El evangelio según Francisco

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Hay una frase que ha ganado connotación en los círculos intelectuales europeos: “Los alemanes dominando todo, desde la economía hasta el fútbol, y ahora un papa argentino, es demasiado para los ingleses”. Francisco tiene un protagonismo que en la Argentina sería equivalente al del presidente de turno, con la ventaja de que el suyo es un cargo vitalicio. El Papa sale en la tapa de los diarios italianos y de varios países de Europa casi todos los días. Le Monde tituló en una de sus recientes ediciones “Defensor de la Ecología Integral”, en referencia a la encíclica de Bergoglio. Y así va, desde sus  gustos literarios y musicales hasta fotografiado con un casco de minero hablándoles a los desocupados sobre la indignidad del desempleo del sistema capitalista (dinero que hace dinero para hacer poder para volver a hacer dinero).

Salvando las distancias, para la misma intelectualidad europea el Papa Francisco va camino a convertirse en un ícono mundial como el Che, con quien, aunque ideológicamente sea incomparable, comparte ese gen transgresor característico del argentino.

Acaba de ser lanzado en Italia el libro La lista di Bergoglio. I salvati da papa Francesco que, siguiendo el nombre de La lista de Schindler, en lugar de contar las personas que aquél salvó de morir en los campos de concentración de los nazis, cuenta la lista de las personas que Bergoglio salvó en la Argentina de que terminaran desaparecidas en los campos de concentración de la dictadura de Videla.

La guerra de Francisco es una guerra comunicacional que llevó al director y fundador del principal diario de Roma, La Repubblica, Eugenio Scalfari, confeso ateo y el intelectual político más influyente de Italia, a decir que “Jesucristo era principalmente un gran comunicador porque los 140 caracteres máximos de Twitter eran utilizados sistemáticamente hace 2.000 años por el hijo de Dios con frases incisivas como ‘Conviértete, que el reino del cielo está cercano’ y que el uso de la parábola como un modo de comunicar con pocos caracteres ha sido permanente por la Iglesia desde la Biblia”. Y que este Papa también es un gran comunicador que con pequeños gestos en pocos meses revolucionó la Iglesia y se convirtió en un actor político mundial de primer orden.

Evo Morales olfateó el efecto y como hábil político que es, lo invitó a venir a Bolivia. Él, como el Papa Francisco, no duda sobre que las guerras actuales son comunicacionales; quizás eso explique por qué se amigó tan rápidamente con Bergoglio cuando denostó a la Iglesia Católica al principio de su mandato. Sin embargo, como dicen las enseñanzas el alma del hombre sale a flote y la verdad es cuestión de tiempo. Por eso, la visita del Papa podría dejar librando algunas batallas políticas que el Gobierno del presidente Morales no se imaginó. Al fin de cuentas el Papa Francisco es un “revolucionario”. Es el riesgo de tener popularidad sin saciedad. Veamos por qué:

El Papa considerará pecado grave destruir la naturaleza

“Dios perdona siempre, los hombres a veces, la Tierra no perdona nunca”. En los dos años pasados desde que se presentó por primera vez vestido de blanco en el balcón central de la basílica de San Pedro, Jorge Mario Bergoglio ha hecho continuos llamamientos para instar a los católicos a que se comprometan con la defensa del medio ambiente, un terreno en el que algunos fieles no se sienten demasiado cómodos por considerarlo propio de la izquierda. La ecología, entendida como una consecuencia más de la “cultura del descarte” que tanto critica, es una de las grandes preocupaciones del Papa Francisco, hasta el punto que le ha dedicado parte fundamental en su texto magisterial “Laudato si”. Se trata de la primera encíclica escrita completamente por Bergoglio, pues en la anterior, “Lumen Fidei”, retomó los escritos dejados por su antecesor, Benedicto XVI. La encíclica sobre la ecología humana, ha visto la luz antes de la crucial conferencia sobre cambio climático que se celebrará en París. Y si el dato interesa, en esta parte del mundo, poco antes de su llegada al país. . ¿Cómo se sentirá Evo sobre la decisión de construir  una carretera por medio de una reserva natural y uno de los pulmones de aire puro del planeta?

