El atentado contra el republicano deja casi cerrado el resultado electoral de noviembre.
El sábado por la tarde el mundo se llevó las manos a la cabeza cuando comenzaron a circular imágenes del atentado contra el exvicepresidente de los Estados Unidos Donald Trump (del que se escribe mucho aquí, no sin razón). Inmediatamente, acostumbrados a la especulación las manos a la cabeza eran para apuntar las teorías que se han hecho comunes entre los cibernautas (2/3 partes de los habitantes de la tierra) de que no se trató de un atentado, sino que podría ser un “auto atentado” (similar al auto golpe en Bolivia), con la intención de acabar de una la pugna por la Casa Blanca. Pero mientras las horas ganaban la noche, la versión del atentado ganó cuerpo.
El ejecutor, un joven de apenas 20 años acabó abatido por los servicios de seguridad; un desquiciado tirador como muchos en los EEUU que se cargaron vidas a balazos, incluidos expresidentes, artistas famosos y chicos de parvulario, de escuelas y universidades.
Unas horas más tarde, Trump se pronunció a través de su perfil en la red social Truth Social y afirmó que sintió la bala “desgarrándole la piel”. El republicano se solidarizó con las familias de las víctimas del ataque (un muerto y un herido grave) y agradeció “la rápida respuesta” del Servicio Secreto de Estados Unidos (que al simple sonido de las balas cayó sobre Trump protegiendo su vida). “Quiero expresar mi más sentido pésame a la familia de la persona que murió en la manifestación, y también a la familia de la otra persona que resultó gravemente herida”, escribió el republicano.
“Es increíble que un acto así pueda ocurrir en nuestro país”, escribió. “Me dispararon en la parte superior de la oreja derecha. Supe de inmediato que algo andaba mal porque escuché un zumbido, disparos e inmediatamente sentí la bala atravesar mi piel. Sangraba mucho y entonces me di cuenta de lo que estaba pasando. ¡Dios bendiga América!”
Campaña electoral
El ataque se produce en un momento turbulento de la campaña presidencial estadounidense, en el que el oponente de Trump, el presidente Joe Biden, se enfrenta a presiones –incluso de los propios demócratas– para que se retire de las elecciones tras sus últimas apariciones públicas, en las que el hombre de 81 años transmitió una imagen debilitada. Ambos compiten por el liderato en las encuestas con márgenes estrechos, y Trump ha obtenido cierta ventaja en los últimos días.
En su perfil de redes sociales, Biden apoyó a Trump y condenó la violencia. “Me alegra saber que está bien. Estoy orando por él, su familia y todos los presentes en la manifestación mientras esperamos más información”, dijo Biden. “No hay lugar para este tipo de violencia en Estados Unidos. Necesitamos unirnos como una nación para condenarla”.