Rousseff promete como candidata más futuro para Brasil

0
228

La presidenta confirma su postulación a las elecciones de octubre defendiendo los programas sociales de su Gobierno y asegurando que seguirá transformando al país sudamericano

Dilma Rousseff se confirmó este sábado como la candidata a las presidenciales de octubre del Partido de los Trabajadores (PT) con la promesa de seguir transformando Brasil en el caso de que vuelva a salir reelegida. La presidenta del país, cuya popularidad ha ido decayendo según las encuestas más recientes, estará acompañada en su candidatura del vicepresidente Michel Temer (PMDB).

Roussef anunció su postulación durante una convención del PT en Brasilia que reunió a las principales figuras del partido y también de la actual coalición del Gobierno. Los gritos de “Uno, dos tres… ¡Dilma otra vez!” se impusieron sobre los que preferían a Lula en la disputa. De ganar Roussef, sería la cuarta administración petista consecutiva.

Tras la votación, en la que los presentes confirmaron la elección de Rousseff a mano alzada, la presidenta habló acerca de la “construcción de más futuro” y de “cambiar con continuidad”. Su estrategia, como se esperaba, pasó por destacar los programas gubernamentales que han tenido éxito, como el de aceleración del crecimiento, médicos por todo el país y la expansión de la ciencia en todos los ámbitos. Roussef insistió en que se encuentra ante la reelección “más difícil de todas”.

Al comienzo de su intervención, Rousseff leyó unas notas para no olvidarse de los agradecimientos y los puntos de su intervención que iba a tratar. Pero pronto se desprendió de su cordialidad y atacó a los críticos de su Gobierno y adelantó los rumbos de un posible segundo mandato, llegando a afirmar que no le eligieron “para vender el patrimonio público, ni para mendigar dinero para el FMI”. “Porque no lo necesitamos”, dijo. Entre los proyectos de futuro de la candidata está el Plan de Trasformación Nacional (PTN), amparado por la “solidez económica” y la “amplitud de políticas sociales” que harán Brasil “ingresar decisivamente en la sociedad del desarrollo”. El PTN trata de una reforma política para que haya una “participación popular más amplia y un plebiscito para votar los caminos políticos del país”.

Al final, DIlma describió a Lula como “un gigante” y reafirmó que es un desafío ser su sucesora en la administración del país. Pidió, claro, “cuatro años más” y “el apoyo del pueblo brasileño” y, para los que esperaban alguna declaración acerca de los abucheos e injurias que se hicieron eco en Arena Corinthians durante la apertura del Mundial, se limitó a decir que nunca hizo política con odio. “No insulto, pero no me doblo”. Y, para acabar, dejó claro que “el Mundial está dando una paliza monumental a los pesimistas”.

El furor de Lula

Con el micrófono en la mano y caminando de un lado al otro, Lula despertó las reacciones más calurosas de la convención al proferir sus palabras. Su discurso, además de servir como apoyo incondicional a la candidata, a la que él definió como la más preparada para el “cambio” entrevisto por el PT. Lula marcó el tono combativo de la convención. “Nunca habrá divergencias entre Dilma y yo. Y, si la hay, Dilma tendrá siempre la razón”, aclaró el expresidente que abordó las críticas contra la gestión petista, el supuesto pesimismo que rodea la realización del Mundial en el país y los desafíos que enfrentarán los militantes del partido hasta octubre.

Además de la preparación para el Mundial, temas espinosos como los polémicos abucheos a la presidenta en el primer partido de Brasil contra Croacia, la corrupción en el Gobierno del PT y “los cambios que las gestiones anteriores no han sido capaces de hacer”. Lula aún encontró ganchos para divertir a los oyentes, especialmente sobre fútbol. “Hablaron mal de los estadios del Mundial, que iban a quedar mal. Pero vean a Inglaterra… Ella perdió porque no estaba acostumbrada a jugar en campos de esta calidad”, dio una punzada. Y: “¿Vosotros habéis visto a Costa Rica?”

Tanto Lula como otros ponentes insistieron en que estas elecciones serán las más difíciles para el PT. Rui Falcão, presidente del PT, abrió la ceremonia hablando de la necesidad de cambio, un concepto que será central en la campaña de Rousseff. Habló de Lula como “el más grande líder que ya surgió en Brasil”, adelantando que el expresidente hará una gira para “traer de vuelta el entusiasmo de la campaña de 1989 – cuando el exmetalúrgico casi venció las primeras elecciones directas después de la dictadura militar – y luchar contra “los que se presentan como una tercera vía, pero que se concilian con intereses neoliberales”.