Quien no sepa algunos detalles de la actual emergencia sanitaria en medio de una crisis que también alcanza a la información es posible que quede fuera de un nuevo contexto global; un nuevo orden mundial con supremacías que parecen comenzar a trazar un mapa de oportunidades planetarios con desesperadas reacciones de varios gobiernos para superar la emergencia declarada por la expansión del coronavirus
El factor Chino
Hace por lo menos dos años dat0s entrevistó al embajador de la República Popular de China en Bolivia, Liang Yu. Fue un diálogo que reforzó el nivel de avance indiscutible y la hegemonía planetaria de la potencia. Sin embargo, modestamente, el embajador nos dijo que la China se está preparando para llegar a ser la primera fuerza planetaria, pero para que esto ocurra “habrá que esperar hasta 2050”. Esa modestia se alteró de alguna manera cuando a fines del año pasado el presidente Xi Jinping fue proclamado por el pleno del comité presidente a perpetuidad; también es posible que se hubieran adelantado los tiempos y que Xi decidiera que este sea el momento para no esperar los próximos 35 años.
Cuando realizamos la entrevista la China se había convertido en el primer socio comercial de Bolivia y de varios países de la región. Chile, Brasil por citar apenas dos ejemplos de países con altos índices de desarrollo comercial, han alcanzado una vigorosa relación con la potencia asiática sin precedentes en la historia latinoamericana en varias áreas de la cooperación. Ha facilitado el intercambio comercial en infraestructura, tecnología, minería y en otras áreas tiene una presencia muy importante.
Todo parecía transcurrir en los tiempos previsibles cuando también a fines del pasado año los Estados Unidos iniciaron una guerra comercial sin precedentes buscando reposicionar su relación con esta parte del mundo de alguna manera olvidada por la política del presidente Trump de “América para los norteamericanos” que materializó un anhelo del pueblo estadounidense de consolidar primero su crecimiento interno. China en cambio no paro de llenar vacíos en la región y ocupó la supremacía que alguna vez fue norteamericana.
No es de extrañar por lo tanto que Trump hubiera desatado la guerra comercial al gigante asiático con sanciones a sus principales empresa de tecnología como Huawei cobrando además prohibiciones para que sus servidores como Google dejen de vender a Huawei y abrir plazos que les impide las actualizaciones de sus sistemas operativos. Además de cobrar millonarias tasas arancelarias a sus productos de exportación. En medio de esta crisis comercial que los analistas la calificaron como una “guerra por la supremacía del comercio mundial” se desata en el mundo la emergencia sanitaria en Wuhan, la ciudad inteligente donde el Gobierno de Xi Jinping indicó el desarrollo de la tecnología 5G.