Proxenetas ofrecen sexo a la carta a los legisladores

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El ingreso al Palacio Legislativo no es sencillo. Cualquier persona o ciudadano debe tramitar una autorización firmada por un senador o diputado para entrar, de otro modo no es posible acceder al interior, pero hay un grupo de personas ajenas al trabajo legislativo que ingresa para ofrecer servicios de damas de compañía en hoteles o en domicilios exclusivos.

Los proxenetas, aquellos que ofrecen servicio de trabajadoras sexuales, visitan las oficinas de los legisladores sin que exista control.

EL DEBER recogió testimonios y declaraciones de nueve asambleístas que aceptaron hablar del tema, pero con la condición de no hacer declaraciones oficiales o mencionar sus nombres. De los nueve, tres admitieron que recibieron ofertas por el servicio a través de tarjetas exclusivas que dejaron en sus oficinas en la Asamblea Legislativa Plurinacional.

Personas ajenas se las ‘ingeniaron’ para ingresar y dejar tarjetas discretas o una invitación que tiene tragos de cortesía para el beneficiario; la condición es llegar a estos centros nocturnos para adultos y consumir lo que ofrecen.

El exdiputado Galo Bonifaz, del MAS, declaró que en la anterior legislatura “algunos malos diputados” avalaron el ingreso de personas que ofrecían “sexo a la carta”, que consiste en entregar un catálogo con fotografías de mujeres desnudas.

También dijo que, en ese entonces, los locales nocturnos que están ubicados en la calle Potosí desplegaron a su personal y lograron ingresar al Legislativo, donde ofrecieron los servicios de damas a los asambleístas y personal jerárquico.

Los parlamentarios consultados afirmaron que la mayoría de sus colegas que llegan hasta estos locales son del interior, “porque los paceños saben dónde ir”.

Los funcionarios legislativos consultados aseveraron que “es muy temprano” para saber quiénes son los asiduos clientes de estos locales, en referencia al tiempo que trabaja la nueva Asamblea, y mencionaron que hasta fin de año se podrá vislumbrar a diputados o senadores que frecuentan estos locales nocturnos. 

El diputado potosino Gonzalo Barrientos (UD) admitió que muchos de sus colegas se quedan los fines de semana por el trabajo, pero los que viven en departamentos cercanos a La Paz, como Potosí, viajan a su región los días no laborables.

Los catálogos
Los diputados consultados admitieron la existencia de los denominados catálogos, que son libros de retratos que tienen las fotografías de presuntas prostitutas. Los ‘clientes’ eligen la fotografía que les interesa y también definen el lugar y hora; luego reciben una llamada, usualmente en horas de la noche, que le confirma los detalles de la cita pactada.

Pero de estas ‘ofertas’ también se ‘benefician’ los ejecutivos y personal jerárquico del edificio legislativo y son los ujieres y choferes los señalados para operar como ‘enlaces’ en este tipo de citas, indicaron los consultados. También revelaron que los legisladores se dividen en grupos, según el departamento o la región de origen, y cada grupo decide lo que hará los fines de semana.

La molestia 
Los jefes de bancada de los tres partidos con representación parlamentaria en la Asamblea Legislativa Plurinacional, Pedro Montes (MAS), Jimena Costa (UD) y Norma Piérola (PDC), expresaron su sorpresa por la visita de los proxenetas al edificio legislativo sin que exista un mínimo control en las puertas.

Costa admitió que el único que autoriza el ingreso es el diputado o senador visitado, y dijo que este tema debe ser debatido de forma interna. La diputada Piérola pidió a la Policía que asuma medidas, porque es la responsable de controlar el ingreso y resulta inexplicable cómo ingresan esas personas y no puedan hacerlo los parientes de los asambleístas.

El oficialista Pedro Montes adelantó que convocará a la bancada del MAS para informar de estas irregularidades, porque considera que el decoro y el comportamiento ético de los legisladores se pierden con este tipo de actos que riñen con la moral.

Pero los periodistas que están jubilados y que cubrían el área política hasta hace unos 10 años mencionaron que los políticos de entonces tenían la constumbre de ‘cerrar locales’ y asistir de forma masiva a casas de lenocinios de la avenida Busch o de Sopocachi