Antes que Bergoglio, luchadores incansables del medio ambiente y la ecología se han pronunciado advirtiendo la destrucción del bosque que comprende una extensa zona de alrededor 13.722 kilómetros por donde proyectan la construcción de la capa asfáltica, obra que es defendida por el presidente Morales y en torno a la que se ha desatado una lucha política que el Gobierno no parece dispuesta a perder.

El documento

Para redactar su nuevo documento, el Papa Francisco ha hablado con obispos implicados en este campo, como alguno de los de la Amazonía, y también ha contado con la colaboración del Pontificio Consejo Justicia y Paz. El presidente de este dicasterio vaticano, el cardenal ghanés Peter Turkson, ha sido el encargado de elaborar el primer borrador sobre el que el Papa ha trabajado su encíclica. En su texto apunta la relación entre el cuidado de la creación, el desarrollo humano integral y la preocupación por los pobres.

En definitiva, el Papa Francisco pretende que la humanidad sea consciente de que la desigualdad y la destrucción del medio ambiente están relacionadas. De hecho, los define “como los grandes desafíos de la familia humana”. La otra conclusión es que cuando el Papa habla de ecología, hay que tener en cuenta que lo hace de una forma integral, es decir, que no limita su análisis y soluciones “a fenómenos exclusivamente científicos, económicos o técnicos”. Finalmente, insiste en la idea de que el corazón de la ecología integral que propone es una llamada a la solidaridad, a un cambio de corazón de las personas de modo que el bien común sea lo más importante, por encima del beneficio.

Esta postura sumada a las protestas de  la Iglesia antes de su llegada en relación al presupuesto que se destina en Bolivia para la salud centrarán una visita que el Gobierno está seguro pasará como un cometa de buenos deseos tapando los problemas álgidos con los que se enfrenta en materia de ecología y en otros campos como la salud. “Pasando de largo”, la frase sirve para ilustrar las declaraciones de una autoridad de Gobierno que ha manifestado que en una de las curvas de la autopista La Paz – El Alto consagrada a ritos satánicos desde hace muchos años sin que nadie haga algo al respecto se cubrirá de fieles para evitar que el sumo pontífice vea el altar.

Los 4 puntos de preocupación del Sumo Pontífice por la ecología:

1. Proteger a las personas

Todos estamos llamados a proteger la naturaleza. Retomando las palabras de Francisco el mandato al respeto a “todas las criaturas de Dios y al medio ambiente en el que viven”. Esto significa “proteger a las personas, mostrar una preocupación por cada una de ellas, especialmente los niños, los ancianos y los necesitados, que son a menudo los últimos en quienes pensamos”. Se trata de un acontecimiento que separa las aguas.

En este caso, y volviendo al TIPNIS ha sido precisamente en torno al rechazó de la construcción de esa carretera que una marcha de protesta que se dirigía a la sede de Gobierno fue reprimida por efectivos del orden de mala manera, contra niños, mujeres y ancianos. Entonces el Gobierno había manifestado que dejaría sin efecto la construcción que demandará una inversión por encima de los US $200 millones, pero tras el resultado electoral de las pasadas elecciones subnacionales ha anunciado que la obra se realizará “sí o sí”

2. Virtud medioambiental

El cuidado de la creación es una virtud de propio derecho. El Papa Francisco recuerda la certeza científica de la existencia del cambio climático, relacionando este fenómeno con un modelo económico erróneo. Bergoglio subraya la necesidad de poner en marcha una “ecología integral” que ponga las bases para un “desarrollo auténtico”. Para Francisco, la destrucción de la naturaleza es un “pecado grave”, mientras que su protección es una “obligación” que resulta “fundamental” para fomentar la paz y evitar un desarrollo económico y social que deje a una buena parte de la población en la cuneta.

3. Conversión

Más allá de las decisiones políticas y las medidas que se adopten para proteger a la creación, el Papa aspira a lograr una conversión en los corazones y en las mentes de los fieles. No hay más que ver la elección de su nombre en recuerdo de Francisco de Asís, patrón de la ecología y defensor de los pobres. “La percepción judeo-cristiana de la creación puede transformar nuestra relación para pasar de ser observadores remotos de la naturaleza a convertirnos en ”hermanos y hermanas”, en protectores de ella”.

