El Alto D8: Pasan clases en aulas prestadas

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Foto: Página Siete

Con una contorsión casi imposible, Aylín logra sujetar un cuaderno entre sus rodillas para escribir en   la clase. Cansada, cambia de posición cada tres minutos para evitar acalambrarse y perder el hilo del dictado de la maestra.

Como  ella, otros ocho niños de tercero de primaria de la Unidad Educativa Bolívar Sur de la zona San Simón de Pampa Grande del Distrito 8 de El Alto  carecen de pupitres. Están obligados a usar el suelo como mesa y la pared como espaldar cada día. 
Las mismas condiciones se replican en cuatro de cada cinco  escuelas del distrito alteño, donde se prevé la construcción del centro de investigación nuclear. Allí, desde hace más de dos años, los alumnos realizan sus labores escolares en aulas prestadas o alquiladas, sin baños, patios o murallas que les brinden comodidad y seguridad.
“La situación es crítica. Viene la prensa, la Fejuve, las autoridades, pero nadie hace nada, nada cambia ni mejora. Los estudiantes con ganas de seguir  en clases traen sus propias sillas”, dice el director del establecimiento, Heriberto Carrión.
Por  una de las calles principales de la zona se acercan los alumnos de  primero y segundo  de primaria que pasan clases a 40 metros de la escuela,  en otros dos ambientes prestados. Todos juntos salen de la mano de la profesora para ir al único  baño que funciona para los 400 alumnos distribuidos en cinco ambientes ajenos y dos propios.
“La calle conecta a la carretera a Oruro y es muy peligrosa porque transitan muchos vehículos  y gente extraña. Como no hay pared,  se entran las pandillas y los borrachos”, explica la docente Yovana Blanco, que trabaja en estas condiciones desde hace dos años.   
A 15 minutos de recorrido  en vehículo por un camino de tierra, lleno de baches y  flanqueado por carteles con  advertencias -“cualquier sospechoso será linchado” o “ladrón encontrado  será quemado”-, se logra ver en medio de los lotes vacíos dos pequeñas aulas que albergan a los estudiantes de nivel inicial de la unidad educativa Virgen del Socavón. Sentados en un promontorio de tierra, durante el recreo, juegan con los perros callejeros y saludan con entusiasmo. 
“Esas son aulas ajenas, nosotros tenemos la escuela al lado, pero no está amurallada y las tres aulas que hay ahí no alcanzan. Ya varias veces se ha pedido a Zoonosis que venga porque lo perros  muerden a los niños”, dice    la presidenta de la junta escolar del establecimiento, Ercilia Valencia, mientras guía el recorrido.
Valencia ve con preocupación que las malas condiciones causan  abandono escolar. “Sólo al retorno de vacaciones de invierno 15 alumnos de los 150 que tenemos  no regresaron”,  lamenta.
La misma preocupación se extiende por varias unidades educativas del Distrito 8 de la ciudad de El Alto. En la zona Copacabana -corazón de la que será la ciudadela de investigación nuclear- cinco de cada 30 escolares abandonan sus estudios cada año.
“No podemos darles condiciones  y ellos van abandonando el colegio. A mi llegada hice un sondeo y perdemos cerca de cinco alumnos por cada curso, sé que ellos ya se dedican a trabajar”, explica la directora de la    unidad educativa Venezuela Plan 3.000, Patricia Márquez.
Cada uno  de los ambientes de este establecimiento fue construido  con  recursos y  mano de obra  de los padres. Lo único  que corresponde al municipio es la construcción de  una muralla  que fue paralizada en el mes de julio.

Para Néstor Acarapi, director del  Colegio Ecológico  Baden Powell, a pesar de la voluntad y sacrificio de los estudiantes, la falta de condiciones hace que la calidad de educación sea baja. “Se van antes de tiempo”, dice.

Codije pide  incremento del presupuesto   para educación

El presidente del Consejo Distrital de Juntas Escolares (Codije) de El Alto, Fausto Loza, manifestó que es necesario   incrementar el techo presupuestario municipal para las escuelas de El Alto. Espera que para  2016 el presupuesto suba  en 18 millones de bolivianos.
“Tras las movilizaciones del mes pasado, en la firma del acuerdo con  la alcaldesa (Soledad Chapetón),  nos ha adelantado que puede haber  18 millones de bolivianos más sobre los 30 millones que teníamos contemplados. Pero eso no ha de satisfacer las necesidades que tenemos en las más de 270 infraestructuras en las que funcionan 430 unidades educativas”, dijo Loza.
Aclaró  que hasta la fecha el Codije no  logró reunirse con la burgomaestre alteña para definir este tema. “Sí nos hemos reunido con algunas de las autoridades del área para ver hacer las consultas. Pero pareciera que no se ha hecho nada y no se ha avanzado en las escuelas”, explicó. 
Indicó que  en  2014 y parte de 2015 el  Distrito 8 realizó  una propuesta de presupuesto para el equipamiento de mobiliario y material educativo: computadoras, data show, mesas y sillas. El planteamiento consiste en el incremento del presupuesto de educación a través de recortes específicos a otras áreas.
Asimismo, aclaró que otro de los puntos preocupantes es el de la reanudación de los más de 100 proyectos de Mis Escuelas Dignas, que se están paralizados. 
“Hasta el momento se han vencido los plazos para retomar las construcciones  y tampoco se ha avanzado en las otras que están en muy mal estado y que se comprometieron a refaccionar. Estamos pidiendo un informe porque, además de esto, el mobiliario que nos entregaron en septiembre  está deteriorado”, dijo.