Contrario al criterio de que solo haciendo el bien un candidato obtiene buenos resultados electorales, el presente es un ejemplo del por qué un presidente aunque rechazado por sectores del electorado norteamericano puede ganar su reelección.Hace cuatro años, el mundo se reía porque un señor muy rico, de lengua incontrolable y cero experiencia política se postulaba como candidato a la Casa Blanca por el Partido Republicano de los EEUU. Era una mueca risueña que sumaba un poco de todo: el imposible, el esperpento, la hilaridad por la deriva conservadora. Tan estrafalario, tan excesivo, tan inadecuado, que no daba ni miedo. Esas reacciones combinadas entre temor y pánico, a veces compulsivo sobre todo para las elites norteamericanas; están instaladas en su imaginario porque puede volver a suceder de cara a un segundo mandato del republicano. Activistas de “izquierda”, artistas de Hollywood, superpoderosos presidentes de medios de comunicación y, desde luego, los grupos más influyentes de la tecnología de Silicom Valley, siguen asustados.En junio pasado, Donald Trump lanzó en Florida su campaña para la reelección en las presidenciales de 2020 estrenando el eslogan “Mantengamos la Grandeza de Estados Unidos” y asegurando que la economía de su país es la “envidia” del mundo entero.
Cerca de 20.000 seguidores lo ovacionaron eufóricos, portando gorras rojas y cantando “¡Construye el muro!”, refiriéndose a la prometida valla en la frontera con México. A pesar de haber aplicado una serie de medidas restrictivas contra la inmigración, atacar a los grandes conglomerados de medios de comunicación y acusarlos por las “fake news” que él mismo ha puesto de moda, el actual mandatario se halla en una muy buena posición para ser reelecto, sobre todo porque la economía ha crecido y la población lo ha sentido en su bolsillo.
¿Por qué da tanto miedo una reelección de Donald Trump? Aquí van algunas razones.
1.- Bajo en las encuestas, pero con imagen fuerte
Las encuestas muestran que el republicano pierde fuerza en los Estados del llamado “Cinturón Industrial”, que le dieron la victoria hace cuatro años. Hay cinco de los 20 candidatos demócratas que ahora mismo le superarían en votos y el favorito, Joe Biden, le sacaría entre siete y diez puntos de ventaja. El presidente enfadado por esta información, aseguró en las redes sociales que encabeza en todo el país y que los datos provienen de sondeos falsos. La firma Goldman Sachs, destaca que la economía de los EEUU es el mejor punto a favor de Trump. La economía estadounidense creció 3,2% en el período de enero a marzo de 2019, la desocupación decreció el 3,5% y se están incrementando los salarios, indica. A principios de junio, de hecho, la CNN hizo otra encuesta en la que el 54% de los ciudadanos cree que Trump acabará ganando, independientemente de su propia intención de voto.
2.- Porque va a insistir en su cruzada sin piedad contra la inmigración irregular
Las inmigraciones y el miedo azuzado al “delincuente”, “traficante” y “violador” ya fue un discurso esencial en la campaña de Trump que le dio la victoria en 2016. Así que ahora vuelve a la carga. Agencias de prensa dicen que la campaña republicana se centrará en más de un millón de personas que recibieron órdenes definitivas de deportación de jueces federales, pero siguen libres en aquel país, según una fuente del Gobierno.
Detener el flujo migratorio es fundamental para Trump, que hasta amenazó a México con imponer aranceles a sus productos en caso de que no detuvieran la migración. Un acuerdo entre ambos países impidió que la medida se implementara. México por su parte, aceptó desplegar a su guardia nacional y aumentar los esfuerzos de coordinación y control de migración. Hace poco menos de dos meses llegaban unos 4.200 migrantes diarios a la frontera de EEUU, ahora ha bajado a unas 2.600 personas, según un alto cargo del Gobierno mexicano.
