Hay seguridad, pero no soberanía alimentaria

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La falta de incentivo al sector agropecuario, las condiciones climáticas adversas, la falta de logística y la ausencia de normas son sólo algunas de las causas para que el sector productivo en Bolivia no abastezca la totalidad de la demanda en el país. Por ello, el Gobierno se ve obligado a acudir -cada vez con un mayor presupuesto- a la importación de alimentos con el fin de garantizar su abastecimiento dejando al margen la soberanía alimentaria.

Según la Fundación Milenio, con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la importación de alimentos a Bolivia, entre 2006 y 2013, se triplicó en valor, pasando de 217,9 millones de dólares a 655,3 millones.

En los últimos tres años, del total importado de la clasificación, aproximadamente el 39,9 por ciento está concentrado en no más de una decena de productos. Los más importantes son el trigo, la harina de trigo, malta y otros alimentos, como arroz, maíz y azúcar.

El ministro de Economía, Luis Arce, señaló en enero de este año que el Gobierno destinará entre 400 y 500 millones de dólares a la importación de alimentos este año.

Bolivia compró del exterior entre enero y abril de la presente gestión, 118 mil toneladas más de alimentos y bebidas (61 por ciento) en términos de cantidad, y 54.706.125 de dólares más en términos de valor (27 por ciento) en comparación al mismo período de la gestión 2013, señala un informe del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

El desincentivo a los productores al cortarles la exportación de los alimentos como medida para garantizar la seguridad alimentaria en Bolivia es otro factor para que no haya una mayor cantidad de siembra, afirma el gerente General del IBCE, Gary Rodríguez.

“Entre soberanía y seguridad alimentaria hay un abismo de diferencia porque Bolivia tiene por ejemplo harina de trigo, que es un producto básico; sin embargo esa seguridad alimentaria la estamos haciendo a costa de gastar muchos dólares, más de 100 millones de dólares por año  importando la harina de trigo (…) Estamos garantizando que el producto esté en el mercado a un precio bajo, pero además estamos subsidiando”.

De acuerdo con el informe de evaluación de desempeño del sector agropecuario de Santa Cruz en 2013, que presentó la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), la gestión pasada no fue un año “muy favorable para la producción agropecuaria. Pocos rubros, entre los cuales figuran algunos pecuarios, han tenido un crecimiento sostenido, mientras que el resto ha experimentado disminución en los volúmenes de producción”.

Producción

Según el presidente de la CAO, Julio Roda, a pesar de que las proyecciones para esta gestión fueron de superar las pasadas, el clima no ayudó en la producción de varios productos, por lo tanto habrá un déficit en el volumen, sobre todo en dos: el arroz y el trigo.

“Este año ha sido un año atípico. Mucha lluvia, normalmente llueve a 480 milímetros hasta el mes de junio, este  año ha llovido más de 1.080 milímetros, es decir más del doble,  y eso nos ha dañado todos los cultivos que teníamos para cosechar. El rendimiento va a ser más bajo que los años anteriores en los cultivos de grano”, explica.

“Una vez más queda demostrado que apostar sólo a la capacidad del mercado interno no nos deja crecer y siempre estaremos con un abastecimiento inestable por la caída de precios cuando saturamos nuestro mercado”, dice el informe de la CAO.

El documento de la Cámara Agropecuaria indica también que 2013, en términos generales, fue un año de “estancamiento” respecto a 2012 para el sector agrícola, considerando la reducción de la superficie cultivada de 0,13 por ciento y de los volúmenes de producción de 8,7 por ciento, donde la baja en los rendimientos tanto en la campaña de verano 2012-2013, como la de invierno 2013, afectaron fuertemente estos resultados.

APUNTES

Según la Fundación Milenio, con datos de la Aduana Nacional, los alimentos de contrabando son:

Por Brasil: café, chocolate, arroz, maíz amarillo, mortadelas, fiambres, aceites comestibles y jugos de frutas.

Por Argentina: harina, arroz, azúcar, jugos de frutas y manzanas.

Por Chile: manzanas, uvas, duraznos, ciruelas, jugos de frutas envasados, leche condensada y en polvo, yogur y chocolate.

Por Perú: papa, sardina, limón, cebolla, durazno, chirimoya y kiwi.

 

PRODUCTORES DEL ORIENTE

“Necesitamos seguridad jurídica”

Según el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Roda, para garantizar la producción nacional y sobre todo, para impulsar la exportación de alimentos que tengan un excedente, se necesita, además de otros factores, una seguridad jurídica para los productores.

“Nos ve la gente como un país inseguro para hacer negocios. Entonces, qué compradores van a cerrar un negocio cuando no hay seguridad de que usted me va a cumplir. Tenemos esas amenazas permanentes que nos pueden perjudicar la exportación”, dice.

Roda critica la medida del Gobierno de cortar temporalmente la exportación de carne, que según el sector es mínima, con la excusa de garantizar el abastecimiento en los mercados bolivianos.

