Un Cañón en la cara

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Con gruesas letras de molde os titulares de los diarios anunciaban el insólito apresamiento de un conocidísimo empresario privado, ex ministro de Estado, dirigente y propietario de un club de fútbol  varias veces campeón de los torneos de la liga local y candidato a la Presidencia de la Federación Nacional de Fútbol de Honduras. A las 19:00 horas del 6 de octubre de 2015 en el aeropuerto de Miami en los Estados Unidos, agentes de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro, apresaron a Yankel Antonio Rosenthal Coello, miembro  de una de las más poderosas, pudientes e influyentes familias de Honduras, nación con un territorio algo más pequeño que el Departamento del Beni en Bolivia.

Al día siguiente, mediante un lacónico comunicado, el Poder Ejecutivo anunció públicamente la detención del renombrado empresario, afirmando sin mayores comentarios que el Gobierno de la República de Honduras había sido informado por la embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa, la captura del ciudadano hondureño Yankel Rosenthal. Más adelante se informó que el detenido sería presentado al día siguiente ante los Tribunales de Justicia de EEUU, para responder por varios delitos.

Yankel Rosenthal Coello (46), junto a quien funge como el capo de la familia, Jaime Rolando Rosenthal Oliva (79), su hijo Yani Benjamín Rosenthal Hidalgo (50), ex candidato presidencial, y Andrés Acosta García (47) abogado de la familia en EEUU, fueron formalmente acusa-dos bajo la denominada “Ley Kingpin” (Cabecillas Extranjeros de Traficantes de Narcóticos), de desempeñar un significativo papel en el tráfico internacional de estupefacientes, además de proveer servicios de lavado de dinero y de otros delitos relacionados con el apoyo de organizaciones criminales de narcotraficantes centroamericanos.

La acción inicial a cargo de la jueza Chris McAliley de una Corte de Miami, detalló las acusaciones contra Yankel Rosenthal. Ese mismo día  el Departamento del Tesoro a través de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, señaló  que los activos de todas las entidades de negocios del grupo, quedaban congelados prohibiéndose a organización, ciudadano o residente en la Unión,  realizar cualquier tipo de transacción. Solicitaba, al mismo tiempo, a las autoridades hondureñas, la adopción de similares medidas en el país con todos los cuantiosos bienes de los Rosenthal.

La ciudadanía “catracha” volvió a quedar atónita, al enterarse que los acusados poseían o controlaban tres empresas de inversiones en la Islas Vírgenes Británicas, otras tres de similar actividad en los Estados Unidos; un grupo de inversiones en Panamá denominado “Gru-po Continental” y finalmente, tres enormes conglomerados dentro de Honduras dedicados a negocios de inversiones, bienes raíces, agroindustria, turismo y medios de comunicación con más de 11.000 empleados.

La respuesta pública de la poderosa familia no se hizo esperar. A través de sendos comunicados en los medios de comunicación hondureños, la familia Rosenthal rechazó airadamente las acusaciones de la justicia norteamericana y pidió garantías para defenderse, alegando la improcedencia de haber sido calificados como criminales financieros, narcotraficantes y actores de operaciones ilícitas por el Subsecretario de Terrorismo e Inteligencia Financiera de los Estados Unidos, Adam J. Szubin. En un resumen de seis puntos, los Rosenthal declaraban públicamente que se los acusaba falsamente junto a varias empresas del Grupo Continental, de lavado de activos y narcotráfico. “Rechazamos vehementemente las acusaciones hechas en contra nuestra y demostraremos en el juicio correspondiente, que somos inocentes, que exigimos se respeten nuestros derechos y que no se nos persiga sin opción a defendernos…”

Con relación a fuertes rumores en medios de prensa sobre supuestos vínculos con la familia Rivera-Madariaga, conocida como “Los Cachiros” presos y condenados en EEUU por los mismos delitos de narcotráfico, el influyente Yani Rosenthal Coello aclaró que sus relaciones se limitaron a la compra de ganado a la empresa “Ganaderos y Agricultores del Norte” de propiedad del Grupo Rivera Madariaga en calidad de materia prima  para su firma “Empacadora Continental” dedicada al negocio del empaque de carne vacuna y a la otorgación de algunos préstamos regulares y legales en el Banco Continental, emergentes de los negocios con “Los Cachiros”.

