Tierra de nadie

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¿Por qué el Ejecutivo reacciona después que dejó de actuar en varios puntos del país a clanes ligados con la ilegalidad?

El Gobierno del presidente Morales se raja las vestiduras por la resistencia que asumen contra su administración sectores que antiguamente fueron sus militantes aliados. Tres casos concretos determinan e ilustran la presión y el desgaste que padece el régimen como enfermedad crónica. La resistencia de los “auteros” en Challapata, la actitud frente a los indígenas del Tipnis y los eventuales logros en la lucha contra el narcotráfico.

Challapata

El hecho marca un nuevo punto de desencuentro en la relación que mantenía con los grupos de apoyo a su gestión. Es por demás sabido que el Gobierno del MAS había emitido en 2011 una ley prohibiendo la internación de más movilidades indocumentadas y pocos meses después de emitida la norma aprobó la nacionalización de autos indocumentados “por última vez” para regocijo de las bandas delincuenciales de contrabandistas apoyados por los senadores Fidel Surco y Saúl Ávalos. Ambos representantes de la cámara Alta en la Asamblea Legislativa gestionaron el lobby para aprobar una norma que les beneficiaba personalmente a ellos y a sus aliados. Ese atropello que vulneró una disposición emitida con anterioridad, representó la nacionalización de más de 100.000 autos indocumentados que pasaron de un día a otro a poblar las infestadas calles de las principales ciudades del país.

Se rajan las vestiduras oficialistas y opositores al denunciar a un “retardado metal”, candidato a la Alcaldía de Santiago de Chile, que en un acto de desaprensión ha declarado que Bolivia quiere acceso al mar para sacar la cocaína que se produce en su territorio. Las declaraciones merecen condena; el candidato refleja una imagen que se ha ganado Bolivia con el caso de los  autos “chutos” que entra a Bolivia por el Norte chileno y con hechos como el del ex policía René Sanabria, filmado en todos los canales de la TV chilena y destacado en las primeras planas de los diarios del país cuando negociaba la salida de un importante cargamento de droga por territorio chileno.

El Ministro de Gobierno Juan Carlos Romero ha declarado que el Estado no permitirá la formación de “mini republiquetas” dentro del Estado Plurinacional, refiriéndose a Challapata y anteponiéndose al llamado a la resistencia de estos grupos de contrabandistas que en los últimos 6 años -con permiso del propio Estado- crearon fuertes lazos económicos y políticos con las mafias organizadas recaudando millonarios ingresos sin contribuir un solo centavo al erario nacional.

Parque Isiboro Secure

El mismo ejemplo se replica en otras partes del territorio. El ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana dice que el Gobierno denunciará ante la Fiscalía a los dirigentes indígenas del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Securé (Tipnis) por resistirse al proceso de consulta previa que definirá quiénes están de acuerdo y quiénes no en la construcción de la carretera que dividirá en dos la reserva natural. En un reciente acto en el Chapare, el presidente Morales les ha pedido a los habitantes del trópico cochabambino se conformen con el cato de coca que el Estado les permite cultivar y en un acto fallido les dice que respeten la madre tierra.

Narcotráfico

El tercer ejemplo, opuesto a los dos anteriores, marca un punto de especial atención. En la década de los noventa cuando sobre el país pendía como espada la “desertificación” que nos privaría de recursos de EEUU para luchar contra el narcotráfico, se manejaba similar discurso. Se decía que la resistencia a la erradicación de cocales en el Chapare limitaba la acción del Estado y que el Gobierno no permitiría que la zona se convierta en una republiqueta dentro de la propia República. A diferencia de aquellos tiempos, hoy en la zona del Chapare reina la paz. No se han presentado denuncias sobre vuelos clandestinos o de grupos de narcotraficantes que operan en la región. Todo se lo hace en medio de un meticuloso silencio para no alarmar a la población sobre la presencia del narcotráfico en esas tierras tropicales. Una de las pocas denuncias públicas de que la droga estaba causando estragos en la población más joven en el Chapare derivó en una protesta gubernamental y la casi expulsión del padre jesuita Tito Solari.

Curiosamente, el diario La Razón informó hace un par de semanas que al igual que en Challapata en poblaciones del Chapare se comercializan carros ilegales. Quien atraviesa la región por el camino asfaltado que une a las principales ciudades del eje troncal, podrá comprobar fácilmente que una gran parte de sus pobladores siguen viviendo como antes y que es una elite la que se  beneficia con la producción de la coca excedentaria que se produce en la zona.

No hay una gran prosperidad en el Chapare como se podría suponer. Los precios son más caros que en otros lugares pero ese no es el principal problema. Largas colas para abastecerse de gasolina, por ejemplo son un indicativo de que no es todo funciona de manera regular. La zona del Chapare se ha convertido en uno de los espacios geográficos más codiciados por las bandas delincuenciales que operan en Bolivia porque de allí sale la hoja de coca ilegal que sirve para procesar droga. Se dice que el presidente Morales mantiene especial atención e interés en el desarrollo del Trópico de Cochabamba. El domingo 21 de octubre reflexionó a dirigentes de las seis federaciones de coca del Chapare y a sus pobladores a consumir los productos que se industrializarán en la zona y para evitar que la frontera de la coca se expanda a los parques nacionales. Tampoco es un secreto que el presidente se traslada a su refugio del Chapare no solo a pasar unos cuantos días de descanso sino a coordinar acciones de Estado junto a la dirigencia cocalera que radica en esa región.

