El gobierno de Boris Johnson anunció un plan para controlar la migración en el que el Reino Unido enviará a Ruanda a los solicitantes de asilo. La medida fue repudiada por la agencia de la ONU para los refugiados que denunció que las personas que huyen de la guerra “no deben ser comercializadas como mercancías y trasladadas al extranjero para su procesamiento”. Londres además afirmó que delegará a la Armada la vigilancia de la entrada de migrantes por mar.
El anuncio de Johnson
El primer ministro británico habló desde la costa sur de Inglaterra, donde dio a conocer un plan ampliamente criticado por organizaciones humanitarias que indican que las medidas anunciadas por Johnson son contrarias a la Convención sobre los Refugiados, cuyo protocolo fue firmado por el Reino Unido en 1968. “Nuestra compasión puede ser infinita pero nuestra capacidad para ayudar a la gente no lo es”, afirmó Johnson.
La ministra de Interior, Priti Patel, viajó a Ruanda para cerrar un acuerdo multimillonario para enviar al país centroafricano, ubicado a siete mil kilómetros de Inglaterra, a personas que ingresen al Reino Unido de forma irregular.
El acuerdo entre Londres y Kigali establece que Ruanda primero recibirá 120 millones de libras (157 millones de dólares) “para aceptar a demandantes de asilo y migrantes y darles una vía legal para la residencia (…) establecerse de forma permanente, si así lo desean”, según informó el ministro de Relaciones Exteriores, Vincent Biruta.
“Eludir obligaciones internacionales”
La medida fue rechazada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). “Las personas que huyen de la guerra, de conflictos y de la persecución merecen compasión y empatía. No deben ser intercambiadas como si fueran mercancías y trasladadas al extranjero para ser procesadas”, precisó Gillian Triggs, Alta Comisionada Adjunta del ACNUR para la Protección Internacional en un comunicado.
“El ACNUR sigue oponiéndose firmemente a los acuerdos que pretenden transferir a los refugiados y solicitantes de asilo a terceros países en ausencia de garantías y normas suficientes. Tales acuerdos no hacen más que desplazar las responsabilidades en materia de asilo, eludir las obligaciones internacionales y son contrarios a la letra y el espíritu de la Convención sobre los Refugiados”, reza la declaración del organismo internacional.
La agencia para los refugiados además instó Ruanda y al Reino Unido a replantear estos planes y advirtió que estas medidas en lugar de disuadir a los refugiados los obligará a recurrir a rutas alternativas que pueden resultar más peligrosas. “Estos acuerdos de tercerización sólo magnificarán los riesgos”.
ACNUR además remarcó que, a pesar del apoyo ofrecido por Ruanda, el país centroafricano ya es refugio para personas que huyen del conflicto, sin embargo, la mayoría vive en campamentos y con escaso acceso a oportunidades económicas. “El ACNUR cree que las naciones más ricas deben ser solidarias en el apoyo a Ruanda y a los refugiados que ya acoge, y no al revés”, indicó la agencia en su comunicado.
“El Reino Unido tiene la obligación de garantizar el acceso al asilo a quienes buscan protección. Los que se determine que son refugiados pueden ser integrados, mientras que los que no lo son y no tienen otra base legal para quedarse, pueden ser devueltos con seguridad y dignidad a su país de origen”, sentenció la agencia de la ONU que además recordó que “los recursos necesarios para gestionar las solicitudes de asilo de forma humana, justa y eficaz”.
La ONG Human Rights Watch alertó sobre las consecuencias de las nuevas medidas para los refugiados de países como Siria. “Los refugiados sirios están desesperados por establecerse en un lugar seguro”, dijo Nadia Hardman, experta en protección de asilados y migrantes. “El acuerdo del Reino Unido con Ruanda sólo complicará esta búsqueda”, lamentó.
“Llegarán con la esperanza de ser tratados según los valores fundamentales que el Reino Unido dice defender, pero en su lugar serán trasladados a kilómetros de distancia a otro país en un continente totalmente diferente”, denunció.
Centros de migrantes
El gobierno británico también creará centros específicos en los que ingresar a quienes lleguen de forma clandestina, para sustituir a los actuales alojamientos hoteleros. Por su parte, Johnson también anunció cambios en la vigilancia de su frontera marítima sur. “A partir de hoy, la Royal Navy asumirá el mando operativo en el canal de la Mancha (…) para garantizar que ninguna embarcación llegue al Reino Unido sin ser detectada”, reveló.
El gobierno conservador británico había prometido reducir la entrada irregular de migrantes que en 2021 ascendió a 28.500 personas que hicieron el viaje en a través del canal de la Mancha y en embarcaciones precarias. Esta cifra representa un salto respecto a los números registrados en 2020 con cerca de 8.500 personas y 299 en 2018, según datos del ministerio de Interior.
“Acepto que estas personas (los migrantes), sean 600 o 1.000, están en busca de una vida mejor, por las oportunidades que brinda el Reino Unido y la esperanza de un nuevo comienzo”, dijo el jefe del Ejecutivo. “Pero son estas esperanzas, estos sueños, los que han sido explotados. Estos viles traficantes de personas están abusando de los vulnerables y convirtiendo el Canal en un cementerio acuático, con hombres, mujeres y niños ahogándose en botes no aptos para navegar y/o asfixiándose en camiones refrigerados”, subrayó.
Desde la oposición al gobierno británico señalan que el anuncio de Johnson busca desviar la atención del escándalo del Party-Gate, las fiestas ilegales en Downing Street durante el confinamiento. Esta semana el primer ministro conservador fue multado por su participación en las fiestas.