La justicia del país dio curso a la extradición del último comandante antidroga en el gobierno de Evo Morales.
Evo siempre estuvo desbordado cuando se le pasaba por la cabeza el nombre de su último comandante antinarcóticos (Maximiliano Dávila), pero llegó al límite cuando se enteró de que había sido detenido tratando de escapar del país en la frontera con la Argentina. Desde entonces el ex jefe del MAS se envalentonó y del miedo pasó al desafió a que prueben si tenía que ver algo con el tráfico de sustancias controladas, (cocaína) la acusación por la que ha sido detenido el ex jefe antidrogas boliviano (según la justicia de los Estados Unidos por conspirar para fabricar y traficar droga).
En los ambientes jurídico políticos se comentó que la detención de Maximiliano Dávila sería el comienzo del fin de Evo. “El policía conoce muchos secretos de Evo”, fue la composición armoniosa que se buscaba en la asociación entre ambos.
Ayer, finalmente, después de cuatro años preso, la justicia boliviana autorizó la extradición de Dávila a los Estados Unidos. Este podría ser un nuevo dolor de cabeza para el alicaído Morales. “Pero él sabe cómo defenderse”, dicen sus allegados que lo conocen y siguen de cerca su involución popular.
Dávila ocupó el cargo de comandante de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN) entre 2018 y 2019 y está acusado de “conspiración para fabricar e introducir cocaína en Estados Unidos” por un Tribunal de Nueva York. El caso es delicado si se considera que se trata de la primera extradición de un policía boliviano en las dos décadas de gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS). Una de las primeras medidas de Morales cuando asumió la presidencia en 2006 fue expulsar a la DEA estadounidense y a la NAS (la Agencia Nacional de Seguridad) que dirigía desde El Chapare la política antidrogas boliviana antes de que el líder cocalero alcanzara la presidencia.
Se dice que este es el puñal encriptado de regalo del gobierno de Luis Arce contra Evo Morales. Una descomposición que fue ganando los principales titulares de la prensa en los últimos meses y que concluye con esta bala de plata que podría segar sus aspiraciones presidencialistas. Ya lo había dicho cuando supo de la tramitación que seguía la extradición de Dávila a los Estados Unidos en la justicia. “Es una orden que viene de arriba”.