Vía Twitter, Trump anunció que echará a los migrantes “tan pronto como entren”, ahora que trabaja mejor con las autoridades mexicanas. Trump creará un tapón que impedirá que sigan llegando familias enteras a su frontera. En el año fiscal 2018, las deportaciones llegaron a 256.000, lo que supone un ligero aumento respecto al año anterior. Sin embargo, hay que reconocer que aún no ha llegado ni por asomo al pico del 2012 de 410.000 expulsiones, donde gobernaba el demócrata Barack Obama.
Sigue pendiente, además, el problema de los dreamers los jóvenes inmigrantes sin papeles que entraron en el país siendo niños. Trump canceló el programa de Acción Diferida para los llegados en la Infancia (DACA), que permite a más de 700.000 de ellos permanecer legalmente en los EEUU. Aún hoy ese programa se mantiene vivo, pero solo porque cuatro tribunales lo han frenado. Ahora le toca a la Corte Suprema decidir si le da o no la razón al republicano.
3.- Porque no se conforma con su veto parcial a los musulmanes
Trump inicialmente prometió una prohibición “total y completa” a que los musulmanes ingresaran a su país, uno de sus mensajes más exitosos en campaña. Ya como presidente, la llamada “prohibición musulmana” fue una de sus primeras medidas, pero descafeinada para su gusto, pasando a una “investigación de antecedentes”, caso por caso. Planteó dos bloques de prohibiciones de viaje, que fueron paralizadas por la Justicia, pero una tercera sí pasó el filtro: la Corte Suprema dictaminó que la prohibición de entrada para ciudadanos de seis países de mayoría musulmana (Chad, Irán, Libia, Somalia, Siria y Yemen) podía entrar en vigor sin problemas. Hay varios recursos vivos en su contra, pero mientras hay niños que mueren sin ver a sus madres por esta medida, Trump, dice la prensa norteamericana, que no ha cedido por completo en su empeño de apretar la soga en esta comunidad.
4.- Porque sigue queriendo el muro con México
Atrás quedó ya su promesa de invertir no menos de US$ 5.000 millones y, si era posible, hasta 12.000 millones en un muro que debía pagar México, porque el Congreso no le ha autorizado esa cantidad, sino apenas US$ 1.500. De hecho, Trump ha llegado a declarar el estado de emergencia nacional para lograr más dinero del que le daba la Cámara, aludiendo a una supuesta situación urgente. Aunque le ha salido bien la amenaza de aranceles a México y el flujo de migrantes se aminora, su idea sigue en pie.
5.- Porque se salió del Acuerdo de París y no va a mover un dedo ante la emergencia climática
EEUU se ha salido del Acuerdo de París (2015) de lucha contra el cambio climático. Trump dijo que las regulaciones de este acuerdo estaban frenando el crecimiento estadounidense y que la emergencia ambiental es un invento de China y Japón. Luego rectificó y señaló que no es un cuento chino, pero insiste en que no va a mover un dedo para frenar este cambio, entre otras cosas porque denuncia que científicos tienen “una agenda política muy grande” y que “no hay consenso” sobre la causa del calentamiento global. Para él, no hay “seguridad” de que haya sido originado por el hombre.
6.- Porque es un mentiroso
Lo ha calculado The Washingron Post hasta abril, tras un poco más de 800 días en el cargo, Trump hizo más de 10.000 declaraciones “falsas o engañosas”. La cuenta, de la base de datos Fact Checker del diario, fue iniciada en los primeros 100 días del presidente en 2017. Trump dice ser el más transparente de los presidentes de la historia de EEUU, pero la realidad no parece ser esa. El fiscal Robert Muller ha investigado sobre la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016 y la posible implicación de Trump y acabó concluyendo que no se puede determinar si el presidente cometió o no delito alguno. Lo que sí se ha sabido es que Mueller llegó a investigar 10 posibles casos de obstrucción en la justicia por parte del magnate. Sus ataques a los medios, sus desprecios a los reporteros que le preguntan y las amenazas a grupos de prensa son diarias y limitan la libertad de expresión, como denuncian sistemáticamente las organizaciones profesionales del periodismo norteamericano.
