Es imposible comenzar de cero

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Del teatro musical y la televisión a la producción de miniseries. Un triunfador en asenso imparable.

No cree en esa repetida frase “comenzar de cero”. Hay fracasos y decepciones que le llegan a todos pero el conductor de la televisión más requerido de la actualidad considera que eso es imposible y se pregunta “¿cómo podrías comenzar de cero?” Luego redondea otra frase: “cada día aprendes o te envicias”. Con todo el aprendizaje y los vicios que traía llegó a Bolivia con ganas de hacer algo grande.

Leonel Fransezze se toma la tarde con calma. No es lo que habitualmente acostumbra. Se levanta antes que el sol y no para hasta muy avanzada la noche. Llega en un Mercedes Benz GLE 400 impecable y pregunta un par de veces si se pone lentes para las fotos. Todos reprueban la idea. A esta hora en la tarde de invierno el sol posa tímidamente sobre su cabeza mientras la atención de Ivan Rodriguez Petkovic se inclina en su lente buscando el ángulo ideal para el que ha sido considerado por dat0s entre los mejores comunicadores de la actualidad. Lo que él llama “estar dulce”.

Leonel Fransezze el chico que a sus seis años subía una y otra vez en las puestas de teatro del colegio Montessori de donde salió bachiller, estrenará mañana una sonrisa nueva. Pregunta si se puede postergar la sesión de fotos hasta después del dentista. Le decimos que no. Ríe y recuerda. “Mi vocación teatral se la debo en gran manera a la profesora Virtudes Fernández. Ella fue vital en mi formación porque se la tomaba muy en serio lo de las artes escénicas”. Dice que desde chiquito asumió niveles de responsabilidad en la compañía del colegio con sus obras de teatro.

Acaba de voltear taquilla en el musical Los Miserables de Víctor Hugo y busca en septiembre lo propio con Drácula de Cibrian Mahler. Se jacta que es un papel que lo ha interpretado más de 300 veces. “Para mí es muy especial hacer Drácula, es la obra con la que me estrené en la calle Corrientes en el papel de Jonathan Harker y hacerla en Bolivia significa mucho para mí”.

Hace tres años que trabaja en la Red ATB a cargo de un par de programas de noticias por la mañana y aunque el género no lo incomoda; asegura que le sirve para escalar aunque reconoce que es absolutamente natural. El periodismo le permite eso que él denomina “servirse bien”, aunque su mayor atención se concentra ahora en “Macondo”, el nombre que le ha puesto a su productora. Está a cargo de la producción general de la miniserie “La Entrega”. Asegura que la miniserie de 10 capítulos sobre tráfico y trata, pero sin decir explícitamente trata ni tráfico, revolucionará la televisión boliviana.

“Es una obra que genera mucha empatía con el espectador sobre esa realidad crudísima. La estamos haciendo con calidad de exportación”. Está en la fase de negociación con cadenas internacionales para distribuirla afuera. “La idea es exportar material artístico boliviano”. Está obsesionado con el trabajo.

Es tan sincero que a veces resulta incómodo. Cuando le preguntamos si su irrupción está abriendo un camino semidesconocido en la industrialización del espectáculo, hace un comentario que el mismo lo define egoísta. “Me valgo de la televisión para canalizar mi energía en proyectos de otras índoles”. Lo dice en plural. “La televisión es una plataforma única para impulsar otras actividades  por ejemplo el teatro, el teatro musical, el show business; no imposto, trato de ser honesto”.

Lo de musical  viene a cuenta de otra de sus pasiones. Él quería ser un gran cantante aunque en el entorno le decían que lo mejor era que se concrete en la actuación. La primera vez que explotó su voz fue en Red, obra “amateur” en sus tiempos de estudiante. “Me sirvió para abrir los ojos al sueño que era el mundo del teatro musical y la ópera”. Años después tomó la decisión de aplicar en musicales que afianzaron su vocación y su temperamento escénico. Cuenta que hasta llegó a tomar clases de voz con profesores del Teatro Colón de Buenos Aires y se lanzó a la actuación musical en la calle Corrientes, la “meca” de la cultura latinoamericana. Como si todo en la mente fueran recuerdos dice que fue hermoso pero doloroso también.

