“Dime de qué presumes y te diré de qué careces”

Por Carlos Rodriguez San Martín
0
693
emoticon malas palabras

La bala desgarrando un pedazo de piel de la oreja de Trump es lo que en Bolivia a la conspiración susurrando al oído de un “golpe de estado”. Eso, según algunas nodrizas de la conspiración. El general en su tanqueta de guerra golpeando la puerta de hierro forjado del Palacio Quemado es la comparación absurda, a la de Thomas Matthew Crooks (20) al que se le encontraron búsquedas en Google para construir explosivos. Los agentes del servicio secreto encima del expresidente protegiendo su vida es la ingenuidad de las palomas mensajeras de la plaza Murillo, vestidas de campaña con mochilas para el desfile militar.

Esas comparaciones después de haber leído dos titulares este domingo. Uno en nuestra prensa nacional, contando pormenores ridículos en una conferencia de prensa convocada por el ministro de Gobierno, el viceministro de la misma cartera y el comandante de la Policía. Los tres se han juntado ante la encantadora presencia de algunos reporteros (desayuno o salteñas incluidas para calmar la saciedad) para narrar cómo vivieron la dramática tarde del miércoles 26 (burlona, amena y mentirosa) desde el punto de vista sentimental (como si cabría ese derecho en los tres altos cargos de la seguridad nacional); en Bolivia donde nos quieren torcer con historias de hadas, castillos y duendes. Para que lo sepan (los tres) la historia no acepta torcidos inconvenientes. Las abuelitas recurrirían sabiamente a un pasaje bíblico: “Dime de qué te jactas y te diré de qué careces”. Al parecer, una adaptación del “dime quién pelea y te diré quién peca; dime quién se cree mucho y te diré quién fracasa”.

El otro – titular- ganó las primeras planas de la prensa internacional de ayer domingo a cinco columnas rimbombantes: “Biden no se presenta a la reelección como presidente de los Estados Unidos”. Es el sacudón (efecto colateral) que desnuda el impacto de la bala de Thomas Matthew Crooks. La noticia es a la oreja de Trump de su excelente equipo de campaña, lo que dista de la conferencia de prensa. La reacción rápida convirtió el acontecimiento en herramienta de comunicación. Le permitió producir fotografías que elevaron el ánimo de sus seguidores. La presencia de miles de asistentes a la convención republicana con vendas en la oreja fue un instrumento de identidad interesante (merchandising).

La comparación es trascendental si seguimos la línea de un aparato produciendo noticias: hechos reales o justificativos torpes de torpes equipos de comunicación para seguir torciendo la realidad de las cosas (que lo que la gente valora es el sentimiento, sus familias, el lado religioso del espectáculo).

Pero como que hay que torcer la historia, las abuelas les dirían sin pena: “Los de antes (hijos) no daban tiempo de nada”.