“No es correcto. Mire Paraguay, que tiene peores condiciones climáticas que nosotros y producen alimentos para 60 millones de personas. Entonces eso queremos. Tenemos las condiciones, tenemos la capacidad, tenemos el deseo, pero no tenemos las normas claras para poder crecer”, dice.

Según Roda, se debe mirar de forma diferente al sector agropecuario porque el 36 por ciento de la producción económicamente activa depende de la agricultura. “Es el  tercer ingreso de divisas al país. Si no le damos importancia a esto estamos restando un montón de trabajo a miles de personas”.

Según la CAO, las exportaciones acumuladas de origen agropecuario a octubre del 2013, alcanzaron a 1.009,43 millones de dólares, es decir, 10,10 por ciento mayor a las exportaciones realizadas en el mismo periodo del 2012, donde las exportaciones fueron de 916,86 millones de dólares.

 

PIDEN MÁS APOYO DEL GOBIERNO

En Bolivia la producción de arroz ya “no es rentable”

Frente al bajo rendimiento de los sembradíos arroceros y a los miles de recursos económicos que destina el Gobierno para importar el alimento de otros países, los productores afirman que “ya no es rentable” continuar en este trabajo por lo que prefieren sembrar otros productos o simplemente vender sus tierras para pagar sus deudas.

La presidenta de la Federación Nacional de Cooperativas Arroceras (Fenca), Salomé Tupa, dice que en el periodo 2013-2014 se sembraron 16 mil hectáreas menos que la anterior campaña debido a problemas climáticos y económicos.

“Antes, se sembraba por encima de las 145 mil hectáreas. En la campaña agrícola 2012-2013, sembramos 116 mil y en la última 2013-2014, según el monitoreo que hemos hecho, con cargo a ratificar la próxima semana, apenas vamos a llegar a las 100 mil hectáreas”, sostuvo.

Según Tupa, los mercados están abarrotados con arroz extranjero, por lo que sembrar este producto ya no representa una inversión rentable, sino un gasto porque no se cubren los costos de operación, por lo que muchos productores quedan “descapitalizados”. Por lo tanto, deciden retirarse.

“Lo preocupante es que se está sembrando menos por problemas climáticos y por problemas económicos de los arroceros. Van cambiando de producción o de área”, agrega.

 

APUNTES

Fenca cuenta con 1.200 afiliados activos, que cultivan arroz entre 30 y 50 hectáreas, en los municipios de Santa Rosa, San Pedro, San Juan, Guarayos y San Carlos.

El sector arrocero en el 2013 registró una baja en los volúmenes de producción de arroz de 52 por ciento con relación a 2012, por la reducción tanto en la superficie cultivada de 14 por ciento, como en los rendimientos de 44 por ciento, generando desabastecimiento nacional.

 

ENTREVISTA: Análisis

” Los productores están en sobrevivencia”

Según el analista económico Julio Alvarado, la falta de políticas que apoyen al sector productivo y agropecuario de Bolivia provocará en un futuro que el Estado tenga que invertir aún más en importar alimentos debido a que la producción nacional cubrirá una mínima parte  de la demanda boliviana.

“No existe seguridad alimentaria y el dato más claro es la importación de alimentos. El 2005 Bolivia importaba 215 millones de dólares en  alimentos, el año pasado llegó a los 560 millones. Esto significa que en Bolivia cada día estamos importando más alimentos y yo les estoy hablando de cifras de estadísticas oficiales, alimentos que han ingresado  por la Aduna Nacional”, explica el analista.

Alvarado agrega que si a esta cifra se suman los productos alimenticios que ingresan al país vía contrabando, “sin temor a equivocarme, yo puedo afirmar que Bolivia el año pasado ha superado los mil millones de dólares en alimentos”.

Aunque públicamente se conoce que el Gobierno prioriza la seguridad alimentaria, Alvarado cree que la única política enmarcada en este ámbito es la de importar alimentos y no de brindar un apoyo e incentivar a los productores.

“Hay algún problema con algún alimento y la solución más fácil del niño rico, es decir ‘compraremos’. Hay escasez de azúcar, ‘compraremos’; hay escasez de harina, ‘compraremos’, pero ésa no es la solución. La solución es apoyar a nuestros productores”, indica.

Los programas vigentes destinados a apoyar al sector agrícola del país como Mi Agua y el Seguro Agrícola, no estarían dando buenos resultados porque no cubren las verdaderas necesidades del sector. “Los productores están en sobrevivencia. El único (sector) eficiente, relativamente, es el de las aves, en el resto, la gran mayoría de productores de alimentos son sobrevivientes y así nosotros no podemos avanzar”, agrega.

Alvarado añade que la mayor parte de los productos que se ofertan en los mercados bolivianos son de procedencia peruana, chilena y argentina, incluso el pan de casa está elaborado en 60 por ciento con harina de trigo importada.

“Tenemos grandes potencialidades que deberíamos de aprovechar (…) Hay un proyecto para construir carpas solares en el altiplano para producir legumbres, con ese proyecto se podrían consumir legumbres como para cubrir la demanda nacional”, explica.