Respecto a posibles conexiones con los hermanos Miguel, Luis, José y Digna Valle-Valle, también presos en los Estados Unidos por delitos similares y contra quienes no sólo pesan cargos de narcotráfico, sino también de haber mantenido importantes nexos y negocios ilícitos en Honduras con la banda del renombrado “El Chapo” Guzmán Loera, el mayor de los Rosenthal afirmó que jamás los conocieron en circunstancia alguna.

Luego de algunos cabildeos que muchos juzgaron interesados, la Comisión Nacional de Bancos y Seguros de Honduras, procedió a la intervención y liquidación forzosa del Banco Con-tinental, medida radical que en los hechos implicaría el cierre de operaciones de otras empresas del grupo; los Rosenthal aceptaron la medida, solicitando sin embargo, la figura de “liquidación voluntaria” y no de “liquidación forzosa” para evitar “el desprestigio nacional e internacional del Gobierno hondureño y del sistema financiero con riesgos impredecibles para la estabilidad del país”.

Pese a la indudable influencia de la controvertida familia, la medida siguió adelante en forma de una liquidación forzosa y en el fragor de las consecuencias gatilladas por estos graves acontecimientos, la política también entró en juego. A través de un comunicado el Partido Liberal de Honduras solicitó respeto por sus importantes miembros Jaime Rosenthal Oliva y Yani Rosenthal Hidalgo a quienes debería garantizarse la aplicación del principio de inocencia presunta y debido proceso. “Reconocemos la trayectoria política y empresarial de la Familia Rosenthal por más de 80 años, constituyéndose en ese tiempo, en factor de progreso y desarrollo económico, político y social de Honduras”, afirmó el comunicado de esta importante agrupación política.

Por su parte, se sabe que con el propósito de asumir su defensa, los Rosenthal contrataron en los Estados Unidos, a la famosa firma de abogados “Moscowitz & Moscowitz” encargados de otros sonados casos judiciales tanto en el país, como a nivel internacional.

Durante el mes de octubre, se fueron conociendo detalles de la acusación de la justicia norteamericana contra los Rosenthal. Estas habrían comenzado el año 2004 con una secuencia ininterrumpida hasta 2015. Definía que se había comprobado la participación de los Rosenthal por más de 10 años en las actividades de lavado de dinero procedente del narcotráfico. Citaba  cuentas abiertas en la banca norteamericana, apropiación indebida, robo o malversa-ción de fondos públicos por la vía de sobornos a funcionarios oficiales y apoyo consentido al tráfico internacional de drogas.

Ante la gravedad de los cargos, el Gobierno de Honduras a través de su Presidente Juan Orlando Hernández, declaró que el sistema financiero hondureño continuaría sólido y solvente y que el cierre de la tercera institución bancaria más importante de Honduras, había tenido lugar con el expreso propósito de proteger las finanzas del país, además de cumplir con compromisos suscritos por Honduras con organizaciones internacionales de lucha contra el nar-cotráfico;  “quiero enfatizar -dijo el presidente- que éste es un problema entre el Banco Continental y la justicia de los Estados Unidos”

Con gran pérdida de prestigio, la pequeña nación centroamericana tuvo que afrontar lo que se denominó el “Latrocinio del IHSS” (Instituto Hondureño de Seguridad Social), institución social que de manera dolosa y recurrente, sufrió una especie de asalto colectivo por parte de numerosos funcionarios públicos encabezados por su cínico y audaz ex director, Mario Roberto Zelaya Rojas, imputado junto a otras cuarenta personas en investigaciones ulteriores realizadas por la “Unidad de Apoyo Fiscal” de Honduras, de más de veinte delitos que aún hoy se ventilan en los tribunales de justicia, latrocinio que en cerca de treinta causas ya le ha costado al erario de ese país, alrededor de 4.500 millones de Lempiras, algo así como 210 millones de dólares.

Uno de los fiscales investigadores, Héctor Morales, afirmó recientemente que si bien la mayoría de los casos están resueltos, “mientras más auscultamos, cada día encontramos más líneas de investigación”, prueba de que pese a los 12 o 15 casos ya judicializados y de los cerca de 50 prófugos de variada condición social que salieron subrepticiamente de Honduras, (en su mayoría funcionarios públicos), el “latrocinio del IHSS” es ciertamente uno de los sucesos de corrupción colectiva más dañinos en la historia del país.

“Sigue la depuración en la policía, depuración que incluye a fiscales, jueces y demás operadores de justicia…”, afirmó el jefe de Estado hondureño Juan Orlando Hernández. Con las protestas de la oposición y las loas del Gobierno, las autoridades hondu-reñas se encuentran a punto de poner en marcha con ayuda de la OEA, un programa de investigación contra la corrupción y de sus secuelas con miras a aplicar por fin,  justicia y castigo.

