Netanyahu espera que el encuentro con Trump abra una nueva página en sus relaciones, tras lo fructífero que resultó el mandato del republicano (2017-2021) para los intereses de Israel.
El candidato republicano a la reelección, Donald Trump, se reunirá el viernes con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en su mansión de Mar-a-Lago (Florida), ha anunciado este martes el expresidente en su plataforma Truth Social. Será la primera reunión entre Trump y Netanyahu desde el desencuentro entre ambos tras las elecciones de 2020 y también el último punto de la agenda del segundo en su viaje a EE UU, durante el que se dirigirá al Congreso y se entrevistará con Joe Biden y Kamala Harris en pleno tsunami electoral demócrata.
El jefe del Gobierno israelí espera que el encuentro con Trump, a quien muchas encuestas dan como probable ganador de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, abra una nueva página en sus relaciones, tras lo fructífero que resultó el mandato del republicano (2017-2021) para los intereses de Israel: trasladó la Embajada de EE UU a Jerusalén, y tumbó casi definitivamente cualquier intento de solucionar la cuestión palestina al forjar lo que entonces calificó como “acuerdo del siglo”, los Acuerdos de Abraham, mediante los cuales Israel normalizó relaciones con varios países árabes.
Netanyahu, sometido a una creciente presión internacional por la guerra de Gaza y, junto con la cúpula de Hamás, en el punto de mira del Tribunal Penal Internacional de La Haya, será además el segundo líder mundial que se reúne con Trump como candidato presidencial después de que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, visitara al expresidente en Mar-a-Lago hace casi dos semanas, tras asistir a la cumbre del 75º aniversario de la OTAN en Washington.
La última vez que Netanyahu se reunió con Trump fue en la Casa Blanca el 15 de septiembre de 2020, precisamente en la ceremonia de firma de los Acuerdos de Abraham. El primer ministro israelí corteja ahora al republicano por su previsible victoria en noviembre, en un momento en que algunas cancillerías, como las de Brasil y Colombia, alientan la rendición de cuentas de Israel por el altísimo coste en vidas humanas de la guerra contra Hamás en Gaza. El acuerdo alcanzado este martes en Pekín por 14 grupos palestinos, entre ellos Hamás y Fatah, que ha sido saludado con optimismo por la ONU, añade presión a Israel.
Trump guarda rencor a Netanyahu desde hace años. «Que le jodan», dijo el republicano al portal Axios sobre el primer ministro israelí en abril de 2021, sólo porque este había felicitado al presidente Biden por su victoria en las urnas en 2020, un resultado que Trump cuestiona sin fundamento. Pero posteriormente, y en especial a lo largo de la campaña, como quedó de relieve durante la convención nacional republicana celebrada la semana pasada, los republicanos han defendido su solución —la solución de Trump— para la guerra de Gaza, asegurando que si hubieran estado en el poder, el conflicto no se habría producido.
Netanyahu se dirigirá este miércoles al Congreso de EE UU, reunido en sesión conjunta, tras ser invitado por el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, cristiano evangélico —una confesión absolutamente volcada con Israel. El jueves por la tarde, se reunirá con Biden, recuperado ya de la covid que le ha mantenido aislado desde el miércoles pasado. Y en algún momento de su visita, supuestamente también el jueves en la Casa Blanca, se verá con la vicepresidenta, y candidata a la nominación demócrata para la presidencia, Kamala Harris, que ha sido más clara en su postura sobre la guerra que Biden: fue la primera que pidió un alto el fuego en la guerra. En teoría, como presidenta del Senado, Harris debería copresidir la sesión solemne del Congreso, pero un mitin en Indianápolis, también el miércoles, se lo impide. Esa al menos ha sido la explicación dada por su campaña.
En la reunión con Netanyahu, se espera que Harris subraye su compromiso con el derecho de Israel a defenderse de Hamás, pero también que le diga que “es hora de que la guerra termine de una manera en la que Israel esté seguro, todos los rehenes sean liberados, el sufrimiento de los civiles palestinos en Gaza termine y el pueblo palestino pueda disfrutar de su derecho a la dignidad, la libertad y la autodeterminación”, según adelantó este lunes uno de sus asesores. La vicepresidenta ha recibido en las últimas horas significativos apoyos de grupos de presión proisraelíes, entre los que destaca el de JStreet, de orientación claramente progresista.
La incontinencia verbal y viral de Trump le empujó a publicar en su cuenta de Truth Social que iba a reunirse con Netanyahu el miércoles, el día del discurso al Congreso, en el que invitará a los legisladores a seguir apoyando a Israel —política y militarmente, después de que Biden paralizara en mayo el envío de 3.500 bombas— para derrotar completamente a Hamás. El anuncio anticipado de Trump sorprendió al equipo de Netanyahu, pues ya estaba en conversaciones con los colaboradores de su anfitrión para cerrar los detalles de su encuentro del viernes. El expresidente corrigió de inmediato el anuncio y emplazó a Netanyahu, y el correspondiente enjambre de medios, a la mansión de Mar-a-Lago el viernes.