La salud pública y privada en tiempos de Coronavirus

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Foto: Los Tiempos

Antes del deceso de Richard Sandoval, por el nuevo coronavirus, familiares de personas que tienen problemas graves de salud, habían expresado su malestar por la forma como los médicos estaban enfrentando la emergencia sanitaria. “Directamente no atienden sus teléfonos móviles”, denunció a dat0s el hermano de una paciente con tratamiento de cáncer que tuvo que ser trasladada de emergencia a una clínica privada en La Paz, donde permaneció tres días sin asistencia del especialista.

A pesar de que Bolivia, La Paz y el mundo están sumergidos en la crisis sanitaria por el virus del siglo, los médicos en esta ciudad habían decidido apagar su contacto con la enfermedad. El hecho, considerado un delito por algunos profesionales de derecho, fue más tarde corroborado por dat0s de una lista de todas las especialidades. La denuncia de que “los médicos directamente no contestan sus teléfonos móviles”, era cierta.

La muerte del gerente general de ASX Bolivia desnudó las deficiencias de atención en hospitales públicos que derivó en una cadena de acusaciones y contraacusaciones que lamentablemente involucra hospitales supuestamente habilitados para atender casos del nuevo coronavirus y clínicas privadas que se negaron sistemáticamente a brindar atención al paciente en sus unidades de terapia intensiva, como denunció la familia Sandoval.

Días después de la tragedia que pudo evitarse -es el drama que a diario sufren miles de personas que acuden a centros de salud indistintamente si estos son públicos o privados- el Gobierno del Estado Plurinacional destinó medidas de emergencia económica y decretos para diferir los préstamos en el sistema financiero, pero no dijo nada sobre las debilidades en el servicio de salud, desnudando el argumento de que primero es la vida y después la economía. Por el momento se sabe que el caso es investigado por la Fiscalía, con el eterno argumento “caía quien caiga” para aplicar sanciones a los culpables.