Millennials

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La generación Y. Quiénes la conforman. Cuántos son. Qué piensan. Por qué son la nueva tendencia.

Cómo trabajan, piensan, y qué persigue la generación Millennial. Alejandro (33), Rodrigo (32) y Clara (27) de la agencia Four Group responden. Piensan que hay que estar preparados para enfrentar crisis. Se declaran seguros “queremos ser los mejores”.

 

Son amables, educados y poco convencionales. Son las tres de la tarde y medía pero parecería que acaban de salir de la ducha. Son una generación que vive a un ritmo de trabajo intenso, no forzado y  cargado de buena energía. Creen que los tiempos de la bonanza han pasado y que es urgente desarrollar estrategias para enfrentar crisis. Están preparados para el desafío. Lo dicen, lo sienten y lo reafirman. Han desarrollado una destreza clarividente que los conecta a la realidad virtual y al mundo de la imaginación publicitaria; las pautas, los escritorios repletos de papeles, los cafés, las pepsis que llegan y las horas de trabajo en equipo, poco infractor; sin horarios rígidos que los obligue a estar sujetos a marcados de tarjetas. Nada los desliga por nada del día a día. Son, disfuncionales con los fogosos ´80 de la paz y el amor. La generación Y es una generación prevenida.

Estos tres profesionales de la publicidad que provienen de diferentes carreras, el único que es publicista es Alejandro, reconocen que la clave del éxito para  hacer empresa es no juntarse con iguales que tú, por eso la parceria con Rodrigo resulto ideal; él es economista y complementa un área muy importante del lugar en el que trabajan. Y hace un mes se unió al equipo Clara, la mujer del grupo, una profesional en Relaciones Internacionales que llegó a la publicidad por “accidente”, como dice ella. Alejandro y Rodrigo comenzaron de la nada y hoy se han convertido en una de las agencias más solicitadas con conexiones por el mundo entero. Aspiran a convertirse en los mejores; han superado miedos y se sienten preparados para grandes desafíos. Son los ejecutivos y socios de Four Group, una agencia de publicidad integrada en “la atención al cliente”, sintetiza Alejandro que viene de haber trabajado en una multinacional de publicidad. Están en la franja de los 30.

Con lo que han conseguido en estos cuatro años podrían pasarse el tiempo viajando, comprando ropa y gastando, pero prefieren tomarse las cosas con calma, un respiro y seguir generando productos para las más importantes empresas. No derrochan, son precavidos. Se cuidan, aunque no es una regla tardan para decidirse en ser papás. Los viernes por la tarde, en el jardín de la casa donde funcionan sus oficinas, meten las manos al carbón para comerse un asado. Nada de excesos. Y disfrutan de las dos mascotas que viven en el jardín de la casa donde funcionan sus oficinas.

Son modernos y eficientes. Hablan con conocimiento; pertenecen a los Millennials, la generación Y -los nacidos después de 1980 y antes del 2000-. Se calcula que son el 26% de la población mundial. Y que en ocho años serán el 75%, lo que les confiere enorme capacidad de influencia. Buscan resultados. No están en una zona de confort. No calientan el asiento aunque calentarlo ha podido haber servido para dejar de hacerlo. No se han asignado lugares fijos en la compañía. No hay jefes que ejercen supremacías; el compañerismo en el trabajo es como un lema que vuela en el ambiente sin que nadie lo diga. Están contra cualquier tipo de autoritarismo. Se consideran personas naturales y quieren ser verdaderamente eficientes y de calidad en lo que les gusta hacer. “Contrato a mi equipo sin fijarme en el currículum, lo que nosotros medimos es el desempeño”, afirma Rodrigo.

“Nos va bastante bien pero eso no es algo que me haga dormir hasta mediodía. Yo vengo aquí y soy el primero, como dice el dicho ´jefe es el que llega temprano cuando todos llegan tarde y llega tarde cuando todos llegan temprano” Alejandro Berrendero (33). Director General Estratégico & Socio

Alejandro Berrendero, Clara Molina, “Clarita”, como la llaman  Alejandro y Rodrigo Campero son el equipo ejecutivo de Four Group. La agencia de publicidad ha crecido exponencialmente en los últimos años. Creen en la democracia aunque Alejandro, que ha nacido en Venezuela, duda un rato, cuestiona pero finalmente acepta a rechina dientes. Rodrigo es economista. Se inclina por el libre mercado pero como buen economista hace un pasaje corto por Marx, luego reconoce que se siente cómodo en la era de la globalización. Queda una huella casi imperceptible de socialismo cuando hablas de cerca con ellos. Debe ser el lado humano de su formación pofesional; la ley de las compensaciones sin las que la vida de un publicista giraría en torno al infarto. “Nosotros respondemos a la guía de tendencia liberal de la multinacional Arthur Newton que está en Buenos Aires que tiene oficinas en Montevideo, Sao Paolo, Bogotá, Miami y a través nuestro en La Paz y Santa Cruz”, explica Alejandro.

