Niños de ocho años asocian internet con naves espaciales

Por El País de España con dat0s
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Viajes al espacio

Por increíble que parezca el primer diseño de un alunizador, en los años 60´, es el modelo que orienta la inspiración de niños menores de ocho años que asocian internet con naves espaciales.

El investigador suizo-italiano Luca Boturri (Milán 1977) que se dedica a enseñar a los profesores cómo acercar a los pequeños al universo de la Red, ha recopilado medio centenar de dibujos en los que los más pequeños intentan plasmar en un folio el significado que encierra para ellos la palabra internet. “El resultado es una galería de ilustraciones que van desde una sorprendentemente detallada red de satélites que envuelve el planeta hasta una especie de sala de control en una nave espacial donde un equipo de extraterrestres maneja los accesos a las plataformas más conocidas, pasando por la simple pantalla de un móvil. ´Encontramos concepciones muy diferentes, pero ninguna es certera´”, resume el investigador en reportaje publicado por el diario El País de España.

“Retratar el ciberespacio es un reto que desde hace décadas consume incluso a los expertos: se han trazado redes indescifrables, mapas históricos y contadores de un ente cuya complejidad no hace sino aumentar cada segundo. Hay 1.800 millones de páginas web en línea, cada día crece el número de personas conectadas y se lanzan más de 3.000 aplicaciones solo en Android, el sistema operativo más utilizado. Ante este panorama, plantear la misma tarea a niños de entre 8 y 10 años podría parecer un enredo”, infiere el diario madrileño. Luca Botturi cree, en cambio, que es pertinente: “No hay manera de preparar a los niños para hacerse adultos en un mundo digital si no entendemos cómo perciben ese mundo”.

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De acuerdo a los resultados de la investigación “fueron muy pocos los niños que optaron por dibujar algún tipo de red con componentes tecnológicos. La mayoría se centró en retratar las actividades que asocian con este medio, como escuchar música o ver vídeos, o la idea de compartir información con gente que está muy lejos. ´También encontramos casos en los que internet se muestra como el dispositivo. Antes era el ordenador, ahora es el móvil´”, comenta Botturi. En línea con esto, cobran especial protagonismo las referencias a las plataformas y servicios que están accesibles desde el teléfono: Youtube, WhatsApp, Netflix, Instagram.

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La conclusión a la que ha llegado Boturri le provoca un sentimiento inquietante. “Esto me causó temor, porque significa que la comercialización de internet ya ha llegado a su imaginación”. Para Botturi, la visión de Internet como una capa de servicios accesibles a través de un dispositivo va en contra del planteamiento original con que se creó esta red, como un sitio donde la gente pudiera expresarse y establecer conexiones más allá de sus círculos próximos. “Ahora la mayoría de la gente experimenta la web a través de servicios específicos. Internet se ha vuelto una mercancía. Ya no es un espacio abierto”, señala.

¿Cuál es el riesgo de que los más pequeños asuman que estas representan la viva imagen de lo que es la red?, pregunta El País. Para el investigador, es cuestión de libertad: “La clave aquí es que los niños de hoy serán los que desarrollen las tecnologías de mañana. Si no pueden imaginar un internet diferente, nos quedaremos atascados en donde estamos”.

De acuerdo a la publicación, investigaciones previas a la de Botturi prueban que este tipo de conceptos evolucionan y se enriquecen poco una vez superados los diez u once años. “A menos que escojas áreas específicas como informática o ingeniería electrónica, te quedarás más cerca de esa imagen ingenua de lo que es un ordenador. Por eso, es importante que la comunidad educativa asuma un papel más activo en la tarea de acercar internet a estos grupos de edad. Por definición, los colegios son lugares donde no se habla de internet, porque en esos lugares no vemos dispositivos digitales. En muchos casos incluso están prohibidos. Una buena parte de mi tarea como formador de profesores es pedirles que hablen de ellos. Porque es parte de la vida de los niños. Si lo ignoramos y no les preparamos para ello, por supuesto que cometerán errores”.

A la hora de introducirse en ese mundo, las fuentes de información para los niños son escasas. Más allá de lo que puedan comentar con sus amigos, las primeras conversaciones con adultos sobre el tema son las que tienen con sus padres y giran en torno a las precauciones que deben tomarse y las reglas de cómo debe usarse internet en casa. “Estoy de acuerdo con que los padres pongan normas sobre el uso seguro de la red. Pero las normas sin conocimiento no funcionan. Son un marco que no da la oportunidad de entender”.

El País pregunta: ¿cuál es la mejor manera de explicarles este medio? El profesor divide el proceso en varias partes. La primera es trasladarles la idea de que es una infraestructura como las autopistas o las vías de tren. Hecho esto, conviene transmitirles el sentimiento de asombro. “Es un milagro que internet exista. Tenemos barcos que ponen cables en el océano y enrutadores que hablan el mismo idioma en China y en Estados Unidos, en África y en Europa. Que se maravillen con esto es primordial. Y creo que esto podría hacerse en la escuela primaria. En esta fase, es importante que los niños entiendan que internet no es una fuerza misteriosa como en Star Wars, sino el fruto tangible del trabajo de las personas”.