La concentración de la población en regiones metropolitanas de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz trae consigo un panorama nuevo de las necesidades y demandas de la ciudadanía, una de ellas es la seguridad ciudadana que influye en la calidad de vida de las personas.
De acuerdo al séptimo informe Nacional sobre Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas (PNUD) denominado “El nuevo rostro de Bolivia, transformación social y metropolización”, de cada 10 personas siete consideran que la seguridad ciudadana tiene un impacto significativo en su calidad de vida, mientras que el 2 por ciento indica que no le afecta en nada.
“La inexistencia de un proceso de planificación de entornos urbanos seguros, provisión de servicios básicos y procesos de integración ciudadana han generado condiciones para el incremento y complejización del fenómeno de la inseguridad ciudadana”, indica el informe.
Entre los factores que influyen en la inseguridad ciudadana, según el documento del PNUD, están las nuevas estructuras familiares, una de ellas son los “hogares monoparentales”, en los que una sola persona adulta, en muchos casos mujer, se hace cargo de la familia con la ayuda de los hijos quienes también se ven obligados a trabajar.
Aunque la presencia de la mujer en distintos ámbitos fuera del hogar alcanza mayores porcentajes, todavía persisten prácticas sociales e imaginarios que asumen que el hogar es su lugar propio y que su función principal es el cuidado de la familia. “En muchos casos, el incumplimiento de este rol que asigna la sociedad a las mujeres puede generar violencia hacia ellas” y en varios casos en presencia de los niños con la posibilidad de que en el futuro incurran en comportamientos delictivos.
Un segundo factor, es la presencia de “facilitadores de delito y la violencia”, es decir, que el consumo de alcohol, el tráfico de drogas y el acceso a armas de fuego son impulsores de la inseguridad. “El fácil acceso y empleo de armas de fuego constituye una importante amenaza para la seguridad ciudadana, en tanto existe el potencial de que los conflictos (…) deriven en situaciones letales”.
Contextos urbanos inseguros, que tienen relación con la baja de crecimiento de las ciudades ha significado que muchos espacios urbanos se degraden, lo que facilita las oportunidades de delinquir o influye en la percepción de la inseguridad ciudadana.
Otro factor, según el informe del PNUD, es el debilitamiento de los lazos sociales y los valores compartidos de una comunidad.
“Mientras menos unida permanece una comunidad, más probable es que puedan generarse comportamientos violentos en su interior”. Por último, se observa que el rápido crecimiento urbano tiende a ser asociado con niveles bajos de confianza en la Policía y sistema judicial. A esto se suma, la carencia de infraestructura y bajo acceso a los servicios que estas dos instancias ofrecen a la población.
Entonces, concluye el documento, la concentración de altos porcentajes de delitos en las regiones metropolitanas de Bolivia y el aumento de la percepción de inseguridad de los ciudadanos en los últimos años plantean el desafío de enfocar de modo distinto la seguridad ciudadana”.
Pone énfasis en que la “cifra oculta del delito” en Bolivia es del 74 por ciento (es decir sólo tres de 10 personas denuncian el delito del cual han sido víctimas).
Agrega que “los hallazgos de este informe evidencia que por un lado, con relación a la realidad objetiva, la mayoría de los homicidios y robos agravados ocurre en las tres regiones metropolitanas del país, mientras que el mayor número de violaciones se produce fuera de las regiones”. Por lo tanto, se sugiere una propuesta integral que ataque directamente a la inseguridad ciudadana que tiene relación con distintos ámbitos y no sólo al normativo.