Caso Challapata II

El padre de una de las víctimas de la balacera que se registró el pasado 10 de octubre en la localidad de Challapata  dijo en voz alta para que todos los periodistas que se dieron cita al lugar escuchen que “esta democracia tiene dos muertos”. Se refería a los disparos de armas de fuego que impactaron en el cuerpo de su hijo en un episodio aun no aclarado. El joven Óscar Cruz Mallku (17) según declaró su padre cursaba el último grado de secundaria. Las otras balas mataron al camionero Óscar R. Gómez que salió a ver qué ocurría y recibió un balazo que lo mató. Al parecer ambos escucharon disparos y en lugar de permanecer a buen recaudo decidieron exponerse y en eso perdieron la vida. De acuerdo a los estudios de balística y la autopsia que se realizó a las dos víctimas fatales en Challapata no está claro quién disparó contra ellos ya que las balas no son las que usa el Ejército. Por lo tanto, se cree que los contrabandistas tienen montado un aparato de resistencia armado en caso se presenten conflictos como el que se registro ese día.

Challapata es un pueblo ubicado en el límite fronterizo con Potosí donde los acaudalados “auteros” encontraron su refugio. Organizados en puntos clave resistieron la incursión del Ejército. La población en Challapata está dividida y casi enfrentada y muy atemorizada. El padre del joven muerto en la refriega es un hombre humilde que dice que jamás ha estado él ni su familia involucrado en alguna ilegalidad. En general, los habitantes con los que se habla en el poblado que parece haber pasado del adobe a la construcción de ladrillo hace poco, sospecha que además de la brutalidad que ese día ejercieron los militares deben convivir con mafias que se encuentran más allá y que son muy peligrosas. Señala con el dedo índice en medio del horizonte desértico que domina la pampa.  No habla más por temor a represalias.

Pero los habitantes que presenciaron el insólito episodio dicen que los “auteros” están bien organizados y que será difícil sacarlos de una actividad que les reporta mucho dinero. En el Gobierno se dice que la ley es la ley pero hay algunos que ya comenzaron a hablar de llegar a acuerdos para calmar los ánimos exacerbados de los “pobladores”.

Caso Tipnis II

El tema central de discusión es que la frontera de la coca ha sobrepasado con creces la demanda del mercado interno y se extiende por otras zonas vírgenes y en territorios boscosos para evitar su cuantificación en los satélites. Si bien la discusión en el caso del Tipnis se ha centrado concretamente en la carretera asfaltada de 306 kilómetros que dividirá esa reserva natural en dos, hay temas que no forman parte del debate activo ya sea  por temor a las amenazas que vierten las autoridades del Gobierno contra los que ahora según el vicepresidente se dedican a insultar al primer mandatario por internet.

Pero los sucesos que se han ido registrando en la reserva natural y sus alrededores además de las declaraciones de sus líderes ya no es cosa fortuita y mucho menos aleatoria a una realidad incontrastable. El propio ministro de Gobierno ha reconocido que en Bolivia no operan carteles de la droga pero si sus emisarios lo que en pocas palabras no debería generar tranquilidad. Todo lo contrario. Se sabe que los cabecillas del narcotráfico son de corazón más noble que sus secuaces que actúan con absoluta impunidad y violencia. Por todos los caminos que se quiera llegar al Tipnis se entrecruzan situaciones anómalas.

El Tipnis tenía una extensión de 1.200.000 hectáreas antes de la discusión de las bondades de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos. Pero tal como lo enseña la ilustración que acompaña  esta nota más de 90.000 hectáreas de esta reserva ya fueron entregadas en 2008 por un Decreto Supremo  a favor de los colonizadores en la frontera con el departamento de Cochabamba en el lugar denominado Polígono 7. Los dirigentes que se oponen a la construcción de la obra -que ha sido entregada a la empresa Ambi que se dedica al mantenimiento de los caminos vecinales en el Trópico de Cochabamba-, dicen que las zonas que son devastadas quedan desprovistas de su hábitat natural como peces y otras especies con las que sobreviven en la caza o la pesca ¿Qué ocurrirá con la carretera? Los indígenas del Tipnis se han cansando en señalar que alrededor de la misma se asentarán agricultores y comerciantes dispuestos a todo para lograr los beneficios de la civilización. Calculan que en poco tiempo se seguirá ampliando la frontera de la coca.

El tercer caso: Cocaína para exportación

Durante el mes de octubre las patrullas antidroga sostuvieron logros importantes en la lucha que se ha declarado al narcotráfico. Los oficiales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) señalaron que hay poblaciones enteras tomadas por la ilícita actividad de donde salen y entran naves con cargamentos de droga. Es lo que ocurre en la zona de San Germán  ubicada en la provincia Ichilo del departamento de Santa Cruz, territorio activo donde operan y proliferan las acciones más increíbles del tráfico de drogas. En esa zona, durante dos operativos antinarcóticos se destruyeron más de 500 factorías de procesamiento de cocaína. El hecho derivó en la intervención de efectivos de la FELCN y el propio reconocimiento del presidente que dijo que en esa zona están operando peces gordos del narcotráfico.

Otros hechos

Tampoco ha sido aclarado hasta la fecha  a más de tres años del suceso el triple asesinato que sufrieron policías a manos de pobladores en la localidad de Uncia del departamento de Potosí que impidieron el esclarecimiento del asesinato cerrando el ingreso a los investigadores. Son ejemplos que espeluznan a la población que atina a reaccionar apenas escribiendo mensajes a través de las  cuentas de Facebook. Lo mejor es no hablar, no decir nada, pero al menos escribir.

La protección en ciertos niveles de la política a conductas delictivas a derivado en un arma contra el propio Estado que ha decidido combatir el delito, interviniendo  en las zonas de mayor conflicto. Solo que después de tanto tiempo la reacción puede ser tardía. No se puede dar muchas ventajas a estos grupos que se han convertido en una verdadera lacra social y han ganado lugares en el territorio desde donde operan.

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