¿Qué ha pasado desde el 11-S y qué ha cambiado 21 años después?

Redacción dat0s con aporte de análisis de Mariela Cuadro
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Afganistán, Estados Unidos,11-S , guerra

El atentado terrorista de Al Qaeda contra las Torres Gemelas y otros tres objetivos en Estados Unidos -el 11 de septiembre  de 2001- marcaron un antes y un después en la historia reciente.

Tras los ataques, Estados Unidos respondió invadiendo Afganistán para deponer a los talibanes, que no habían cumplido con las demandas de los Estados Unidos de expulsar a Al Qaeda de Afganistán y extraditar al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. Había iniciando la Guerra contra el terrorismo.

Momentos cruciales del 11 de septiembre

Hay gente que prefiere volcar los ojos para no ver nuevamente el terrible momento cuando dos aviones comerciales se estrellan contra las torres gemelas de Manhattan, un tercero con menos cálculo que los dos primeros se estrelló en una de las alas del edificio del Pentágono en Washington. El pasado 11 de septiembre el mundo recordó la herida que dejó un saldo de 3.000 muertos y el doble de heridos, un gigantesco cráter en el centro de las finanzas del capitalismo idealizado en el World Trade Center de Manhattan.

Codoleezza Rice secretaria de Estado EEUU

Los apocalípticos católicos entonces levantaron las manos al cielo esperando la llegada del jinete del Apocalipsis; las iglesias se llenaron de fieles que pedían perdón antes de que el ángel del mal hiciera caer el mundo en pedazos. En esos momentos cruciales el presidente de los Estados Unidos George W. Bush se encontraba en Florida en el aula de un colegio rodeado de estudiantes del ciclo primario. Cuando se enteró del ataque la secretaria de Estado Condoleezza Rice (2005-2009) le susurró al mandatario que los EEUU estaba bajo ataque y que no debería usar el Air Force One.

Que una mujer lo diga, efectivamente puede tener otras connotaciones. Pero que una mujer que alentó la invasión a Afganistán y aparecía en los noticieros reproduciendo el discurso monosilábico de que el primero era el engendro del terrorismo global e Irak, la fábrica clandestina de armas de destrucción masiva; empleaba estos términos como pretexto para confundir las verdaderas razones de la invasión a ambos países, destruirlos y erguir ese falso concepto de la democracia. Instalado el equipo de crisis en el salón Oval de la Casa Blanca la instrucción fue atacar Afganistán –el 7 de octubre de 2001- donde supuestamente se encontraba el autor intelectual del atentado terrorista. Osama Bin Laden un millonario saudí entrenado por la CIA para labores de inteligencia y ataque estratégico cuando Rusia intervino el país en 1987.

Las consecuencias de la intervención militar de EEUU

Según Mariela Cuadro, investigadora del Instituto de Investigaciones Políticas el 11 de septiembre de 2001 marcó un hito en la historia global. “A partir de entonces, el Terror se irguió como nuevo enemigo global, iniciando una respuesta revanchista por parte de Estados Unidos que tomó el nombre de Guerra Global contra el Terror (GGT). El terrorismo fue definido como un enemigo ubicuo que emergía como una fatalidad producto de la falta de libertad”, dice Cuadro.

La misma investigadora indica que “su ubicuidad llevó a que la guerra adoptara un carácter global. Implicó una desterritorialización de las operaciones militares y de inteligencia que hizo del mundo un espacio liso, abierto para la respuesta del que se erguía como único soberano global”. El nuevo enemigo no fue cualquier terrorismo sino, específicamente, el islámico.

La investigadora dice que “por esta razón, la guerra también impactó sobre las poblaciones musulmanas de Occidente y se territorializó mayormente en lo que la administración Bush denominó como “Gran Medio Oriente”. De allí que las invasiones de Afganistán primero y de Irak después hayan sido concebidas como “campos de batalla” de la GGT”.

“Esta se sostuvo también sobre el diagnóstico de que el terror era producto de la falta de libertad. Ya que esta última fue equiparada con la democracia liberal, se supuso que la manera de evitar el surgimiento de terroristas era imponer este modo de Gobierno en las distintas partes del globo. De esta manera, parte integral de la GGT fue la transformación de los marcos políticos formales de distintos países. Así, las intervenciones en Afganistán y en Irak tuvieron como objetivo inmediato el cambio de régimen. Esto implicó derrocar a sus respectivos gobiernos, acusados de tener lazos con Al-Qaeda (los talibanes en el caso de Afganistán, Saddam Hussein en el caso de Irak), e imponer en esos territorios una democracia liberal. Esta última fue concebida como forma de Gobierno deseada por la totalidad de los seres humanos a partir de un único deseo que aparecía como natural: la libertad individual”.

El discurso universalista

“No es de extrañar –refiere la autora- que este discurso universalista fuera acompañado por prácticas coloniales y por la construcción de una otredad exterminable. El caso de Irak es prueba indiscutible de lo primero. Allí se instauró un Gobierno colonial denominado Autoridad Provisional de la Coalición que, con el respaldo de la ONU, gobernó el país entre abril de 2003 y junio de 2004. Por otra parte, la insistencia en la vinculación entre islam y terrorismo llevó a que el Islam político en su conjunto fuera homogeneizado y demonizado, buscando eliminarlo del paisaje político de Medio Oriente”.

La mujer en la composición de la guerra

“En este marco, la mujer musulmana velada fue constituida como la representación paradigmática de la víctima del Islam y el objeto a rescatar. De esta manera, esta construcción no solo sirvió como un argumento más a favor de la intervención, sino que, además, funcionó como mordaza de las mujeres musulmanas en sus diferencias”.

“De allí que las miradas críticas que confluyeron sobre la GGT apuntaran a señalar las relaciones coloniales que, bajo la forma de universalismos y otrificaciones, subyacieron tanto a los atentados del 11 de septiembre como a la GGT como respuesta lógica a estos.

Hoy, 20 años después, otras imágenes acompañan el fracaso estruendoso de estas políticas: nuevamente aparecen aviones -aunque esta vez huyendo de suelo afgano- dejando tras de sí cuerpos que caen. También insisten con las mismas palabras: la libertad y la democracia de un lado; el Islam como pesadilla recurrente del otro. Entre esas imágenes y esas palabras puede vislumbrarse una violencia constante, cotidiana y profundamente desigual”, dice Cuadro en esta reconfiguración del escenario global.

 

Este artículo fue publicado en octubre de 2021 y actualizado el 11 de septiembre de 2022