Canciller chileno descarta reunión con Carlos Mesa
Santiago de Chile, 22 jul (EFE).- El ministro chileno de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, descartó hoy que se vaya a reunir con el expresidente boliviano Carlos Mesa, quien en su papel de vocero de la demanda marítima contra Chile viajaría a Santiago en las próximas semanas.
“Entendemos por los medios de comunicación que vendría a Chile”, comentó a la prensa Heraldo Muñoz, quien a continuación manifestó enfáticamente: “No necesitamos que se nos venga a explicar la demanda boliviana, la entendemos muy bien”.
El Gobierno de Evo Morales presentó en abril de 2013 una demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en busca de un fallo que obligue a Chile a negociar en firme y de buena fe su reclamación de una salida soberana al mar.
El pasado 7 de julio, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció que su país objetaría la competencia de la Corte, cosa que finalmente hizo ocho días después.
Respecto a la proyectada visita del expresidente boliviano, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile dijo que Carlos Mesa “es el encargado de la propaganda, de la difusión de Bolivia en contra de Chile”.
“Yo no tengo ninguna disposición de recibirlo, en el caso de que venga a Chile”, anunció.
En cambio, Muñoz aseguró que sí esta dispuesto a conversar “con las autoridades competentes, con el canciller de Bolivia (David Choquehuanca), respecto a los temas que están en la agenda bilateral, excluyendo el tema marítimo”, puntualizó.
El canciller chileno compareció este martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados para explicar las excepciones preliminares que Chile presentó para impugnar la competencia de la CIJ en la demanda boliviana.
Al respecto, Muñoz enfatizó que hay un “respaldo sólido y total a la decisión de la presidenta de la República”, Michelle Bachelet, respecto a la impugnación del alto tribunal de Naciones Unidas.
Tras la presentación de las objeciones preliminares, la CIJ debe ahora suspender la tramitación de la demanda marítima interpuesta por Bolivia y abrir un proceso que, según los cálculos de la Cancillería chilena, “durará un año o un año y medio”.