Rocha espió 40 años para Cuba

Por Redacción dat0s
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Foto: Orlando Barría | EFE

El exembajador de EEUU en Bolivia fue clave para la llegada de Evo a la presidencia en 2006.

Lo que se temía se confirmó la tarde de ayer. El exembajador de los Estados Unidos en Bolivia, Víctor Manual Rocha (1999 – 2002) fue la plataforma ideal para coauspiciar el ascenso al poder de Evo Morales, la de él y la de las organizaciones sociales que respaldaron sus acalorados discursos contra las imposiciones de la embajada más temida en Bolivia, de la que se decía que, apretando el botón en línea directa con el palacio de gobierno, imponía nombramientos, dejando sin margen de maniobra de tomar sus propias decisiones.

Cada embajador norteamericano que llegaba a Bolivia era visto con el semblante inquisidor, quien repartía invitaciones y decía quiénes podían y quienes no engalanarse con su licencia. Una especie del poder oculto detrás de las sombras; un rey sin corona al que había que temer y siempre contar con su venía.

Morales era la antípoda. Nadie, ni los más zorros en la política boliviana, atinaron a levantar sospechas, por ejemplo, cuando las patrullas antidroga erradicaban coca en el Chapare y todos, menos Evo, descargaba sus furibundos ataques contra los Estados Unidos. El líder cocalero decía a voz en cuello “que son ellos (los gringos) que debían erradicar primero sus narices”. En el último gobierno del general Banzer, el exembajador estadounidense Manuel Rocha actuaba a sus anchas aplaudiendo la política de coca cero, un eufemismo machacón, mientras en línea baja con Cuba estaba tramando el destino de Bolivia. Hoy, nadie se atreve a decir qué habría sido peor.

Rocha actuó con ese doble olfato de sabueso, hasta una tarde del pasado mes de diciembre en que fue convocado para reunirse con un “compañero” de la revolución cubana que acabó siendo un agente encubierto del FBI. No se acabó ahí el mundo para él, cumplió y pagará con prisión una condena después de haber sembrado nabos a espaldas de toda una clase política obligada a la obediencia y las sonrisas que desde entonces no ha podido atar cabos para reponerse del embate.

FBI

Getty Images

Rocha ante un juez federal en Miami

Víctor Manuel Rocha, dijo este jueves 29 que se declarará culpable de los cargos de haber servido como agente secreto del régimen comunista en Cuba durante décadas. La declaración fue hecha ante un juez federal y las acusaciones podrían llevar al diplomático de ascendencia colombiana a prisión durante años. El abogado defensor afirmó que los fiscales acordaron una sentencia, sin embargo, no se reveló la duración de la misma.

“Estoy de acuerdo”, dijo Rocha cuando la jueza del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Beth Bloom, le preguntó si quería cambiar su declaración de culpabilidad. Según la acusación, Rocha inició sus actividades de espionaje en 1981. Además de ser embajador en Bolivia entre 1999 y 2002, ocupó importantes cargos en las embajadas estadounidenses en República Dominicana, Argentina, además de la oficina estadounidense en La Habana.

Según los fiscales, el ex embajador participó en “actividades clandestinas” en nombre de Cuba al menos desde el comienzo de su carrera y se reunió con agentes de inteligencia cubanos, proporcionando información falsa a funcionarios del gobierno sobre sus contactos.

Sin embargo, las autoridades federales no han ejemplificado exactamente lo que Rocha hizo para ayudar a Cuba mientras trabajaba para el Departamento de Estado después de su etapa como asesor especial del jefe del Comando Sur de Estados Unidos.

La acusación se basa en las confesiones del propio diplomático, hechas en el pasado a un agente encubierto del FBI. En aquella ocasión, incluso elogió al líder de la revolución cubana, Fidel Castro, como “comandante” y tachó de “enemigo” a Estados Unidos, alabando su actuación como agente infiltrado durante más de 40 años. Rocha fue arrestado por el FBI en diciembre en su casa de Miami.

 

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