Giovana Eid: Gerente Embotelladora La Cascada
U n aire de seguridad recorre hasta hoy una de las principales embotelladoras de Bolivia. La Cascada ha tenido ciclos de evolución permanentes. Cuando uno se pone a revisar atrás en las botellas de las gaseosas que de alguna manera decoran la mesa de los bolivianos, asocia la palabra a los variados sabores que desde al menos los últimos 50 años quitan la sed y refrescan el paladar de la gente.
Ese insospechado equilibrio de agua y esencia se han convertido en sinónimo de integración. La Cascada ha estado presente en más de uno en cientos de acontecimientos de la historia de Bolivia. Quien que no ha viajado por el país no ha levantado su vista y se ha encontrado con un letrero de Pomelo Neus, Koca Quina y se ha refrescado en la mañana o por la tarde después de un partido de fútbol con uno de esos refrescos que son a la vez tradición y calidad.
La embotelladora ha avanzado y ha crecido. Junto al crecimiento de los tiempos modernos que nos depara entrar a la segunda década del siglo XXI que se han convertido en rapidez, censo, coordinación e internacionalización, la calidad con nombres protegidos con sello de oro inconfundible no puede desdeñar al encontrase con las aguas de mesa de La Cascada y para seguir en el trazo evolutivo que mejor sino integrar a la mujer a sus colores suaves con mensajes que conjugan parte de esa historia que se ha escrito con la letras que se reflejan en lo alto desde una flota, un camión que recorre nuestra geografía sin perder de vista una botella de La Cascada.
Es insospechado en el tiempo darse cuenta la contribución que una empresa hace y representa para la sociedad, ¿qué pensaron cuando se iniciaban sus actividades con el momento que les toca vivir en estos nuevos tiempos?
Cuando La Cascada S.A. inicio actividades en 1965 se tenía la esperanza de ser una empresa formada por bolivianos y para bolivianos; en la actualidad mantenemos nuestra política de ser una empresa 100% boliviana que emplea a bolivianos y que tiene como prioridad llegar a todo el territorio del país.
¿Qué desafíos aún faltan por cumplir y conquistar en su crecimiento?
Creemos que los desafíos son constantes ya que los hábitos de consumo van evolucionando en el tiempo, La Cascada esta rumbo a convertirse en una empresa de economía circular, lo que significa nuevos retos que estamos dispuestos a alcanzar. (n de r: economía circular es una estrategia que tiende a reducir la producción de desechos, cerrando los flujos económicos y ecológicos de los recursos)
La contribución de una empresa al lugar donde florece es basto, ¿en todo este tiempo cuál cree que ha sido el aporte más significativo de su empresa al desarrollo del país?
La Cascada eligió como slogan “Orgullosamente Boliviana” porque esta frase identifica lo que día a día sentimos y queremos transmitir a la población, que se sientan orgullosos de tener una empresa 100% boliviana con la más alta calidad y tecnología; una empresa que genera empleos directos e indirectos a través de toda su cadena de valor; se genera innovación tecnológica, se realizan inversiones que se aprovechan totalmente en nuestro país, se generan actividades de responsabilidad social para generar crecimiento y luchar contra la pobreza, se apoya a sectores vulnerables en situaciones críticas y sobre todo se apuesta incondicionalmente al país permaneciendo como una empresa nacional competitiva a nivel internacional.
¿Cómo se identifican con los nuevos tiempos que exige mucha tecnificación y adecuarse a un mundo cambiante en el que por ejemplo se agotan los recursos naturales, el agua en este caso que es la materia prima en la elaboración de sus productos?
La Cascada esta rumbo a convertirse en una empresa de economía circular, somos una de las empresas nacionales pioneras en esta transformación porque estamos conscientes de que los recursos naturales son muy preciados, en el caso específico del agua, sin agua no hay vida y es primordial usar toda la tecnología posible para optimizar el buen uso de este recurso y dotarlo a la población de una manera saludable, garantizada y sobre todo responsable.
Valió la pena, ¿se ven los resultados?
Por supuesto que vale el esfuerzo, no la pena, porque trabajar para el crecimiento del país solo nos trajo satisfacciones, por supuesto que hay retos y adversidades que se deben superar, pero con esfuerzo y trabajo todo es posible.
¿Qué lección recogida a lo largo de todo este tiempo quisieran ustedes que sirva como un estímulo a todo aquel que quiere perseguir sueños para que se conviertan en realidad?
Las limitaciones se las pone cada uno, perseverando y haciendo las cosas de una manera correcta se pueden lograr muchos objetivos; no hay que dejarse intimidar ni sentirse pequeños por ser 100% bolivianos, más al contrario, esto debe ser motivo de orgullo y fuerza porque es bien sabido que los bolivianos somos gente muy trabajadora y perseverante que lucha hasta conseguir lo que quiere.
Uno es consciente de lo que ha logrado en el día a día, trabajar y buscar el bienestar de la gente y sus trabajadores es uno de los logros más significativos que se debe tener para seguir andando, ¿se hace justicia social cuando se persigue esta meta?
La Cascada desde sus inicios tuvo una política de ser, junto a todos sus trabajadores, una gran familia; tenemos trabajadores que siguen con nosotros más de 30 años y algunas veces las nuevas generaciones también están presentes; tenemos la fortuna de contar con cabezas que asumen su rol gerencial como “padres”, teniendo la templanza de comprender a los “hijos”, orientarlos y ayudarlos a encontrar su camino. Para La Cascada, su mayor fuerza se encuentra en su gente, su gran Familia Cascada.