Los zafreros de Bolivia rozan la esclavitud

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Foto: EFE

Los zafreros del Amazonas boliviano rozan la esclavitud en pleno siglo XXI debido a las pésimas condiciones de trabajo y a los ínfimos salarios que perciben de algunos empresarios, que se aprovechan de su necesidad para pagarles un precio hasta tres veces menor que a los campesinos.

La zafra consiste en recolectar los cocos que caen del árbol de la castaña en la región amazónica para abrirlos y recoger todas las castañas o almendras del interior.

El presidente de la Federación Sindical Única de Trabajadores Gomeros y Castañeros de Bolivia, Edwin Endara, explicó a Efe que “el zafrero está esperando quien le habilite”.

El “habilito” es una especie de préstamo que algunos barraqueros ofrecen a los zafreros como adelanto de su trabajo para que estos puedan mantener a la familia, lo que les obliga a endeudarse cada año. “El zafrero tiene que estar esperando a que el señor barraquero se despierte de su siesta y le diga, toma hijo, 1.000 (bolivianos)”, dijo.

Algunos empresarios como Hugo Aramallo, presidente de la empresa Santa Isabel, aseguran que “quedan muy pocos zafreros”, lo que implica que la mayoría del trabajo lo realizan indígenas o campesinos.

Sin embargo, la federación que Endara dirige está compuesta por 42 sindicatos, con un total de 4.280 personas, aunque el dirigente reconoce que “los zafreros son muchos más, más de 15.000 en Bolivia”.

 

LOS BARRAQUEROS SE APROVECHAN

Los trabajadores de la castaña denuncian que durante los tres meses que dura la zafra los barraqueros aprovechan la situación para cobrarles “hasta tres veces más por productos básicos”, ante la imposibilidad de transportarlos ellos mismos. “Acá un frasco de aceite que nosotros compramos a 9 bolivianos, allá lo compramos a 20 o 25 bolivianos. Un kilo de azúcar que aquí lo compramos a 5, allí a 15 bolivianos”, denunció el secretario general del sindicato de zafreros, Rodrigo Camasuri.

 

DENUNCIAN QUE LOS CAMPESINOS GANAN MÁS

Para Rodri Camasuri, secretario general del sindicato de zafreros, la diferencia entre campesinos y zafreros es clara durante el tiempo que dura la cosecha.

“El indígena está cerca y las vías de acceso son mejores que las que tenemos nosotros. Tienen la posibilidad de entregar en boca de fábrica, que tiene otro precio”, afirmó.

Camasuri destacó que “el empresario ha llegado a pagar 350 bolivianos la caja de almendra, y a los zafreros se les paga a 95”.

Esos 350 bolivianos representan unos 50 dólares, mientras que 95 equivalen a 14.

También, respecto a la diferencia de precio que zafreros y campesinos perciben, Aramallo señaló que “lo justo es bien relativo”, ya que “no es la misma situación”.

“No podemos decir que el dueño de una parcela que saca 500 cajas, vende a mejor precio que un zafrero que ha sacado las mismas. Las personas que los llevan tienen que hacer inversiones, la situación es diferente”, defendió el empresario.

 

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