Carlos Rodriguez San Martin. Periodista, Editor Socio Express Press Srl. (Revista Dat0s)

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Foto: Revista dat0s 229

Podría parecer una estrella de rock y a la vez un excéntrico hombre de negocios. A simple vista, Carlos Rodriguez San Martín se mueve en una frontera; entre el artista y el kamikaze de la información. Es el hombre de la ruleta, el que se juega el todo por el todo para llegar a la verdad. Es difícil encasillar a este comprometido héroe de la comunicación, que ha hecho del oficio su lucha. Su estudio y oficina tiene un mural de corceles salvajes corriendo por un bosque. Pintura de fondo que refleja muy bien su espíritu inquieto, libre y cuestionador. En un estante de libros, empotrados con tapas de cuero, descansan sus clásicos de la literatura española y rusa. Revistas como GQ, Rolling Stone, enciclopedias de fotografía y arte, además de ejemplares de dat0s coronan sus mesas, al caer de una tarde estival. Un sol crepuscular que alumbra su escritorio y muebles, como el pálido atardecer de una novela de Kundera se apodera de la sala. Carlos Rodriguez SM, el fundador y artífice de la revista dat0s, enciende un cigarrillo y empieza a contar su experiencia en el periodismo.

Carlos es un hombre multifacético, que creció siendo testigo de los principales aconteceres de su época, tanto en Bolivia como en el mundo. Hijo de una familia de vertiente ideológica política, vinculada al MNR y más adelante al MNR-I, vio cómo su madre acogió en sus días a personajes de la palestra política como Siles Zuazo, los hermanos Álvarez Plata, Simón Reyes, Jaime Paz Zamora, Oscar Eid y Toño Aranibar entre muchos otros. Su hogar fue el bastión de la resistencia contra la dictadura.

Su pasión política no se encendería todavía en esta etapa. La adolescencia llegaría como un huracán de sensibilidad y estímulos incontenibles. “Fui una persona muy sensible, aparatosa y rara. Tuve un grupo de amigos con los que absorbimos expresiones de la moda, la contracultura, el hipismo, la efervescencia del rock”, describe con regocijo.  “Conocí y leí a gente que era rebelde pero que tenía principios, a su vez una energía de paz y de ellos se aprendía”, agrega.

El rock, el arte literario y la música lo llevaron a convertirse en un curioso de todo producto cultural que llegase a sus manos. La literatura de Jaime Saenz, la crónica del Inca Garcilazo de la Vega, el psicoanálisis Sigmund Freud, el materialismo de Karl Marx, la ironía distopica de George Orwell o de Aldous Huxley, y la crítica social de Ernesto Sábato incendiaron su imaginación. Desde muy pequeño fue apasionado por la revista Life que coleccionaba su padre y lo atraparon en el periodismo durante la Guerra Fría. Información que años después se complementaría con viajes por Europa y Brasil, donde estudio periodismo en la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad Federal de Minas Gerais. Revistas como Time, Newsweek y ediciones de las brasileñas como Veja o Istoe y la argentina Noticias serían lo que alimentaria, por otro lado, su amor por la actualidad. La revolución contracultural y juvenil del 68 marcó aún más su naturaleza contestataria y disidente de las poses. “Fue la época del destape, habían drogas puras. Ese periodo ha sido intenso y rico para mí. Gracias a Dios, he sabido sobreponerme a esa ola.”, destaca. Woodstock y festivales afines, así como la música de Led Zepelin, Janis Joplin, los Rolling Stones, Bob Marley, Eric Clapton, Cat Stevens, The Who y otros estuvieron en la aguja de su tocadiscos. “Era sorprendente porque estos ídolos eran gente que hacía grandes fiestas y bailaban con la alta sociedad en Saint Tropez, Marsella, Londres, consumían drogas y a la vez eran considerados genios”, recuerda.

