¿Son ciertas las afirmaciones de Trump sobre la caravana migrante en México?
En su discurso de informe de gobierno, el presidente estadounidense, Donald Trump, hizo énfasis varias veces en un tema que ha marcado su segundo año en la presidencia: el argumento de que es necesario construir un muro fronterizo con México para evitar el paso de lo que calificó como migrantes en “grandes caravanas organizadas”.
El martes 5 de febrero también sugirió en sus declaraciones que las autoridades mexicanas han fomentado el paso ilegal de los migrantes.
“Acabamos de enterarnos de que en ciudades mexicanas, para deshacerse de los migrantes ilegales en sus comunidades, han conseguido camiones y autobuses para traerlos a nuestro país por medio de áreas donde hay poca protección fronteriza”, aseguró Trump en su discurso.
Parte de su aseveración es verdadera, pero otras partes distorsionan los hechos o no tienen fundamento. Por ejemplo, no hay evidencia de que las autoridades mexicanas estén enviando a migrantes a puntos de cruce fronterizo poco vigilados.
Los migrantes han dicho que se han unido a las caravanas, grandes grupos, porque viajar de esa manera los ayuda a mantenerse seguros en caso de robo u otros peligros en el trayecto por México. Por su tamaño, han atraído la atención de Trump y las caravanas se han vuelto blanco frecuente de críticas.
A medida que los migrantes centroamericanos se desplazan por México, algunos gobiernos locales y estatales ahí los han provisto con transporte, con ayuda de iglesias y grupos de asistencia locales.
Algunos alcaldes han decidido hacer esto porque sus recursos son limitados y es más sencillo arreglar el transporte de los miles de migrantes a un siguiente sitio que organizar darles hospedaje y alimentos. Varios gobiernos estatales han dado cierta asistencia sobre la ruta a migrantes que viajaron en octubre y noviembre hacia Tijuana, donde hay una concurrida estación para cruzar a Estados Unidos.
Las autoridades han indicado que sus acciones son con fines humanitarios; cuando había falta de espacio en los transportes, por ejemplo, se les daba prioridad a mujeres y niños.
Lo más probable es que Trump estuviera haciendo referencia a medidas tomadas por el gobierno del estado de Coahuila, que colinda con Texas. El lunes 4 de febrero, funcionarios coahuilenses, junto con negocios locales, les dieron autobuses a 1700 integrantes de una caravana que había salido de Honduras el 14 de enero.
El gobierno estatal publicó fotos en Twitter del gobernador Miguel Riquelme reunido con algunos de los migrantes la noche antes de que salieran en los autobuses y de él durante una visita a un albergue establecido recientemente para recibir a personas en Piedras Negras, que está del otro lado de Eagle Pass, Texas.
A los migrantes les dieron el transporte para que fueran de Arteaga, al sur de Coahuila, hasta Piedras Negras, que tiene una población de 150.000 personas y no cumple con la descripción de un área fronteriza con poca protección.
El gobierno federal de México no les ha dado transporte de ningún tipo a los integrantes de las caravanas.
La secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kristjen Nielsen, dijo el martes que el gobierno de Estados Unidos está preparado en caso de que crucen quienes viajan en caravana.
“La entrada ilegal no será tolerada y estamos listos para prevenirla”, dijo. “El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha estado trabajando con los departamentos de Estado, Defensa y Justicia para asegurarse de que estén disponibles todos los recursos posibles para atender esta caravana anárquica”.
La mayoría de los migrantes en caravanas han dicho que su esperanza es poder solicitar asilo en Estados Unidos por las vías legales.