Qué ocurre ahora que Estados Unidos clasificó el fentanilo como Arma de Destrucción Masiva

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La inclusión de los precursores químicos del fentanilo en la orden de Trump ha suscitado dudas sobre si productores y proveedores químicos legítimos podrían verse implicados en la aplicación de la ley. La mayoría de los químicos utilizados para fabricar fentanilo y otras drogas sintéticas tienen usos legítimos.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha designado el fentanilo, una droga sintética, como arma de destrucción masiva, colocándolo a la par de bombas nucleares y armas biológicas, e impulsando aún más la guerra contra las drogas al frente de su agenda de seguridad nacional.

La nueva orden de Trump instruye a los militares a coordinarse con agencias civiles para intensificar la lucha contra el fentanilo, principal impulsor del aumento de las sobredosis en la última década, que ha dejado decenas de miles de estadounidenses muertos.

“El fentanilo ilícito está más cerca de un arma química que de un narcótico”, afirmó Trump en la orden.

Nuevas herramientas legales

Designar el fentanilo como un arma de destrucción masiva (ADM) abre la puerta al uso de nuevas herramientas legales contra personas involucradas en el comercio ilícito de fentanilo, aunque las leyes sobre tráfico de drogas ya contemplan sanciones severas.

La designación entra en vigor de inmediato y, aunque no es un requisito previo para presentar cargos penales contra traficantes de fentanilo, envía una señal clara del deseo del presidente de aplicar esas leyes contra el narcotráfico.

La ley federal de Estados Unidos prohíbe el uso o la conspiración para usar ADM, y los fiscales ya han utilizado interpretaciones amplias de ese concepto. No obstante, los tribunales podrían cuestionar si aplicar estas leyes a traficantes de drogas lleva demasiado lejos la definición legal.

“No creo que tengan éxito en esto porque es difícil justificar que el fentanilo es un arma de destrucción masiva”, expresó Jeffrey Breinholt, académico legal y exfuncionario de contraterrorismo del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Un ejemplo del uso de la etiqueta de ADM es el caso de Zacarias Moussaoui, quien se declaró culpable de conspirar con los atacantes del 11 de septiembre, incluido un cargo por armas de destrucción masiva, en el que las ADM en cuestión fueron los aviones utilizados en los ataques.

“Los fiscales buscaron definir los aviones como ADM porque ese cargo conllevaba la pena de muerte, aunque finalmente no se aplicó en la sentencia de Moussaoui”, explicó Michelle Bentley, profesora y experta en ADM de Royal Holloway, Universidad de Londres.

Justificar la acción militar

Más allá de su impacto en investigaciones y cargos penales, la administración de Trump podría utilizar la designación de ADM como justificación para emprender acciones militares más agresivas contra el comercio ilícito de fentanilo y contra quienes estén vinculados a él.

La medida se produce en medio de la escalada sin precedentes de Trump en la guerra contra las drogas, que ha enmarcado como una extensión de la guerra contra el terrorismo. Su administración ha aplicado cada vez más herramientas antiterroristas contra grupos de crimen organizado en América Latina y el Caribe y ha llevado a cabo ataques militares letales contra supuestas embarcaciones de narcotráfico en la región.

La designación del fentanilo como ADM hace eco del uso de Trump de las designaciones de muchos de los grupos criminales más prominentes en América Latina y el Caribe como Organizaciones Terroristas Extranjeras (Foreign Terrorist Organizations, FTO), un proceso que su gobierno inició a principios de este año.

Ninguna de las dos designaciones otorga explícitamente al presidente nueva autoridad militar, pero Trump ha citado la etiqueta de FTO para justificar los ataques letales contra supuestas embarcaciones de drogas, cuya legalidad ha sido cuestionada tanto por legisladores de Estados Unidos como por expertos independientes.

“Es parte de un esfuerzo mayor para retratar las drogas en todas sus manifestaciones como terrorismo, porque matan estadounidenses”, manifestó Breinholt. “La premisa de la administración Trump parece ser, en parte, aprovechar otras autoridades que han existido durante mucho tiempo dentro del Departamento de Justicia para tomar prestado de la jurisprudencia que nos fue favorable en la década de 2000”.

Perspectiva a largo plazo

La inclusión de los precursores químicos del fentanilo en la orden de Trump ha suscitado dudas sobre si productores y proveedores químicos legítimos podrían verse implicados en la aplicación de la ley. La mayoría de los químicos utilizados para fabricar fentanilo y otras drogas sintéticas tienen usos legítimos.

“Las armas químicas son realmente difíciles de definir”, indicó Bentley. “No es tanto que [Trump] esté identificando una nueva amenaza como ADM, sino que está introduciendo esto bajo la clasificación de armas químicas”.

Aún no está claro cómo la administración podría ejercer la designación de ADM con respecto a empresas estadounidenses y extranjeras. Pero a corto plazo, la designación probablemente tendrá poco impacto en las reglas internacionales que rigen las armas químicas.

“Estos regímenes tienen un entendimiento muy robusto sobre qué es una ADM, y las acciones de Trump, que parecen aplicarse solo a este caso específico, son poco probables de alterar eso”, sostuvo Bentley.

Aun así, Bentley agregó que “una tendencia más amplia de personas jugando con el término ADM” podría diluir la seriedad de la amenaza que representan el tipo de armas tradicionalmente incluidas en esa categoría.

“Si ese estigma se debilita a largo plazo, esto podría tener implicaciones negativas para nuestra capacidad de controlar armas muy destructivas”, concluyó Bentley.


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
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