Pide un vaso de agua pero lo deja intacto sobre la mesa. Trueca un terno azul por un llamativo marrón y pide que se repita la foto ante el mínimo parpadeo. Está atareado pero lo que más parece preocuparlo es la hora del cierre de los bancos. “Estoy con ustedes tranquilo”, dice mirando el reflejo de su imagen en una ventana para arreglarse el nudo de la corbata. “Lo del teatro y los musicales era una vida hermosa, pero bastante ingrata en lo económico; tenía ganas de vivir mejor”.

 

Vivir bien

Dos periodistas bolivianos plasmaron probablemente sin darse cuenta hace por lo menos 20 años un modo de hacer empresa que derivó en dos íconos de la producción local: Deporte Total y PAT. Han sido pocos periodistas que lograron conjugar información y empresa. Sin un personaje detrás del cual esconderse, Leonel llega para cubrir el vacío. “Lo estoy logrando pero hay que buscar una vuelta, requiere un gran sacrificio familiar porque para vivir bien -aclara que no quiere estandarizar el concepto- hay formas: mi mejor amigo vive con lo que él considera vivir bien. A mí me encanta vestir bien, manejar bien, comer bien”. Afirma sus tendencias pero insiste que demanda una enorme cantidad de su tiempo. “Muchos proyectos requieren alma vida y corazón y no siempre los réditos acompañan el esfuerzo”.

Reconoce que sus producciones de teatro han quintuplicado la cantidad de gente que las va a ver, pero asegura que no podría vivir solo de eso. Se ha dado espacios para diversificar sus redes de negocios. “Mis principales ingresos del día a día son los eventos que realizo como maestro de ceremonias. Gracias a Dios hay muchas empresa que confían en mi”. Con los ingresos que recibe soltándose en público invierte en el rubro inmobiliario. “En El Alto la más grande ciudad de Bolivia”, dice.

En la reciente temporada de la opera Los Miserables de Víctor Hugo, interpretó a Javert el drástico policía de buen corazón que explota el escenario con su temible voz de barítono. Además su inquietud le permite generarse en otros espacios. Ha organizado la feria Expo Emprendedores que ayuda mucho a las personas que quieren proyectarse en economía y finanzas, crecimiento económico. “Son herramientas que ayudan ahora que todos hablan de emprendimientos”.

 

Gestor Cultural

¿Cómo te defines?, le preguntamos. “Antes de venir a esta entrevista mientras comía pensaba quién soy, si soy actor, presentador, empresario, comunicador; me gustaría ser recordado como un gestor cultural. Reconoce que está atravesando un gran momento de su carrera. Pero al lado de las satisfacciones hay momentos en los que a veces se vuela bajo. Un momento amargo cuando fue despedido de la compañía Cibrian Malher. No quiere contar detalles, pero más tarde en off esboza apenas un recuerdo amargo. “Fue por pedir mejoras en nuestras condiciones de trabajo”. A partir de entonces su vida toma un nuevo rumbo. Decidió volver a Bolivia. “Del peor momento salió lo más alucinante”.  Leonel nació en la Argentina de padres argentinos pero a los seis años llegó a La Paz acompañando a su padre, hasta salir bachiller del colegio Montesori. “Me siento boliviano”, dice

De aquí a unos cinco años quiere estar más cerca de la familia, darles mayor atención a sus dos hijas. Sentado al frente de un enorme ventanal mira extraviado las montañas; por primera vez durante toda la tarde Leonel sonríe un poco, y finalmente da con su definición de oportunidad: “Las flores más bellas crecen en los climas más hostiles, como las orquídeas que crecen en los pantanos. Del peor momento de mierda sale lo más alucinante”.