Clara (27) nació en Argentina “lo reconocés por mi acento”, dice contundente enrollada de piernas en la silla que ocupa. Se considera competitiva, ansiosa y exigente. “Es una característica de nuestra generación, queremos ver los resultados ayer, ya, inmediatamente”. A modo de metáfora picante compara que Argentina no es Bolivia. “Aquí la sociedad es más pequeña y cómoda ´mi papá es tal, tengo tal empresa o conozco a tal empresario y voy a trabajar allí´; en Argentina no, allá es como todo el mundo”. Dice las cosas como son. Es franca. Luego inclina a un lado la cabeza y con orgullo reconoce que quería rodearse con los mejores para ser la mejor agencia. “Coincidimos en muchas cosas, trabajar en una agencia jovial, flexible, nos gusta romper esquemas, ser disruptivos. Pretendemos aprender mirando cosas de afuera, no mirar solo lo que vos hacés porque si no te quedás en lo mismo, viene alguien y te gana”.

Clara va a mover el piso al resto. “Al cliente siempre se lo ayuda, al cliente siempre se le dice sí”. Deja entrever el lado oculto de su profesión “En la década kirchnerista si no eras de la Campora (las juventudes kirchneristas) no conseguías trabajo en la Argentina así que me puse a trabajar en una agencia de marketing haciendo investigaciones de mercado, me encanto; luego pase a Quilmes”. Hoy la tenemos en La Paz casada con un compatriota nuestro.

“No solo hacemos una empresa de servicios que pedís y tenés, sino contame, confía en mí, confía en la agencia como un aliado estratégico y trabajemos juntos por tu objetivo, eso es lo que aspiramos acá y tengo muchas pilas y ganas para hacerlo”. Clara Molina (27). Director Nacional de Cuentas

“Los resultados aquí se miden ya”, exclama Clara. Como nadie está condicionado a ocupar un escritorio permanente, se sienten cómodos en cualquier lugar. Prefieren estar junto a los creativos que son la mayoría. Nunca sentencias definitivas. Mantienen la mente abierta lista para darle el toque a su genialidad creativa. Consideran que su agencia ha desarrollado nuevas formas de comunicación interpersonal con el equipo. Las 22 personas que trabajan en sus oficinas en La Paz y Santa Cruz tienen niveles de eficiencia flexibles. No se utilizan relojes de pared que te distinguen por lo sorprendentemente bueno que puedas ser si llegas 5 minutos antes a la oficina. Nadie en Four Group mide la productividad por cuan temprano has salido de casa para llegar por las áreas despejadas del penoso tráfico vehicular. Un concepto más internacionalista, menos dependiente de las presiones diarias. Prueba son Chato y Chata los Gold Retriever que tienen un lugar feliz.

Después de repetir una y otra vez la misión de la empresa como para que te quede la huella, Alejandro explica que se trata de un modelo de las grandes agencias publicitarias del mundo con las que ha trabajo anteriormente. Alejandro y Rodrigo comenzaron a entender que el competitivo mundo del posicionamiento de marcas no requería reglas fijas, ni exclusiones. Aunque vienen de profesiones distintas se entienden en el lenguaje sencillo de las marcas: botellas, cigarrillos, cifras, autos, pasajes de avión, drinks and dreams. Los tres están sentados frente a mí como un reto. Les explico que dat0s hace 16 años comenzó como un magazine político. No había que inventar la pólvora. El factor tiempo delinea una fusión para perseguir metas, ganar en proyección nuevos horizontes. Cambiar de piel. Escuchan, conceden el perdón. Luego hablan ellos.

