Exjefe militar dice que hay algo más en el informe de Cardona
El acusado de entregar armas al Gobierno para sembrar pruebas en el caso terrorismo sostiene que “es descabellada” la aseveración del coronel en su contra
El excomandante de la Octava División del Ejército, José Antonio Ágreda, quien fue acusado por Germán Cardona de entregar armas de guerra para sembrarlas como pruebas en el caso terrorismo, aseguró ayer que este coronel miente para justificar “sus actos de indisciplina” y que hay un motivo oculto.
“Primero, tiene retiro obligatorio y entonces no tiene nada que perder. No era un oficial que estaba por ser comandante o general, no, él no tenía ningún futuro. Y miente primero para justificar sus actos de indisciplina y aquí hay algo más. El tiempo me dará la razón”, sostuvo Ágreda.
El 19 de abril, Cardona se fue a España a pedir refugio. Dijo que el Gobierno lo perseguía por lo que sabía del caso terrorismo. Desde allá contó que el 7 de marzo de 2009 se reunió con Ágreda, quien le pidió un favor: “Quintana es mi mejor amigo, me prometió ascender primero de tanda a general si les entrego estas armas para la defensa de Santa Cruz. Quiero que me ayudes a que no haya problemas contra mí”, dijo Cardona.
El coronel se negó. A los dos días le dijeron que el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, la asambleísta Gabriela Montaño y el hermano del Vicepresidente, Raúl García Linera, sacaban armamento de la Octava División del Ejército en una ambulancia. Luego vio que esas armas se presentaban como pruebas contra el grupo “separatista” de Eduardo Rózsa.
Al respecto, Ágreda aseguró que todo es mentira, que jamás hubo tal reunión con Quintana y que en su gestión a cargo de la Octava División nunca se sacó armas para sembrarlas en ningún caso. Su inocencia -dijo- la respaldan los inventarios que están en el cuartel y se puede interrogar a la gente que trabajó entonces con él. “Hay como 70 personas que trabajaban, imagínese convencer uno por uno (…). Es descabellado lo que él (Cardona) dice”.
El general en reserva añadió también que Cardona no firmaba las actas de ingreso y salida de las armas (como había manifestado el militar desde España), eso le correspondía a otras personas, porque el coronel era un miembro más del equipo jurídico de aquella división en Santa Cruz y no el jefe de la unidad jurídica.
Ágreda reconoció haber conocido a Quintana cuando ambos eran cadetes en el Colegio Militar del Ejército. El primero egresó en 1979 y el segundo en 1980. Sin embargo, dijo que no llegó a entablar una profunda amistad con la autoridad. “Lo conozco a Juan Ramón, es mi amigo, pero yo no voy a su casa todos los días, todos los fines de semana”.
Su ascenso a general, que efectivamente se dio un año después de los hechos ocurridos en marzo de 2009, según el excomandante, fue por una intachable carrera militar y no por hacer favores a nadie. Como respaldo exhibió su extenso currículo, la nota más alta en la evaluación para el ascenso y libretas que lo colocan en los primeros puestos durante sus años de cadete.
Su declaración sobre Cardona acerca de que “no tenía futuro” y que intentaba “justificar sus actos de indisciplina”, la sustentó en los procesos disciplinarios instaurados contra el coronel y una sanción de retiro obligatorio que aún estaba pendiente.
El general aclaró, además, que el coronel no fue su “abogado personal” en un proceso instaurado contra el diario El Deber por una caricatura que había “mellado” su imagen. Simplemente -dijo- fue asignado al caso como representante de la Octava División.
Por último, cuestionó: “¿Por qué antes de irse no dejó pruebas de lo que dice?, inventarios, números de serie de las armas…”.
Militar tramita su refugio en España
En contacto telefónico con el diario El Deber, Germán Cardona informó que se encuentra en pleno trámite de su refugio en España, país al que huyó al denunciar que sufre una persecución del Gobierno.
Contó que alrededor de las 14:00 del miércoles hizo su primera presentación en la Oficina de Apoyo al Refugiado, dependiente del Ministerio de Gobierno del país europeo.
“Gracias a Dios, me han recibido. Creo que este hecho trascendió las fronteras. Dejé en la secretaría de estas oficinas todos mis documentos y las pruebas de la persecución que sufrí en Bolivia”, manifestó.
Mientras tanto, en Santa Cruz, su familia dice que está unida. Tras el viaje de Cardona, su esposa y sus cinco hijos aseguran que viven una situación difícil, pero que reciben muchas muestras de apoyo de sus amistades y vecinos.
El coronel salió del país el 19 de abril desde el aeropuerto de Viru Viru de la ciudad de Santa Cruz. Se veía totalmente afectado.