Personajes 2019: Marco Pumari. La movilización joven

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Foto: Revista dat0s 228

 

El líder cívico de Potosí tiene escasos 40 años y se ha convertido en una de las figuras de la movilización poselectoral de octubre. Espera que el electorado joven confíe en él.

Marco Pumari aparece detrás de una puerta en un departamento en La Paz. Se lo nota sereno, pero algo nervioso. El día ha sido feo. Un audio filtrado por sus adversarios con la intensión de desacreditarlo tuvo que ser aclarado por él en una conferencia de prensa. Quien se sienta al frente de los micrófonos para aclarar acaba por lo general levantando enormes sospechas. Aclarar acusaciones no siempre es bueno. No quiere echar atrás y dice más sereno que estará allí donde lo requiera el país sin aferrarse a un cargo. Además, afirma que no es su estilo estar hablando mal de las personas que se consideran amigos con palabra. Pero las cosas pasan de esa manera en la política. La guerra sucia es un recurso; quiere decir que él no estará exento de ataques si es que ha escogido la política que está girando a un ritmo sobrenatural. Acaba de despertar de un sueño. Los baños de popularidad que recibió de millones de bolivianos hoy parecen alejarse, pero se dice firme y pide que los jóvenes sigan confiando en él.

No ha tenido tiempo para sentarse desde que el pasado 10 de noviembre renunció el expresidente Morales después de días de anormalidad, acorralado por los bloqueos en las calles de toda Bolivia. Su vida transcurrió entre proclamas ´Pumari Presidente´ y viajes por todo el país acompañado de un amigo de lucha con el que parecían pintarse buenos proyectos por Bolivia. Más allá de las luces que a veces escamotean la felicidad momentánea, Pumari ha estado elaborando una lista de prioridades en caso tenga que presentarse como candidato a la presidencia.

Entre sus principios esenciales habla de empleo y de oportunidades para los jóvenes. Cree que los millenialls y hasta los adolescentes de la generación después de todo lo que ha pasado están esperando algo de oportunidades para que verdaderamente cambien las cosas. Él dice que conoce emprendedores que han pagado el precio de una política excluyente que cerró los ojos hacía ellos y no les ha permitido desarrollar sus potencialidades. Ahora él cree que ha llegado su tiempo.

“La juventud tiene toda la capacidad para asumir el reto de construir una nueva Bolivia y sea parte del proceso de transformación sin desmerecer de la experiencia”, dice después de una reunión que sostuvo con jóvenes profesionales bolivianos, que lo han dejado impactado. Marco Pumari prefiere no atacar sino unir a la población. “Hay que abrir las oportunidades a los jóvenes creando proyectos, generando iniciativas empresariales con capacidad de innovación y generando sus propios recursos”. Para que esto suceda él avizora un cambio. “Es necesario pensar en un proyecto de una Bolivia mejor, una Bolivia digna pensando sus potencialidades”.

El líder sigue firme y plantea renovación en los procesos de enseñanza disminuyendo los tiempos y buscando la realidad; creando institutos especializados e identificando las capacidades de los jóvenes, de acuerdo a la realidad de cada región del país. “Hay que generarles a los jóvenes condiciones de tecnificación y para eso hay que cambiar el modelo. El Estado debe convertirse en facilitador, guiando metas y enseñando procesos que redistribuyan el empleo para que todos ganen bien y mejor.

Dice que el modelo de crecimiento para una Bolivia productiva debe copiar modelos sin importar si estos son capitalistas atendiendo las necesidades de los jóvenes. “Las empresas mineras privadas en Potosí”, -pone el ejemplo- “ofrecen trabajo digno; tienen salud, buen salario y oportunidades de capacitación. Este modelo se debe replicar en nuestras empresas y funcionar con el objetivo de generar iniciativas estatales y privadas para que ganemos todos. Necesitamos crear políticas para visibilizar las capacidades de los jóvenes como el motor del desarrollo”. Mañana Pumari debe atender un par de reuniones y seguir un camino que no siempre esta regado de rosas.