El modelo de los pandilleros, la Bolivia del centro que defendieron todos por sus enormes ventajas

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Foto: Opinión

Un tema capital después de oír al expresidente Morales es el axioma representados y representantes. Sabemos que durante sus largos 13 años de Gobierno un aspecto central de su gestión fue la capacidad de colocar en el centro a una masa de ciudadanos que probablemente no se identificaban con el modelo comunitario que propuso su entonces ministro de Economía, pero que se sumaron al modelo que en los hechos significaba salir de la condición de pobreza o abandono que los gobiernos neoliberales no les dio su lugar. Morales socializó el capitalismo sin dejar de usarlo, pero más allá de la discusión sirvió para generar un estado de bienestar del que se beneficiaron todos. Claro, unos más que otros, dirán.

Fue el caldo de cultivo de un apoyo al que más tarde a pesar de la cantera de disparates se sumaron los propios excluidos de ese esquema, es decir, los empresarios de todo cuño, gracias a las ventajas comparativas que ofrecía ese modelo que los hizo ganar cómodamente en ese estado de bienestar.

Cuando Morales se refiere a las élites cruceñas y las tilda de “pandilleros” tendrá sus razones porque tejió con ellos proyectos en los que me tocó estar, solo para mencionar dos: la construcción de un puerto en Puerto Busch para facilitar los envíos de la producción de carne, soja y gran parte de la producción agropecuaria que requería Santa Cruz basada en  un sólido principio de alianzas, y el que se presentó como la panacea del modelo de crecimiento cruceño; el HUB de Viru Viru, siguiendo un modelo enlosetado de ganancias que los llevó a defender a todos el centro de la política en la que la fragmentación de colores no admitía ningún otro atuendo colorido.

Morales enojado dice que fue malinterpretado por los medios, lo que le resta esa inocultable capacidad que tuvo de colocar a unos y a otros servilmente a ese centro que fue confeccionado más por él que por su entonces ministro de Economía, hoy presidente Luis Arce. Ya no importa la alegoría del modelo sustentable si esta al centro a la izquierda o a la derecha, todo tuvo su tiempo y lugar. La malformación se produce cuando hay una especie de guerra declarada en la que la primera víctima como en cualquier guerra es la verdad. Si dijo o no, ahí deben estar los registros, lo cierto es que más que una discusión semántica las palabras de Morales deberían hacer pensar el inconsciente de quienes fueron sus representados en la recta final de su Gobierno.