Inquieto, perspicaz y autoproclamado “freak”, se considera un romántico, sin renunciar a ser crítico ante lo que percibe. “El romance es una forma de ser. Es una parte de mí, aunque hay gente que dice que soy ácido”. Tiene el amor aún por el contacto físico del soporte de un libro, el contacto del papel, aunque no tenga tapujos en decir las cosas por su nombre, y mencionar que la tecnología no lo ayuda a tomar contacto con la tierra. “Es como un satélite desprendido que ayuda, pero te aleja del contacto y, creo que como en la música es necesario tener un cable a tierra”.

Este romance con el arte, la actualidad y la política, lo llevó 20 años atrás a embarcarse en un proyecto periodístico de alta envergadura. El antecesor fue Express Press, un boletín de noticias nacionales e internacionales que se difundía en la aerolínea Aereosur, y que era bastante leído por un amplio público. Sin embargo, dat0s sería la propuesta de mayor vuelo. Publicación que se mantiene vigente dos décadas después. Una revista en la que se fueron realizando pronósticos y análisis detallados de noticias, que pudieron adelantarse al tiempo. Fruto que se vería plasmado en una realidad violenta, de crimen organizado sin límites y la corrupción en su máximo grado ya en 2001. “Todo es un proceso. Después te das cuenta que todo eso que dijimos se reflejó rigurosamente en la realidad”, recalca. Estos pronósticos se cumplirían. “Transcurridos 20 años, uno ve que los reportajes son fuertes, llegaron a responder un propósito y ahora me he propuesto mostrarlos”.

Junto a dos valientes mujeres de la exYugoslavia, Sonja Radoman (+) y Zana Petkovic, Rodriguez San Martín decidió desafiar los cánones de la información y crear una revista que pueda generar debate, análisis e inquietud en los lectores. Lejos de un periodismo pasivo y complaciente, dat0s nació como un factor riesgo, que pueda hacer de la comunicación un ejercicio didáctico, y un aporte a la investigación sobre temas sociales, políticos, culturales, de espectáculo, y posteriormente económicos.

Fue así que la crítica ácida y sagaz de Carlos, junto con datos comprometedores de otros colaboradores especialistas dio un sello particular a dat0s. “La revista se destacaba por ser muy crítica al sistema. Ahí me di cuenta que la vena política, que por algún motivo no estaba integrada del todo, empezó a pronunciarse en mi desarrollo periodístico. Las decisiones que tomábamos en el consejo eran determinantes”. Decir las cosas sin ningún filtro fue la consigna del consejo de la revista, en dos décadas. “Si hay gente corrupta que afecta el curso de otras vidas ¿por qué uno tendría que quedarse callado; decir la verdad?”.

Para Rodriguez San Martín, el punto medio de un periodista no existe, pues la verdad debe ser contundente y ante todo poner en evidencia las fallas de la infraestructura institucional. “Había gente que me pedía que no sea tan duro en mis reportajes, mientras que otros me proponían ir más allá de lo permitido en el periodismo”, sostiene. “La persecución con la prensa no es nuevo, todos los períodos han tenido su época de macartismo cuando decides decir la verdad”. Hubo ocasiones en que portadas de dat0s provocaron la furia de gente que vino a patear la puerta de su oficina, o bien, el reclamo de algún personaje público en el Gobierno de turno.

También es consciente de los cambios y giros que ha dado el mundo hasta entonces. “El crimen organizado y la corrupción no eran tan marcantes como ahora. Antes no había internet para informarse de inmediato”. Por tal motivo, también dat0s tuvo que actualizarse como revista y adquirir otros formatos de divulgación electrónica.

