Hace poco menos de 10 años el presidente Morales no podía entrar a Santa Cruz. En 2005 cuando disputaba la presidencia como candidato por el MAS lo recibían a huevos y tomatazos; y hasta tenía un hotel exclusivo donde promovía sus reuniones. Los líderes regionales, pensando disputarle el poder, resistieron hasta que en 2009 estalló el plan armado que desarmó cualquier resistencia. La obediencia no fue señal de que el país avanzaba; y la región vivió una de sus peores depresiones.
Algunos acabaron en la cárcel y otros se vieron obligados a refugiarse fuera del país. Como si todo eso hubiera quedado atrás, hace pocas semanas, la médula y la sustancia del empresariado cruceño, el que proponía la resistencia, cayó rendido a los pies delpresidente. Los equipos del oficialismo han trazado el camino triunfal del retorno. Se anuncia para los siguientes cinco años un plan de desarrollo para Santa Cruz nunca antes visto en el país. La línea acuerdista, contrasta con la capacidad de desarme o, si se quiere, con la capitulación. En esta edición le contamos algunos detalles de este novedoso acuerdo. Además, tendrá acceso a una crónica que relata con absoluta peculiaridad, el destino de dos millones de e-mails por hora que antes de llegar a su destino son monitoreados en una sofi sticada base que el Gobierno del presidente Obama ha montado en una paradisiaca isla del Caribe, desde donde el Gran Hermano controla el planeta.