Ocho beneméritos de la Guerra del Chaco viven en Santa Cruz

0
950

Agustín Muiba Hichu cumplió 97 años hace poco, pues nació el 5 de mayo de 1917 en San Lorenzo de Moxos (Beni). Es uno de los últimos ocho excombatientes de la Guerra del Chaco que vive en Santa Cruz de la Sierra y se mantiene con una pensión vitalicia de Bs 2.317.

Su apellido lo delata como descendiente del bravo líder moxeño Pedro Ignacio Muiba, que el 10 de noviembre de 1810 encabezó una revolución contra los gobernantes españoles, en Trinidad.

Hoy, bordeando los 100 años, don Agustín camina pausadamente, pero no usa bastón, tiene regular visión y asegura que no necesita lentes, aunque por su edad  le falla la audición.

Sin embargo, lo mejor que posee es la memoria, pues recuerda cada uno de los episodios que le tocó vivir los últimos dos años en la campaña chaqueña, entre 1933 y 1935.

Enrolamiento

Contando con 16 años llegó a su pueblo una comisión para reclutar hombres en edad del servicio militar. Le llamó la atención los gritos de ‘viva Bolivia, abajo Paraguay’ de los jóvenes enrolados cuando marchaban a Trinidad para luego embarcarse por el río Mamoré hasta el Río Grande y de ahí llegar a Santa Cruz de la Sierra.

“En la escuela mi maestra siempre nos imbuía el amor a la patria, por eso cuando estuve de vacaciones me presenté al cuartel en Trinidad, pero como no cumplía la edad requerida, tenía 16 años, saqué una partida de nacimiento donde me aumenté un año, pues yo quería defender el Chaco, aunque me parecía que se trataba de un gran terreno cultivado con maíz, arroz, yuca y plátanos tal como se conocían los cultivos en mi pueblo”, recordó.

Una vez en la guerra le tocó defender las tierras cercanas al río Parapetí que habían sido tomadas por los paraguayos. Por su valentía fue nombrado satinador con la misión de vigilar los avances enemigos hasta que en una refriega fue herido en una rodilla, siendo evacuado hasta Villa Montes, donde al ser rehabilitado y al regresar al campo de combate supo que se acabó la guerra, era el 14 de junio de 1935.

Luego de la desmovilización, donde recibió su libreta de servicio militar de campaña, se quedó a vivir en Trinidad, donde conoció a su primera mujer, la cual murió al poco tiempo. En 1954 llegó a Santa Cruz de la Sierra, donde echó raíces al casarse con Otilia Montenegro Suárez, con la que tuvo seis hijos e ingresó a la Policía, de la que se jubiló luego de 25 años de servicio.

Don Agustín es viudo desde hace 28 años y lo atiende su hija mayor, Victoria; recibe su pensión vitalicia y la renta de jubilado de la Policía, que juntas no pasan de Bs 5.200, lo que apenas le alcanza para vivir y pagarse las medicinas cuando se enferma, pues asegura que en la Caja Nacional de Salud los excombatientes no son bien atendidos.

Contador requerido

Don Julián Palomino García también tiene 97 años, nació en Uyuni (Potosí) el 16 de febrero. El 26 de diciembre de 1934 se presentó a la comisión de reclutamiento en Oruro, siendo incorporado en el Destacamento 309 y después en el Regimiento Oruro 40 de Infantería. Con la mente lúcida refiere los episodios que le tocó vivir durante la conflagración bélica en el territorio chaqueño.

Don Julián ingresó a la zona de operaciones el 14 de febrero de 1935 como parte del Regimiento Castrillo 6 de Caballería y participó de los ataques y posteriores tomas de Charagua y de Mandeyapecua.

Además estuvo en los combates de Las Pencas, Casa Alta, Quebrada de Cuevo y Yohai, destacándose por su buena conducta en los combates.

Luego de su licenciamiento, el 13 de enero de 1936, prosiguió sus estudios secundarios y se capacitó en Auditoría, profesión que desempeñó en diversos bancos nacionales y en Santa Cruz de la Sierra en las empresas de Cristóbal Roda y otras situadas en el Parque Industrial.

Hoy, don Julián vive en la calle Chiquitos y Suárez Arana, donde es atendido por sus hijos, en especial por Dorys Palomino, que lo acompaña a todos los actos y a cobrar su pensión.

Destacado orador

Don Rodolfo Cornejo Álvarez tiene 98 años, nació en La Paz el 28 de enero de 1916. En 1934 se alistó en el último contingente de voluntarios en el cuartel militar de Miraflores. En los campos de batalla del Chaco fue parte del Escuadrón Cuéllar de sanidad militar, dependiente del Regimiento Ingavi, donde ascendió al grado de cabo de sanidad.

También fue partícipe de la retoma de Charagua y de los combates de San Francisco, San Antonio, Casa Alta, Ñacundai y de la laguna Yohai.

Al terminar la campaña del Chaco concluyó sus estudios secundarios en el colegio Ayacucho, de La Paz, y se graduó de sociólogo en la Universidad de Concepción (Chile).

De hablar locuaz y con una memoria impresionante se destaca por sus intervenciones en los actos cívicos, siendo nombrado presidente de la Federación de Excombatientes de la Guerra del Chaco (Fedexchaco) en Santa Cruz, residiendo en la calle Chuchío del barrio La Santa Cruz.

“Con Bs 4.300 que recibo como excombatiente y de mi jubilación en la CNS no me alcanza para mis tratamientos porque con la edad la salud se vuelve más delicada”, acotó.

Otros beneméritos

Para completar el grupo de ocho beneméritos residentes en la ciudad están Mauro Vaca Castro, Agustín Caregua Ruiz, Orlando Araúz Aguilera, Marcial Caballero Velasco y Bonifacio Casanova Vaca, que en cada visita a su sede de la calle Bolívar Nº 468 para cobrar su pensión, son atendidos por la enfermera Rosario Rivero

EtiquetasGuerra