Un polvorín llamado El Alto
La ciudad del “futuro” como alguna vez la llamó su alcalde Luis Vasquez hace 20 años es en realidad un polvorín donde miden fuerzas una cadena interminable de intereses sectarios que la han puesto al borde de un descarnizado enfrentamiento. El triunfo de Soledad Chapetón a la alcaldía alteña lejos de enfriar los ánimos los han caldeado al punto de temerse un desborde. Las juntas vecinales, los gremiales, la COR, las asociaciones de padres de familia y hasta la policía actúan cada uno por su cuenta. Antes de la toma y posterior quema de las instalaciones de la Alcaldía, se alentaron pugnas para desestabilizar la gestión de Chapetón. Si bien el exalcalde Edgar Patana está detenido por irregularidades que están siendo investigados, la destrucción de las pruebas de las denuncias que lo incriminan como responsable de hechos de corrupción en su gestión, son la prueba irrefutable -que están buscando los fiscales- para encontrar a los culpables por la violencia que dejó un saldo de seis muertos y 18 heridos. Pretender distraer la investigación con cargos a la guardia municipal y a los propios funcionarios ediles es parte del proceso pero no el fondo de un caso que aparentemente tiene un notorio transfondo político. Hay registros grabados de las constantes amenazas que profirieron los aliados de Patana contra la alcaldesa y presiones por evitar que la actual gestión avance. La división que se ha acentuado tras el resultado del Referéndum vuelve a rodear de inseguridad y violencia a la ciudad del “futuro”.