Encuestas, guerra sucia y el súper periodista

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Edición “dat0s 226”

La diversidad de los resultados de las encuestas han abierto la brecha. Una experta en marketing político que conversó con dat0s (ver entrevista de tapa en Express Capital en esta misma edición) dice que las encuestas son respetables y que los políticos se deberían fijar y trabajar en base a sus resultados. Hay analistas políticos en cambio que convienen en afirmar que no son representativas y que no son confiables. Entre ambos, significa que los datos que se obtienen de las encuestas están sujetos a una continua crítica que fragmenta en lugar de orientar. Pero incluso así, aunque se desconfíe en ellas, siguen siendo una herramienta útil aunque con menos valor, enfrentadas a audiencias mejor informadas.

Evo Morales, por ejemplo, ha dicho sinceramente que no cree en las encuestas. Abiertamente, no se sabe lo que piensan los demás candidatos ni sobre este ni otros temas álgidos. Sobre lo poco que conocemos hasta ahora de ellos y sus programas de Gobierno; por ejemplo, ninguno ha planteado una propuesta concreta sobre la producción agropecuaria que podría convertir a Bolivia en una potencia a nivel global. Lo dicen estudios serios de varias organizaciones internacionales muy respetadas. Que Bolivia tiene esas capacidades. Pero ninguno de los aspirantes a la presidencia quiere hablar del tema. Los líderes políticos no tienen una propuesta para impulsar el desarrollo agroindustrial y así, dejan al azar una diversidad de temas cruciales del desarrollo. El Cabildo del 1.5 millón celebrado en Santa Cruz sería una hipocresía si no se mide la dimensión de los incendios en la Chiquitanía en la magnitud de los negocios de la agroindustria y el impulso para que Bolivia se convierta en un eje de la producción alimentaria.

No se puede plantear el federalismo defendiendo el Medio Ambiente y empeñarse en seguir siendo el motor del desarrollo. Entonces habría que preguntar: ¿de dónde salen los recursos? Una dualidad que no miden las encuestas, pero sí las audiencias mejor informadas.

 

Encuestas y “guerra sucia”

Hace años, el jefe del MNR Gonzalo Sánchez de Lozada, era todo lo contrario; un fiel discípulo de las encuestas. Y su verbo plasmado en sus resultados. No había movimiento ni declaración que hacía sin su complemento. Sus equipos de campaña crearon el discurso del líder en torno a las encuestas y las muestras de los grupos focales como nos muestra la película Our Brand is Crisis, producida por el actor George Clooney, inspirada en el documental homónimo muestra la estrategia electoral de 2002 en Bolivia. Greenberg Carville Shrum (GCS), la compañía de branding político y campañas, responsable del triunfo de Goni en 2002, no solamente incidía en el resultado de sus encuestas y en los estudios de orientación, sino que, eso le servía, a la vez, para atacar al adversario político.

Así, se diseñó la “guerra sucia” para bajar al favorito en esas elecciones. Por eso, Greenberg Carville Shrum se las jugó al todo en esas eleccions. Consiguió subir a Sánchez de Lozada pero alentó una trepada incontrolable del candidato que venía atrás en las encuestas. En ese proceso el favorecido fue el candidato del MAS, Evo Morales, que acabó segundo. Y tres años después sin tanta ciencia alcanzó un apabullante 54% de los votos que lo consolidó como un fenómeno electoral.

La pregunta que hay que hacerse 13 años después es a quién favorecerá el discurso del cuidado y protección del Medio Ambiente si se entiende que detrás de su impacto esta la configuración y consolidación de un modelo de desarrollo vigorosamente alentado por las élites cruceñas. El discurso sobre la “destrucción del planeta” se ha comenzado a debatir a nivel global siguiendo empeñosamente un discurso elaborado, cuanto menos hipócrita, de la crema y nata mundial alentando la imagen sobrepuesta de una adolescente sueca, con sindrome de Asperger

 

Campaña atípica

En el caso particular boliviano respecto a las elecciones de octubre, si los políticos tendrían que fijarse y trabajar en torno a las encuestas, como plantea la experta colombiana, estarían tan confundidos como lo están los electores. En este proceso electoral se han presentado las más sorprendentes encuestas, lo que hace pensar en que hay mano escondida en varias o en alguna de ellas. La de Jubileo, por ejemplo, ha sido defendida hasta la obstinación por el rector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA); se dice que es la más grande y representativa en torno a 14.000 boletas, que tiene méritos como señala la experta Alicia Peñaranda, pero que demuestra un afán de convencimiento agudo que plantea algunas interrogantes. Waldo Albarracín, ha desafiado a propietarios y a periodistas de los medios de comunicación a que la publiquen.

Y cuando su pedido no dio resultado; acusándolos de vendidos a todos por igual. A los periodistas de la redacción les pidió sublevarse, y a sus propietarios los descalificó por aliados al Gobierno. ¿Es éticamente correcto ese accionar? ¿Cuán políticamente correcto puede ser desde el otro lado, prohibir y ganarse la enemistad de los electores, prohibiendo su difusión?

Esta es una campaña atípica y de victimización. Los coletazos de una “guerra sucia” llegan por factores de índole externa. Cómo alentar la arenga de campaña de Felipe Quispe Huanca, el Mallku de que “a Mesa se lo tumba fácil”.

El papel de los medios

Para estas elecciones también han surgido críticas en torno al papel de los medios lo que a estas alturas viene a ser relativo por la explosión de las redes sociales. Un flaco favor al periodismo independiente y responsable es el caso de algunas presentadoras con la cara de una supuesta autoridad moral para hacer entrevistas incisivas. Es un periodismo que podría haber gustado antes del advenimiento de los medios digitales. La función de un periodista hoy ya no es igual. Hoy gravita más el peso de comprender la realidad; adecuar el lenguaje y conocer los temas con cierta profundidad en cualquier entrevista o debate La televisión ya no es la misma de antes. El periodista de otrora ha sido sustituido por el Súper Periodista del futuro que debe ofrecer educación y conocimiento para permanecer en el rating; elaborar con piense, editar, publicar y comercializar su imagen. El proceso mucho no ha cambiado.