Virgilio Padilla, diputado hondureño del Partido Anticorrupción (PAC), declaró que cualquier programa contra la corrupción, debería comenzar por elegir adecuadamente a los 45 titulares de la Corte Suprema de Justicia, excluyendo a los que forman parte del circulo de poder, a los candidatos que ya son diputados del Congreso, a los que intenten reelegirse en cualquier cargo de influencia y finalmente, a los abogados patrocinadores que tengan vínculos con el Gobierno. “De no ser así, Honduras tendrá que esperar aún más para tener justicia, paz y tranquilidad” concluyó el Diputado Padilla.

Muy cerca de Honduras, es también indignante el caso guatemalteco de una multimillonaria defraudación fiscal, cobros ilegales, coimas, contrabando y negocios ilícitos a través de una organización criminal denominada “La Línea”, encabezada por  Juan Carlos Monzón, (ex se-cretario privado de la vicepresidenta), que según sus primeras declaraciones, estaba comandada por funcionarios del más alto nivel, “incluidos el expresidente Otto Pérez Molina (recientemente fallecido en prisión) y su exvicepresidenta Roxana Baldetti”.

Monzón recientemente encarcelado con incomunicación estricta por amenazas a su vida, desapareció durante una visita oficial a Corea del Sur para investir a la vicepresidente Baldetti con un Doctorado “Honoris Causa”, declaró hace poco que su accionar sería algo común y que “esa estructura de cobros ilegales existe desde hace más de 20 años y las cantidades de-claradas por las autoridades, (decenas de millones de dólares), están muy por debajo de la verdad”.

Más casos en Centroamérica

Narcotráfico, delincuencia, corrupción, lavado de dinero, crimen y toda la gama letal y nefasta de efectos que emergen de semejante realidad delincuencial, asolan actualmente a varios países centroamericanos, especialmente en El Salvador, Honduras y Guatemala, (el llamado “Triángulo Norte”), consecuencia -opinan muchos lugareños- del relajamiento que generan los gobiernos populistas de izquierda y derecha en su reticencia al cumplimiento de la ley “en su mayoría leyes neoliberales, injustas y desfasadas de la realidad que sirvieron durante décadas a los políticos insensibles para esquilmar al pueblo, cada vez más empobrecido y sojuzgado”, analistas centroamericanos.

El conocido periodista y escritor hondureño, Octavio Carvajal afirma en un duro editorial del matutino “El Heraldo”,  que el apremio popular es ya imparable por “el abuso sin condena; por el quebrantamiento continuo de la cosa pública; por los negocios sucios hechos en una calle adyacente al Palacio de Gobierno; por los actos de injusticia; por la corrupción, el latrocinio, la criminalidad, el narcotráfico, el desempleo, el hambre y los avioncitos de regalo que se asientan en Roatán, Islas de la Bahía. Por las matronas que sacaron maestría en fraude, que llegaron soberbias al poder y que de criadas volaron por el mundo con escala en Miami y Nueva Orleans para celebrar congresos móviles inútiles. Basta de altivez y descaro y ojalá que alguien atienda los graves problemas de la ciudadanía. De simples palabreos estamos hartos”, concluye Carvajal advirtiendo que sus palabras herirán la sensibilidad de los huraños y altaneros políticos de siempre.

A manera de justificación, se afirma que “la imparable corrupción que azota como una peste a varios países del continente centroamericano, proviene en gran medida de México donde el poder de los delincuentes, traficantes de droga, policía y políticos corruptos, ha trascendido ya la misma vida humana, junto a todos los niveles de autoridad, justicia, moral y ética conocidos por  el hombre”. Como están hoy las cosas, tal parece que en el resto del continente americano, la corrupción es una triste y palpable realidad.

En su discurso ante las Naciones Unidas de octubre del año pasado, Su Santidad el Papa Francisco se refirió a los “conflictos silenciosos” que cada día cobran la vida de miles de personas, como el narcotráfico al que describió como una “guerra asumida y pobremente combatida” que por su propia dinámica, viene acompañada de trata de personas, lavado de activos, tráfico de armas, explotación infantil y corrupción que “ha penetrado los distintos niveles de la vida social, política, militar, artística y religiosa, generando una estructura paralela que pone en riesgo la existencia de nuestras instituciones”.

 

 

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