Qué se necesita y dónde llevar la ayuda para los incendios

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Foto: El Deber

La generosidad del pueblo boliviano se hizo sentir en tiempos de desgracia, cuando el fuego arrasó con más de un millón de hectáreas de bosques, especialmente cruceños.

En una primera etapa, que se prolongó por tres semanas, abundaron los pedidos de agua, entre otras cosas, pero ahora el foco de atención está en los voluntarios y bomberos que siguen aplacando las llamas y que han desgastado su indumentaria con los focos que reaparecen. Los requerimientos se han ido modificando y haciendo más específica.

El Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz (GAM) instaló un centro de recolección de ayuda en la ex Terminal de buses. “Se necesita colirios estériles que no tengan corticoides porque esos solo se usan cuando hay una enfermedad base, acá el caso es que se irritan por tanto humo, lo que yo hacía era llevarles sueros y les enseñaba a lavarse los ojos y las fosas nasales porque es muy contaminado el ambiente allá. La ayuda que recibimos la enviamos todos los días en camiones hacia Roboré, San José y San Ignacio. Anoche ya salió uno a Puerto Suárez”, explicó Fernando Sattori, director adjunto de la Secretaría de Desarrollo Humano del GAM. Dice que hasta el momento hay entregado más de 4.000 raciones para la gente y que ellos están fiscalizando personalmente esas entregas.

La Gobernación tiene un punto de entrega de donaciones en el Centro de Operaciones Departamentales (COED), en la Secretaría de Seguridad Ciudadana, ubicada en el cuarto anillo y avenida Alemania. Sonia Vincenti, directora de Coordinación Social, dice que se requieren alimentos secos (harina, azúcar, arroz, fideo) para preparar las 1.000 raciones y solo han reunido 600 entre las empresas. Indicó que para los bomberos también se requieren barbijos de los que cubren la nariz, además de la boca, “de los duros de color azul, no sirven los que usan los médicos; también guantes de cuero, botas de suela y sin punta metálica para que no se calienten con el fuego, tampoco botas de goma, que son inflamables”, pidió.

En cuanto a medicinas, dijo que se requieren pomadas para quemaduras, repelentes para las zonas donde no hay humo pero sí gente trabajando, colirios, Rifocina y jarabes para los pulmones.

El bombero forestal certificado y miembro de la Fundación Rescate Urbano, Diego Suárez, en este momento se encuentra en Taperas con su cuadrilla de 18 voluntarios. Dice que no se moverán hasta asegurarse de que el fuego acabó. Es bombero de primera línea, es decir de los que confronta las llamas más altas, labor que les desgasta las herramientas de trabajo. “Nosotros hemos hecho un pacto de no llevar las mochilas ni la indumentaria hasta que no acabe todo el fuego. Solo las mochilas cuestan como Bs 2.000 y cuatro bomberos con mochilas pueden apagar una línea de fuego más larga que el Supertanker”, dice a modo de ilustrar la importancia de que la gente los apoye en su labor. “Las mochilas forestales, especiales para apagar incendios, se están arruinando, les hemos dado con todo, y más allá del cansancio hay mucha inhalación de humo, constante, a eso se suma la falta de equipos. Como bombero agotado necesito bomberos extranjeros para que vengan a refrescar nuestro trabajo”, solicitó.

Diego difundió que se requerían con urgencia elementos específicos para aplacar el fuego, entre ellos: mochila forestal (no de fumigación), casco, gafas de seguridad, máscara o pañoletas de algodón, ropa retardante del fuego (de preferencia amarilla), guantes de vagueta y botas de seguridad sin punta de acero. También pidió herramientas como pala forestal, rastrillo MacLeod, hacha Pulaski y machete Rozón. “Hay un tema que sobrepasa lo absurdo, si no fuera por las damas de Resistencia Femenina y otros grupos, no tendríamos con qué trabajar, nos consiguieron overoles no inflamables, son pocos los ciudadanos que se dan cuenta de que la ayuda va por otro lado, hay que fortalecer a los bomberos”, dijo.

Otro punto de entrega de donaciones es el de la Iglesia Católica, que invitó a los vecinos de todas las parroquias llevar sus aportes a cada iglesia, pero también a las oficinas que hay en Seminario San Lorenzo, del segundo anillo, casi avenida Beni. Cada sacerdote hace llegar ese material reunido a la Gobernación, informó Graciela Arandia, coordinadora de prensa.

El Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (CEPAD) se unió a la campaña. En sus oficinas de la calle Raquel Busch 69, del barrio Hamacas (casi cuarto anillo, entre avenidas Cristo Redentor y Beni), recibe los aportes que hace llegar directamente a los Centros de Operaciones de Emergencia Municipales (COEM) de los pueblos afectados. El director, Rubens Barbery explicó que el Cepad actualiza la lista de necesidades en su página de Facebook, donde además hace rendiciones. Aprovechó para hacer una aclaración para optimizaría los recursos.

“Estamos con Roboré, en Otuquis mandamos directo al responsable de bomberos, a San Ignacio, Concepción y San Javier porque no abastecemos más. Allá no se requiere ayuda humanitaria, la ayuda es para los bomberos y voluntarios que están combatiendo el fuego, los alimentos secos son para darles de comer a ellos, no al pueblo, que sigue con su vida como siempre. La gente está entendiendo mal, es ayuda para los bomberos que no tienen qué comer ni con qué vestirse y que entran con chinelas a combatir el fuego”, dijo y pidió a la gente con deseos de ayudar que no se vaya directo ni que lleve la ayuda. “La gente se molesta porque llega y pide cosas, como indumentaria, para ayudar, pero lo que hacen es estorbar a los bomberos que andan atentos a que no se quemen. Hay que entender que en primera línea están bomberos certificados que saben cómo manejar la situación, ya en segunda línea están los soldados que ayudan a mitigar el fuego apagando brasas”, sugiere.

Barbery dice que lo que necesita es colirio, pero no cualquier colirio, Quemacurán, bebidas isotónicas para rehidratar a los voluntarios. También pidió matafuegos, machetes con funda porque se cortan al colgárselos, motosierras, mochilas forestales contra incendios. “La plata en efectivo que llega la gasto en eso, me llegaron cinco mil dólares y acabo de comprar 48 uniformes de bomberos, entre overoles no inflamables, no son los ideales, pero al menos no se prende con el fuego, cuestan como Bs 800 cada uno. Equipar bien a cada bombero cuesta como $us 1.200”, explicó.

 

SAN RAFAEL

Ante la llegada de 30 bomberos de Jujuy (Argentina) para colaborar en la lucha contra los incendios en San Rafael de Velasco, el alcalde se vio en la necesidad de pedir colchonetas y colchones para que tengan dónde descansar.