“Dar un paso entre la comodidad del asalariado y la de empresario es un paso grande, aunque nos dio miedo, decidimos emprender y todas experiencias nos han ayudado”. Rodrigo Campero (32). Director Ejecutivo & Socio

 

Cuando Rodrigo hace uso de la palabra un aura de meditación invade el lugar. Es entre los tres quizá el que más se esfuerza por explicar que Four Group ha cambiado el paradigma de las empresas de publicidad. Es también el que más se esfuerza por mostrar lo que han logrado como equipo. “Nos hemos hecho famosos no solo por el trabajo sino por la forma como manejamos las cosas; la nueva tendencia Millennial, va de acuerdo con nuestra forma de ser; las personas piensan más en sí mismas, en administrar su tiempo, quieren  progresar en la vida y nosotros les damos esa libertad para hacerlo. Gran parte de las personas que han pasado por nosotros están en excelentes cargos en otros países, han revalorizado sus conocimientos, han aprendido nuevas formas de trabajar y ahora están muy agradecidos, como  nosotros a ellos”, completa.

Pensamientos del Millennial

“Dar un paso entre la comodidad del asalariado y la de empresario es un paso grande, aunque nos dio miedo, decidimos emprender y todas experiencias nos han ayudado”, distingue Rodrigo. No dejan de ser animales políticos. Temen que baje la actividad económica pero se sienten preparados para enfrentar crisis. Dicen con toda claridad que Bolivia es una gran oportunidad para el marketing; hay muchas cosas por hacer, pero también insisten una y otra vez que la época de bonanza está pasando.

La tecnología está, cuando no, integrada como una de las principales herramientas en su trabajo. Todo lo que se escucha en cuanto a tecnología es vanguardia al día y de última generación, redes sociales como futuro y una tendencia de constante renovación.

Los románticos politizados y vanguardistas de los 80

Alejandro Berrendero vuelve. Me dice que le gustaría explicar una pregunta anterior en la que le propuse me haga una descripción de lo que ha cambiado en su generación respecto a la mía más politizada y que buscaba ideales de igualdad, no tan metalizada como la actual que tiene incluida en su círculo a gente que a sus 30 años es billonaria. Reconoce que es una pregunta muy amplia y difícil. “Hay gente de mi edad que no hace nada en su vida y hay gente que hace muchas cosas. A mí me gusta juntarme con gente que tienen metas en la vida y me alejo de quienes no tienen ganas de triunfar. Es un tema pegajoso, es un tema competitivo. Desde la universidad quise ser empresario, y si trabajé donde trabajaba lo hacía pensando en emprender el propio negocio. Me despierto para ganar y tener una empresa exitosa. Yo si trabajo por el éxito”.

A sus 33 años dice “que la tecnología permite estar metido en muchas cosas. Hoy en día el ámbito es muy amplio, hay muchas cosas en qué pensar, no veo a los chicos enfocados en una sola cosa. Hablo por mi equipo por la gente que conozco”.

Mark Zuckerberg

Clara Molina con sus 27, menor 5 años que el genio de Facebook Mark Zuckerberg, opina de este multimillonario norteamericano con un patrimonio de US $ 63 billones que es un superdotado. “Ha conseguido hacer de una red de contacto de amigos en la Universidad uno de los más grandes imperios del mundo, sino el primero de la conectividad por internet, es un genio, ha causado una verdadera revolución. Ha arrancado porque había una necesidad de la gente para estar interconectado. Gracias a Facebook han surgido nuevas empresas, él podría no hacer nada pero sigue desarrollando tendencias. Ha creado una herramienta increíble a la que la gente le da mucho uso; sigue innovado cada día con sensibilidad. Sabe de antemano todo lo que se necesita”.

Donde situarías al país de aquí en dos años

Rodrigo Campero, tiene 32 y es boliviano. Como todos ellos cree que el sistema ideal y en el que la sociedad se debe desarrollar de forma eficiente es la democracia. Pero a él algo no huele tan bien que lo hace pensar que la democracia es frágil. “Siempre hay el peligro de una delgada línea que la oscurece. Hay varios casos en la historia en los que se creía que había democracia pero en realidad no había”. Habla de los ciclos de la economía y hace hincapié en la que conoce mejor, la del país. “Olemos que se viene una situación crítica; el poder adquisitivo de la moneda con la que cada vez compras menos”, reflexiona.

Sobre cuál cree que es el  ideal modelo de mercado, opina que entre las tres tendencias, la marxista, la liberalista y los intermedios, él se considera medio intermedio, lo que provoca risas, pero finalmente explica: “sí haces que la gente explote sus capacidades no siempre es la alternativa idónea de igualdad. Lo que no creo es que el Estado deba regular todo”

La cita ha finalizado, nos damos las manos en el porche de la puerta. Vuelven a algún lugar de sus oficinas no para ocupar un puesto fijo. Hoy es viernes, seguramente las mascotas estarán moviendo la cola porque de aquí a poco  las carnes a la brasa estarán listas. No te despiden en la puerta con grandes abrazos. Son los Millennials.