Carlos vivió el complicado proceso de dar el paso del formato físico a internet con su revista. Un mundo donde la información va más rápido que los medios de transporte, fue lo que lo llevó a orientar el manejo de difusión hacia un camino más virtual. “Había vivido mis situaciones más intensas cuando era un adolescente sin acudir al internet o a las redes digitales. Ahora, un chico tiene todos los accesos a la ´era digital´”, asevera. “Mi pregunta es cómo ese chico va a buscar su interés común fuera de la red con información creíble. El desafío es permanecer vigente; que la información que produces sea imprescindible para el público, frente a la avalancha de ´fake news´ hacer periodismo de excelencia, riguroso y confiable”. En los acontecimientos de noviembre de 2019, la juventud fue protagonista y su interés por la política aumentó. “En un satélite las cosas acontecen más rápido y el internet nos permite eso: llegar a un público clandestino”.  El novelista es también otro personaje que Carlos ha mantenido en secreto. El escritor que desde el pasado y la ficción no puede evitar acudir a sus personajes de papel, a fin de realizar una narrativa retrospectiva, es el que trabaja aún. “Estoy en proceso ahora de hacer un libro”, adelanta, al hablar de su opera prima. “Toma tiempo realizar los avances. Tener una disciplina como escritor es más complejo que en el periodismo, donde soy consecuente y veloz. La diferencia de ritmos de trabajo se acentúa, sobre todo cuando es más fácil realizar una investigación de la coyuntura que una introspección”.

Por lo que la novela es aún un camino que el periodista está urdiendo, y le tomará su tiempo. “Esta novela es autobiográfica, tiene la parte más pesada que viví. Es una propuesta biográfica combinada con ciencia ficción, la cual retrata lo que sucedió en los lugares donde viví a fines de los sesenta hasta fines de los 70”, comenta. Estas influencias literarias y artísticas, lo impulsaron a ser fresco, innovador, dinámico y valiente a la hora de tomar decisiones en su carrera profesional.

Así lo manifiesta, al mencionar el rol que debe tener un periodista. “Llega un momento de tu vida en que no puedes hacer daño a nadie, en que el legado es una experiencia que te permite transmitir el conocimiento que tienes a la comunidad”. Rescatar a su vez el valor de mucha gente capaz de todos los ámbitos académicos que participó en la revista lo hace sentir orgulloso del equipo con el cual trabajó. “Hemos tenido relación con expertos de Bolivia, periodistas de Argentina, Brasil, EEUU y de algunos países de Europa. La vida son decisiones y siento que hemos tratado de llevar este campo al mejor nivel”.

Rodriguez San Martín establece las razones que han traído el éxito de dat0s. “Siempre hemos ido a un ritmo, convencidos que cuando te aceleras rápido, mueres rápido también. El secreto es saber impulsarte y aprender a frenar. Nunca pensamos en hacer nuestro trabajo solo enfocados en la publicidad, eso vendría con el tiempo. Fueron satisfacciones y momentos difíciles que tuvimos estos 20 años”. La opinión pública no fue siempre fácil con sus investigaciones. “Podría contarte esos casos donde te llaman 2 am de la mañana y te cuestionan ´qué has hecho, estás fundido´, o en las que te llaman a una reunión para aclarar lo que has escrito con algún poderoso. A la vez es una gran satisfacción cuando alguien te transmite aliento y te ánima a seguir adelante.”

Descubrió él que, en dos décadas de trabajo en el periodismo no se puede “ser totalmente aceptado como el periodismo de hoy, complaciente, sin riesgos”. Su pluma se fue ablandando y templando, aun así, con la experiencia.  “Acepte también ser más atractivo; sin perder la esencia que nos lleva a hacer análisis y dejar al lector que piense, que se interese. Hemos abierto el campo social y académico de las investigaciones”, destaca. Afirma, por otro lado, que el público de la revista se amplió, hasta alcanzar un rango más juvenil entre sus lectores. “Hemos pasado la edad de nuestro público, al llegar a los jóvenes”. Rodriguez San Martín considera que hay una marcada ausencia de contenido y material profundo de observación para el lector de revistas. “Nosotros cuidamos en ofrecer a nuestros lectores contenido sustancial que nos ayuda a mantenernos vigentes. Cuando empecé, jamás pensé en términos económicos. Invertí una fortuna en dat0s y no me arrepiento de haberlo hecho”, concluye.