7.- Porque su táctica hace temblar el tablero internacional
En el plano internacional, Trump actúa sin escuchar a sus asesores, a los que ha ido destituyendo conforme no le gustaba lo que escuchaba. Se retiró del acuerdo con Irán y las potencias occidentales sobre el programa atómico de los ayatolás, cosechando como respuesta una amenaza de Teherán de más enriquecimiento de uranio y replicando con movimientos defensivos en la zona del Golfo que causan sudor frío. Y ha dado carpetazo al Tratado de control de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés) firmado con Rusia en 1987, que servía de escudo a las capitales europeas.
Ha intentado la desnuclearización de la península de Corea -aunque suene a broma, Japón le nominó para el Nobel de la Paz- pero al segundo encuentro con el norcoreano Kim Jong-un no ha ayudado. Prometió llevar su embajada en Israel a Jerusalén y así lo ha hecho. Comenzó a replegar las tropas estadounidenses en Siria. Sostiene que el Estado Islámico ha sido derrotado y la misión que asumió al meterse en ese avispero está cumplida, aunque la ONU insiste en que el ISIS sigue siendo una amenaza para la paz mundial, aunque ya no tenga califato ni poder territorial. Sus asesores no ven bien esa retirada tan rápida, porque se pueden dejar flecos sueltos y porque la marcha estadounidense permitirá a Irán y Rusia volver por sus fueros, ganar posicionamiento en tierras de su aliado, Bachar el Asad. Además, supone dejar tirados a los que han sido sus aliados, los kurdos.
Ha dicho también que la OTAN estaba obsoleta y que estaba cansado de ser “el monedero” de los europeos para financiar la Alianza -aunque luego dijo que aún vale de algo-, enfadando a no pocos aliados que hasta empiezan a penar en un ejército europeo (Alemania, Francia).
8.- Porque convulsiona la economía con sus guerras comerciales
Trump calificó al TLC, el pacto comercial entre México, Canadá y Estados Unidos, como “un desastre” y advirtió que se retiraría de la Asociación Transpacífico (TPP). También se comprometió a corregir el déficit comercial con China. Ya como presidente, cumplió en sus primeros días con su promesa de retirarse del TPP. Aunque en noviembre pasado, EEUU, Canadá y México firmaron un nuevo tratado comercial, que fue diseñado para reemplazar al Nafta, aunque aún requiere la aprobación del Congreso. Nada comparado con la escalada comercial que ha emprendido con China. Con batallas concretas, como el veto a Huawei, y con guerras a lo grande, como la que ha llevado a las partes a cruzarse una subida de aranceles a las importaciones del 25%.
9.- Porque sigue siendo un machista
En un país que reivindica movimientos como el Mee Too, sigue gobernando y aspira a más un hombre que no ha tenido ni una palabra de condena para los casos de acoso sexual conocidos desde que está al mando. Al contrario, ha cargado contra las denunciantes. En varias denuncias públicas contra asesores y colaboradores suyos, se ha reído sobre la vestimenta o el grado de alcohol que llevaban las mujeres en el momento de ser atacadas y ha llegado a llamar “alborotadoras” a quienes se manifestaron contra el nombramiento de su candidato a presidir en Tribunal Supremo.
“Estas gritonas de los ascensores son profesionales a sueldo que solo quieren que los senadores den mala imagen”, escribió para referirse a un señor investigado por al menos tres casos de abuso. “Para los hombres jóvenes en EEUU, este es un momento que da mucho miedo, cuando puedes ser (declarado) culpable de algo de lo que quizá no eres culpable. Es un momento muy, muy difícil”, declaró a la prensa. “A las mujeres les va genial”, agregó. Todo claro.