Bañocracia: ¿empirismo o surrealismo?

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Cuando Dalí ilustra una taza del baño entonces hablamos de surrealismo en su mayor esplendor.

Cuando la elite política tira de la cadena del baño para hacer desaparecer millones malgastados no sabemos de qué se está hablando. De empirismo tal vez. Guardando postura, buen gusto y un punto de vista que comprende tolerancia y conocimiento para escribir una columna de opinión política, podríamos decir de una expresión democrática. Decir sin ofender a nadie y expresar los pensamientos para provocar reacción e incentivar a otros a reflexionar y reaccionar, debe ser el tema de un artículo.

Resulta difícil mantener postura y cordura después de ver un desesperado anuncio en las redes sociales posteado por un médico que lanza el grito: …´!los paceños se mueren en silencio. Necesitamos oxígeno!…´

Caen todas las reservas y posturas y comienzan a crecer los sentimientos de rabia y enojo. La oposición llena las tazas del baño y estas rebalsan expidiendo mal olor que provoca vómitos. Los actores que tienen el poder de tomar decisiones políticas y pragmáticas en tiempos de pandemia planetaria también tiran la cadena del baño tratando de disimular el mal olor que infesta inunda y aterroriza al país. Y unos y otros gastan grandes cantidades de papel higiénico que esta regularmente comprado y pagado gracias al dinero confiscado bajo la disculpa que el sistema debe seguir funcionando. Y unos y otros saben cómo utilizar los recursos que están a su alcance. Y sigue funcionando la cañería de la democracia que se podría denominar: ¡Bañocracia!

Llega oxígeno en camiones. Por tierra. Varados por las protestas y bloqueos. ¡Todos a aliviarse! Y los que protestan y los que ordenaron traer oxígeno y los que comentan todo eso en las redes sociales. Descargar sus suciedades y tirar la cadena. Y todo de nuevo.

Un obrero fue salvado gracias a su insistente necesidad de idolatrar a su jefa. Le quedó a ella en la memoria el día que se le cruzó en el camino y le dijo: ¡´reina hermosa, benditos los ojos que la ven!´ Años después ese coqueto incidente le salvo la vida. Fue socorrido gracias a la buena memoria de la bella dama. Los caminos de Dios son extraños, diría alguien. ¡Se salvó el hombre de ser tirado por la cañería! No tuvo que esperar que llegue oxígeno por las tierras de nadie. Tal vez nunca habrá un debate que ofrezca respuestas a tantas preguntas que ahora llenan las redes sociales.

Por ahora, debatiremos si la presidenta aprovechó la corona para ponerse botox o el botox fue la disculpa para obtener la corona. O fue sólo una coronación de reina. Una más de tantas que nos encanta ver y disfrutar.

Mientras tanto, todos a esperar el nuevo programa de televisión anunciado con toda esperanza: periodistas serios hablarán juntos en un nuevo espacio. ¡Llega la salvación! Dirán algo bueno para satisfacer a los hambrientos que claman pidiendo saber la verdad. Esperando todos ver y oír algo que no tenga olor a baño público.

Al parecer, el oficialismo y la oposición son tan tremendamente incapaces de pensar de manera surrealista y el empirismo no les interesa. Tal vez lo único empírico que se puede decir en sus actuaciones sea disfrutar de grandes cantidades de comida y bebida en diferentes festejos oficiales. Después, tiran la cadena y todo queda bien hasta el próximo banquete salvaje. Y todo ese bacanalismo a costa de recursos del Estado y el buen olfato general.

La definición surrealista de un virus invento de la derecha elitista versus el empirismo grotesco del oficialismo dispuesto a todo. ¡Empíricos o surrealistas, desde la oposición o desde el oficialismo, tirando las cadenas casi en unísono! ¡Formando juntos un caos Bañocratico! Todo eso invocando el nombre de sus dioses, claro está.