente de la Asociación Nacional de Criptomonedas, Asonacrip, que ha estado trabajando con el gobierno para el petro. “¿Cómo logramos construir confianza? Tecnología abierta, reglas claras que cumplen con los atributos de la criptomoneda: descentralización, por ejemplo”.

Álvarez dijo que anticipaba que en el primer semestre de 2018 se vendería el primer petróleo en petros.

No obstante, el vínculo entre la moneda y el petróleo estatal probablemente la hará poco atractiva a los inversionistas, dada la falta de confianza que los inversionistas han mostrado hacia el gobierno de Maduro.

Hay cierta ironía en el interés del gobierno de Maduro en las criptomonedas. En los años recientes, los venezolanos han mostrado un creciente interés en monedas virtuales como un medio para escapar del mismo gobierno.

Un mercado en línea conocido como LocalBitcoins ha conectado a venezolanos que buscan comprar bitcoines para sacar su dinero del bolívar, que ha perdido valor constantemente debido a la hiperinflación. Este año, el número de transacciones en Venezuela en LocalBitcoins se ha elevado diez veces, de acuerdo con Chainalysis, una firma de análisis de datos.

El gobierno venezolano no ha recibido con alegría este tipo de actividad virtual.

Randy Brito, fundador del grupo de Facebook Bitcoin Venezuela, dijo que en diciembre él identificó entre diez y veinte casos en los que venezolanos han sido arrestados al parecer por sus actividades con Bitcoin -más del doble de los casos que vio en el año previo-.

En la mayoría de los casos, comprar cualquier clase de moneda extranjera es ilegal en Venezuela. Eso evita que los residentes saquen todo su dinero del país.

Brito, quien abandonó Venezuela en 2004 y ahora vive en España, dijo que todos en su grupo están conscientes de cómo el gobierno castiga a los ciudadanos por hacer lo mismo que el gobierno estaba tratando de hacer dentro del sistema financiero.

“La ironía está frente a nosotros”, dijo. “Ellos han sido bloqueados financieramente por Estados Unidos, de la misma manera en que ellos bloquearon financieramente a su propio pueblo”.

El gobierno ruso tampoco avala el uso de Bitcoin y otras monedas virtuales por sus ciudadanos, pero Putin ha indicado que está abierto a usos potenciales de la tecnología que esté bajo su control. Funcionarios del banco central y del Ministerio de Comunicación han dado indicios sobre la creación de algún tipo de criptorrublo.

Los esfuerzos de Rusia son mucho menos urgentes que los de Venezuela porque la economía rusa se encuentra mucho mejor. Sin embargo, los líderes en aquel país han estado buscando cualquier método que contrarreste las sanciones estadounidenses.

Desde hace mucho tiempo, las autoridades en Estados Unidos son conscientes de que las monedas virtuales podrían ser usadas para evadir sus sanciones. David S. Cohen, un funcionario del Departamento del Tesoro especializado en terrorismo e inteligencia financiera, dijo en 2014 que las autoridades estadounidenses no habían descubierto esfuerzos para evitar las sanciones con monedas virtuales. Sin embargo, entonces mencionó: “se trata de actores que se adaptan y a los que les atraen los espacios sin gobierno, por ello, es probable que consideren esa tecnología como un medio atractivo para transferir valores”.