4. Base para la justicia

Llamada al diálogo y una nueva solidaridad global. Francisco concibe la ecología como “la base para la justicia y el desarrollo en el mundo”. En ella, todo el mundo está llamado a desempeñar un papel. Por muy pequeño que sea éste, “puede hacer una diferencia”. Esa llamada a la solidaridad general que el Papa hace en la encíclica va en la línea con lo que dijo en Brasil en 2013 cuando visitó una favela de Río de Janeiro. Entonces le dio un tirón de orejas a los gobernantes y a los dueños de los “grandes recursos” para que trabajaran a favor “de la justicia social”.

Pensamientos y frases celebres

El interés del Papa por la ecología no es nuevo. Quedó patente con la elección de frasu nombre papal y referente espiritual: San Francisco de Asís, un ferviente admirador de la naturaleza y los animales, lo que le llevó a ser reconocido, en 1979, como el patrono de los animales y de los ecologistas. En su Cántico de las Criaturas incluso hablaba de «la hermana nuestra madre Tierra, la cual nos sostiene y gobierna».

En su primer Día Mundial del Medio Ambiente, como representante de la Iglesia Católica, dedicó toda su audiencia a la cuestión ecológica, señalando: «Cuando hablamos de medio ambiente, de la creación, mi pensamiento se dirige a las primeras páginas de la Biblia, al libro del Génesis, donde se afirma que Dios puso al hombre y a la mujer en la Tierra para que la cultivaran y la custodiaran […]

«La cuestión ecológica es vital para la sobrevivencia del hombre y tiene una dimensión moral que atañe a todos».

En el inspirador discurso que dio en el marco del Encuentro Mundial de Movimientos Populares decía: «Un sistema económico centrado en el dios dinero necesita también saquear la naturaleza para sostener el ritmo frenético de consumo que le es inherente».

Bergoglio se ha mostrado siempre crítico con el sistema económico y político mundial. En su exhortación apostólica Evangelii Gaudium lo calificaba de «injusto en su raíz» y hacía un llamamiento a decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad. Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa».

Cuando visitó el Parlamento Europeo exhortó a 561 eurodiputados de 28 países a devolver la dignidad a las personas y denunció una prevalencia de las cuestiones económicas y una «opulencia insostenible».

También se ha reconocido -y agradecido- la mediación de Bergoglio para que Estados Unidos y Cuba comiencen a normalizar sus relaciones bilaterales. Por declaraciones y actitudes como estas, se ha dicho en reiteradas ocasiones, que Francisco es un… revolucionario.

Lejos de asustarse por el calificativo, en junio de 2013, en un discurso en la Asamblea Diocesana de Roma, Bergoglio dobló la apuesta: «Un cristiano, si no es revolucionario, en este tiempo, ¡no es cristiano!». No solo su «qué» es revolucionario, no solo sus ideas y discurso… también lo es su «cómo», sus formas. Su estilo de liderazgo humilde se ha visto desde sus primeros días de papado, cuando al ser elegido decidió vestir sin la tradicional muceta de terciopelo rojo, cuando rechazó vivir en el lujoso Palacio Apostólico Vaticano para hacerlo en la modesta residencia de Santa Marta para eclesiásticos y huéspedes y, también, cuando eligió trasladarse por Roma en un Ford Focus.

El Sumo Pontífice habla del individualismo, tecnología, competencia, consumismo, cultura del descarte y las grandes empresas para referirse a las causas de los desastres naturales y del “deterioro del mundo y de la calidad de vida de gran parte de la humanidad”.

La popularidad del Papa Francisco

Encuestas del año pasado del Pew Research Center señalaban que Jorge Mario Bergoglio gozaba de niveles de aceptación históricos en diversas partes del globo. En América Latina, 72% (la proporción se dispara a 98% en su natal Argentina); en Estados Unidos, 78%; y en Europa, 84%. En Francia, el 81% de la población no católica aprueba el desempeño de Francisco al frente de la Iglesia, y números similares se repiten en varios otros países.

El líder espiritual de 1.200 millones de personas no ha roto con las corrientes conservadoras de la Iglesia que limitan, por ejemplo, la participación de la mujer dentro de ella, los métodos anticonceptivos y la aceptación de las uniones homosexuales, pero de alguna manera se ha ganado la imagen de ser una persona más abierta a nuevas ideas de cambio.